Henry Ramos Allup, junto con Manuel Rosales y el cura Calderón, quien fue gobernador del Táchira, son algo parecido a “Los Tres Chiflados”, con perdón de los actores gringos; porque a los tres primeros, dos adecos y el otro copeyano, mal les queda el papel de payasos.
Un viejo amigo ex diputado ya difunto, personaje muy brillante, decía con sorna, que en cada fracción parlamentaria en la IV república, siempre había un diputado insultador. Era como un especialista; un experto en economía, finanzas, educación u otras ramas del saber. El trabajo de este singular parlamentario era insultar hasta enlodar a un opositor cuando no había forma de rebatir en buena lid sus argumentos. Y por supuesto, por el riesgo que el papel significaba, era hasta tirador de golpes, un predispuesto al “sal pa` fuera”. Personalmente sostengo que a ese personaje insultador, dentro o fuera del parlamento, le acompaña el “payaso o cómico”, quien por el afán de distraer y confundir con frecuencia termina poniendo la c….,.
Como adecos y copeyanos ya no están en el Poder Legislativo por atorrantes, los insultadores, mentirosos y payasos hacen su trabajo desde afuera.
La última actuación cómica del cura Calderón, fue cuando amenazó al Presidente Chávez con declarar, no sólo al Táchira sino a todos los Estados andinos independientes. En esto, es justo admitirlo, se le adelantó a Rosales quien también la cómica puso al sugerir, como si fuese la reencarnación del caudillo Venancio Pulgar, que el Zulia se separase del resto del país. Pulgar dijo una vez, siendo gobernador, que los caraqueños se fueran “al carajo porque aquí, en esta tierra, mandamos nosotros los zulianos”.
Pero Ramos Allup, en el desempeño de este último rol, lleva la bandera. Por su anterior actuación, casi un Oscar obtuvo, cuando declaró que Chávez no ganó el revocatorio, sino que un fraude hubo.
“Tengo las pruebas en la mano, mañana mismo las entrego”. Aún las estamos esperando.
Y se quedo tranquilo; no volvió a hablar del asunto y la gente, de un bando y otro terminó, por aquella balurda actuación, rièndose de él a mandíbula batiente.
Como no tiene trabajo, uno cree que nunca lo ha tenido, no está en el Poder Legislativo y por la señal abierta ya “ se va la actuación”, llama a los periodistas de medios que ansiosos están de hallar algo que alborote el avispero, aunque sean chistes malos y les larga un invento.
“El gobierno nacional planea el regreso a la centralización mediante la reducción, de 23 a 8 estados, a través de una ley especial”, dijo a un reportero de El tiempo.
Pero como Rosales, quien copió el gesto del cura Calderón, Ramos Allup, tampoco actuó de manera original. Ya, en los tiempos de la Asamblea Nacional Constituyente, Pablo Medina habló del mismo asunto.
Por supuesto, uno bien sabe, que Ramos Allup sólo quiere llamar la atención con una payasada e introducir un debate a destiempo, en un momento álgido, para ver si algo saca.
Afortunadamente, Earle Herrera, quien es miembro de la Comisión para la Reforma Constitucional, dijo que el adeco “solo quiere resucitar y los 23 estados quedan como están”. Mientras tanto, Ramos, en su soledad o en su fosa, goza con sus chistes malos.
Por eso no se cansa y de seguidas, como si hubiese escuchado aplausos, agrega otro que lo mata, pues lo deja muy mal entre los suyos; que en el asunto RCTV la OEA, adonde tanto ellos acuden, no les apoyará porque “sus integrantes son beneficiarios de la política exterior venezolana”. Es decir, Chávez controla a Insulza y a la OEA toda. De este chiste o disparate, sin querer, le salió un reconocimiento a Chávez. ¿Qué dirá el embajador gringo? Seguro que con éste, por ahora, el adeco se jodiò.
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