Mi palabra

Atentados electorales

"La mentira más común

es aquella con la que un hombre

se engaña a sí mismo"

Nietzsche

Ese cuento de la derecha aparece en momentos precisos, pero solamente los creen los inventores. Intentan engañar de manera tan infantil, cuando ni siquiera "San Nicolás" una de las mentiras propias del capitalismo salvaje para despertar el consumismo, sirve para embelesar a los niños en época de navidad, aún, cuando inunden las redes sociales, con su obesa figura de bonachón. Pero en época de elecciones, cualquier artimaña es buena, aún, cuando son muy pocos los que caen en la red de cazar bobos, porque estas mentiras, lanzadas para escandalizar terminan por acabar con la poca credibilidad del denunciante y después ni repartiendo besitos y bendiciones les creen, aun, cuando recurren a los más variados envoltorios para inyectar el veneno.

En los últimos años, parece una competencia para ver, quien inventa algo, que pueda despertar una euforia colectiva de lastima y rabia. La disputa estaba centrada entre el presidente interino, a quien no le valieron nada los alborotos de gallina clueca; quedando el forcejeo entre María Corina y Delsa Solórzano, quienes salen a promocionarse para las primarias viendo para todos lados, buscando el momento para salir, como gallinas espantadas sin haber dejado la culequera y no es raro, que ante la ausencia de Ybélise Pacheco, les haya dado por entrar en un mano a mano para superar a la periodista, con tamañas mentiras, que solamente ella sabe de eso, pero en materia de atentado, la Corina y Delsa, no tienen rival.

Se aproximan las primarias y ninguna de las dos van para el baile. La María Corina, está inhabilitada de por vida –así, como lo están leyendo– tiene 55 años y 15 de inhabilitada son 70 y con esa edad, parece que solamente en los Estados Unidos son electos a la presidencia por la montaña de dólares en las alforjas y además representan a las grandes corporaciones imperialistas ¡Casi nada! por eso, no es raro, que vuelva con el mismo deseo frustrado: pedir la invasión de rodillas, algo que no hace ni pidiéndole la bendición a la progenitora. La Delsa, no cuenta, porque las mismas encuestas de la derecha la ubican detrás de la ambulancia y además siempre carga la cara, como si está llorando y aquí no valen lloriqueos.



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Narciso Torrealba


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