Ya se sabe que la recolección de firmas, en una abultada mayoría de casos, terminó en rotundo fracaso. Los opositores ya dijeron, por intermedio de un dirigente (¿?) de COPEI (¿?) que esos actos pro revocatorios se “convirtieron en una farsa” y la ausencia de firmantes se debió al temor de la gente “a ser incluida en listas” e hizo referencia al diputado Tascòn. Algo parecido, para sorpresa de muchos, dijo uno del PCV. Por lo menos el periodista anotó que el comunista señaló, como una de las causas del desinterés de la gente, el temor a la retaliación, aunque como con remordimiento comentó, “este no fue un factor determinante”. Y mencionó otras que poco tienen que ver con el asunto. (Últimas Noticias, 19-06-07)
En verdad hay razones, no creo que muchas, que explican esos resultados. La primera, aunque no de mayor importancia, es que algunos convocantes parecieran atender a razones de orden personal y subalterno. Y eso no sirve para atraer a la gente. Hay quienes uno imagina en el bando revolucionario, que enfocan las contradicciones con un catalejo al revés.
La segunda, de mayor peso, que de paso desmiente al dirigente (¿?) de COPEI (¿?), es que la oposición desde un principio desestimò la aplicación de ese instrumento. Hasta SUMATE, en estos días como jugando al escondido, poco tiempo atrás sostuvo que eso era perder el tiempo, una distracción y gasto innecesario. Es decir, si alguien es responsable que poca gente haya ido a firmar es la oposición. Farsa es afirmar ahora, que eso se debió “al temor de la gente a aparecer en listas”.
La tercera, de mucha significación, es que la fuerza que emana de Chávez, no manifestó interés en activar revocatorios y no hay razones de peso para que así no actuase. Se dejó a la gente al libre albedrío y ella asumió, yo diría que con mucha conciencia, una actitud.
La cuarta y ya dije que no son muchas, quizás la de mayor jerarquía, es que el escenario ha estado copado por el accionar de una oposición que desató de nuevo una estrategia para prender una mecha que haga estallar un polvorín virtual y el proceder del gobierno, que con sagacidad y paciencia trata de no pisar las minas regadas al voleo. Y la mayoría del pueblo que, movilizada y tensa como una cuerda de violín, está presta a defenderle. Y es esto lo que ocupa su atención.
Si la oposición no tuvo interés en los revocatorios, porque un sector muy activo de ella otra carta tiene oculta – esa del golpe suave todavía montado- y al gobierno como tal, no le corresponde estimularlos, pero si defenderse de los ataques arteros, no se podía esperar otros resultados.
El centro de los acontecimientos, el ojo del huracán, no estaba en las mesas adónde deberían ir los firmantes, sino en la calle y en los centros donde se hacían las movidas grandes para agredir o defender la revolución.
Por eso, uno dice que al interpretar la casi indiferencia por ahora de los venezolanos por revocar mandatos regionales y locales, más de uno está pelando.
pacadomas1@cantv.net