"Los que cambian su libertad
por su seguridad no merecen
ni libertad ni seguridad"
Benjamín Franklin
Una humilde mujer, el cual tenía mucho tiempo sin verla, siempre mantiene la cara de religiosa, porque parece andar rezando, se me acercó con una sonrisa algo fingida para simplemente preguntarme: ¿Por fin, en quién cree usted? Me sorprendió la curiosidad, pero no evadí el momento y rápido le respondí, con otra interrogante para saber el motivo de su ligereza. La mujer, parecía cargar la respuesta lista ¡Usted es comunista, lo conozco desde hace varios años, y siempre resalta el pensamiento de Jesucristo, cuando todos los comunistas son ateos! A medida que hablaba el rostro le cambiaba dejando atrás lo apacible para terminar muy seria. Parecía mandada a provocar. La evadía al despedirme, pero no sin antes dejarle una expresión, el cual utilizó con toda persona, así sea lo más rancio de los opositores, pero con el añadido necesario al saber su férrea aversión al presidente Maduro ¡Señora, que, mi gran amigo Jesús de Nazaret la proteja, y no olvide llevarle saludo a su dios ¡Guaidó!
La señora, terminó tan sorprendida que, se marchó, como llegó: sin saludarme y menos defender al que, hasta hace poco parecía reemplazar al guía de la mayoría de los creyentes católicos en su desesperación por salir de Nicolás Maduro. Muchas de las voces engoladas para exaltar "al presidente interino" se han venido apagando. César Miguel Rondón, casi se ha dejado de eso en su programa mañanero. Antonio Ledezma, aunque todavía se cree dueño de una parte de Venezuela, ya no se le escucha la expresión ¡Mi presidente Guaido! ni pendejo que fuera para seguir agarrado a palo que se viene abajo. Los más allegados entre otros: Borges, Calderón Berti, hace rato dejaron el pelero y ahora andan pidiendo revisión de cuentas para lavarse las caras, cuando metieron las manos de la manera más descarada en los momentos de mayor producción de la codiciada vaca: la empresa Monómeros en Colombia, la principal prueba para acusarlos, aunque se hayan espantados.
Lo cierto es, que, el irreflexivo de Guaido, se encuentra en el estado más deprimente para una persona, y por los vientos que soplan, ahora, es cuando va tener que pedir libertad, porque se encuentra prácticamente acorralado, y paradójicamente no es el gobierno en este momento el responsable de apagarle el estado de ánimo, ya que sabiendo hasta donde se encuentra comprometido, es imposible que pueda evadir la justicia a la hora de pedirle las cuentas, después del derroche de lo que no era de él, y se atrevió a regalarlo, malbaratarlo y en última instancia uno de sus socios el gobierno de la Gran Bretaña, le renovó la "matrícula", como el encargado de manejar para robarse el oro depositado en esa nación. Una especie de salvavida, buscando enturbiar la alegría en medio de las tradicionales fiestas decembrinas.
A todo esto, hay que añadirle lo que parece un callejón sin salida: la jauría desatada en su propio rebaño; ya que aparte de haber dejado de reconocerlo, como el "presidente interino", ahora están pidiendo por lo menos indicios de sus ejecuciones con lo económico y su paradero, ya que su presencia es a través de las redes sociales. Pero para nadie es un secreto y menos entre los caimanes del mismo pozo, que, a la hora de presentar cuentas nadie responde y empiezan a mirar al que, se la da de guapo, atrevido, el supuesto muchacho de la película, el cual no es otro ¡Guaido! quien se prestó para ser utilizado, pero el apellido no suena ni pesa y por eso el Capriles Radonsky lo acusa de haber fracaso, sin verse él en el espejo. Ni siquiera las fiestas decembrinas le han servido para taparse la cara, y cada día se le nota la de un perfecto asustado, para no decir lo que todos están pensando.
En estos momentos las "trincheras" de lucha, es a través de las redes sociales destacando el Twitter, pero apenas aparece con el rostro, como el pajarito queriendo levantar vuelo, ahí mismo les responden, y no es precisamente para desearle FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO. Los mismos que, hasta hace poco lo apoyaron a cambio de cargos sin ninguna legalidad, pero con el permiso suficiente para robar con el visto bueno del imperialismo, y ahora al saber del enredo en el que se encuentran metidos al lado de un bate quebrado, repitiendo los mismos argumentos, como aprendiendo el abecedario, se han alejado, con la cara de "inocentes" aprovechando el mal momento de su guía, porque de aquí en adelante o corre o se encarama y lo más seguro es que termine, como los falsos predicadores al lado de los brujos.