Súmate es, como asociación civil, una cosa única. Se expresa hoy de una manera y mañana, sin rubor, de otra sobre la misma materia. Pero eso no implica un cambio de posición. Está en lo mismo. No le importa la forma ni el fondo del asunto. Lo que le interesa es llevar la contraria; ya no sólo a Chávez, además al CNE y a lo que piense la mayoría de la gente, al pueblo pues. Es decir, la finalidad no cambia, no “hay nada nuevo bajo el sol”.
Ahora, según el diario El Tiempo de Puerto La Cruz, la organización que preside Corina Machado, sostiene que es “inútil” gastar tanto dinero en los procesos revocatorios por venir.
Dice la amiga de Mr. Bush, que ese dinero puede destinarse a la construcción de viviendas (¡qué sensibilidad hay en la niña!) o al pago de 20 mil policías. Y acusa con “mucha autoridad” al CNE, de aceptar esas demandas sin haber cumplido antes ciertas formalidades. Le preocupa eso porque según dice, hay en “la población una expectativa de revocación y sustitución de mandato en el caso de gobernadores y alcaldes”.
En la forma, esto parece algo nuevo, una canción distinta. Pero esa opinión sugiere en lo inmediato una pregunta.
¿Qué diría Súmate si fuese el gobierno y la gente que le apoya quienes se opusiesen a los referendos?
Por supuesto, uno lo imagina. “El gobierno de Chávez una vez más viola la constitución y el derecho al sufragio”, gritarían a pulmón pleno y marcharían por la calle del medio. Por eso, continuarían su canto, “no sólo vamos al TSJ, organismo del cual nada esperamos porque está agarrado por el gañote por el zambo de Barinas, sino también a los organismos internacionales a denunciar semejante abuso”. Y, agregarían, “al norte vamos, en busca de unos centavos y porque ahora si es verdad que encontramos la justificación para que las fuerzas de rescate del orden y el status nos resuelvan”.
Visto el parecer de Súmate de esta manera, fundamentada en una larga actuación, la canción no es nueva, es la misma. Y es el tipo de ayer sin cambiar el cachimbo.
Alguna trampa hay, porque quienes promovieron un referéndum contra Chávez, sabiendo bien que las cuentas no les daban y no sólo hicieron que el Estado erogase un dineral enorme, sino que ellos mismos tuvieron que gastar a manos llenas los churupos que del norte trajeron, ¿cómo van a preocuparse ahora por este nuevo gasto”.
Eso de los vacíos en las leyes para sustituir funcionarios, alegado por Machado, lo que el CNE procura aclarar, mediante recurso de interpretación ante al TSJ, no es más que un cuento de camino.
Como es el mismo cuento o táctica de intentar acorralar al gobierno de alguna forma, uno dijo arriba que a la susodicha asociación civil se le pegaron los platinos. Pero ésta no es la única muestra. Veamos otro asunto.
Corina Machado no estuvo sola en su cita con la prensa. Le acompañaba el señor Ricardo Estévez, quien sin instrumentos musicales, a capella, interpretó la misma canción de siempre. Fue reiterativo, sin modificar para nada la letra ni la música. Sin arrugar la cara, Estévez repitió que las máquinas captahuellas “han demostrado su impacto intimidatorio sobre los electores”. Y se puso a mirar hacia las gradas en busca del aplauso, jurando haber cantado algo novedoso y acertado.
Por esta historia, no hay duda que, en la forma y en el fondo, a Súmate, como a la oposición toda, se le pegaron los platinos.
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