El refranero popular dice que bruto es, aquel que “dos o más veces mete la pata en el mismo hueco”. Y uno de pequeño, tomó aquel refrán como algo sabio. Y después en el liceo, alguien me dijo que eso pudo haber sido obra de un tal Oráculo de Delfos. A quien imaginamos margariteño o maracucho. ¡Qué iba uno a saber de la literatura griega!
Y viene a cuento esto, porque uno, de buena fe, cree que Rosales, tan inculto o bruto no debe ser, por las posiciones que ha alcanzado. Comúnmente se razona diciendo, algo entre pecho y espalda debe tener el tipo, de no ser así, no hubiese llegado donde está. Incluso, de haber sido más limpio que un “foete de arriar pavos”, como dijese Leoncio Martínez, hoy es todo un potentado.
Dudar de la incapacidad del colectivo opositor es imposible. Eso, de anteojitos está. Allí, sin rubor ya lo admiten con una sinceridad pasmosa. Sólo que unos, su trasero sacan y culpan a los otros. Y no otra cosa les queda por hacer, después de haber errado tanto y tan seguido. Y es esa la razón del liderazgo de Rosales, “por ahora”.
Por eso mismo Rosales, su brazo a torcer no da. El sigue “tan campante” en lo suyo, de líder de una oposición rabiosa, epiléptica y hasta espasmódica. Y diciendo disparates hasta más no poder.
Oposición y Rosales, son ni más ni menos que un tal para cual. Este es astilla de aquel palo.
Con lo último que dijo, lo acaba de decir, la sacó del estadio. Según el de las peras al horno y los cantos de ballena, Chávez se propone hacer reformar la constitución “para establecer la presidencia vitalicia”. Y lo más gracioso del caso es que le dijo al periodista que al conversar con Jennifer McCoy, del Centro Carter, expuso con “mucha claridad” lo que sucede en el país.
Bien sabemos que lo que Chávez propone es modificar el artículo 230 constitucional, según el cual, “El Presidente o Presidenta de la República puede ser reelegido o reelegida, de inmediato y por una sola vez, para un nuevo período.” ¿Y que aspira el Comandante Chávez? Que el primer funcionario nacional pueda ser reelegido, tantas veces como la mayoría quiera. Eso en ningún caso está asociado a vitalicio.
O Rosales ignora lo que vitalicio significa o de antemano admite que nunca sus adversarios podrán derrotar al Comandante.
Uno que de la base es, de tanto ver y oír como Rosales la pata mete, pese a sus bienes y su reluciente liderazgo, termina por pensar que bruto e ignorante es y por eso dice tantos disparates.
