Una vez que los adecos comienzan a reunirse y tener sus asambleas, después del 23 de enero de 1.958, desde un comienzo se observa las divergencias entre la juventud del partido, que dentro del país había sostenido una lucha a muerte contra la dictadura perejimenista, y los líderes tradicionales; que desde sus exilios regresan al país. A la hora de las decisiones, los criterios de los antiguos jerarcas se imponen y la juventud es desplazada de los puestos directivos de importancia en la organización, entonces la juventud reclama de que ella es la forjadora material y espiritual de Acción Democrática, AD, pues su gente fue la que enfrentó con firmeza la lucha contra al régimen autócrata venezolano.
Las tensiones se hacen más fuertes cuando se plantea la escogencia del candidato presidencial para la próxima contienda electoral a efectuarse a finales de ese mismo año, 1.958. La juventud adeca está inclinada por una candidatura unitaria y ajena a los partidos políticos, la dirección nacional del partido, ahora integrada en su totalidad por personajes de la vieja guardia, no está de acuerdo y dice que su candidato tiene que ser de su partido y así termina por imponer la candidatura de Rómulo Betancourt; dejando a un lado cualquier planteamiento de unidad presentado por la juventud de partido.
Una buena cantidad de militantes adecos quieren un cambio en la manera de dirigir al partido y buscan refugio en el Buró Juvenil, desde allí continúan sus discusiones y fijan su posición política: que se le conceda más y más democracia al pueblo, que se incluya a éste en las decisiones de gobierno y que se incentive el trabajo y el progreso en todo el país. Al observarse que el gobierno toma otro camino, el Buró Juvenil adeco se convierte en el más férreo opositor del Presidente de la República; su compañero de partido Rómulo Betancourt. La posición asumida por este segmento del partido hace que el Comité Ejecutivo Nacional, CEN, decida suspenderlo bajo el argumento de indisciplina, más adelante dirigentes y otros integrantes del Buró Juvenil son expulsados y entre ellos figuraran, Domingo Alberto Rangel, Moisés Moleiro, Raúl Lugo, Américo Martín y muchos otros.
Estos expulsados se reúnen y deciden formar un partido al que pone por nombre Movimiento de Izquierda Revolucionaria, MIR, esta nueva organización política funcionará bajo la concepción filosófica de implantar un sistema de comportamiento al estilo socialista; el partido legalmente aparece en el mes Agosto de 1.960. El MIR y el Partido Comunista de Venezuela, PCV, se unen políticamente y toman posiciones verdaderamente radicales con el propósito de derrocar al régimen, el cual está manejado por políticos que pertenecen a la social-democracia y al social-cristianismo criollo; que al decir popular tienen muy poco de social, de demócrata y de cristiano.
De tal manera que los primeros años de la década de los sesenta fueron realmente tensos y el gobierno venezolano, en vez de buscar resolver sus problemas políticos internamente, se cobija bajo el manto foráneo y hegemónico de los Estados Unidos, se solidariza con la política del Departamento de Estado norteamericano, sigue sus dictados económicos excluyente de la mayoría de la población venezolana, secunda al pie de la letra su recomendación de romper relaciones diplomática con el gobierno revolucionario de Cuba y se suma al boicot comercial contra esa república; aquellas indignas posiciones son rechazada por el partido Unión Republicana Democrática, URD, y sale del gobierno.
Es así como Acción Democrática y el Comité de Organización Política Electoral Independiente, COPEI, dan tumbos y más tumbos hasta que en 1.998 aparece un adversario que por su accionar valiente, franco y decidido gana las elecciones presidenciales, cosa que produce en estos dos partidos, ya en estado pre agónico, se terminen de empujar la daga del harakiri hasta la propia empuñadura. Es probable que la historia determine que los adecopeyanos firman su muerte en el momento que conforman el acuerdo puntofijista en la ciudad de Nueva York, centro mundial del capitalismo salvaje.
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