Y yo que apenas he viajado para Petare, Maracaibo y Valencia, me pregunto: ¿será así en otros países?
¿Será posible que un Leopoldo Guarimba López francés, “le guarimbé”, siendo Alcalde de cualquier región, digamos de Francia se prestara para dar apoyo, y participar con sus policías contra el Estado Francés y quedara impune, libre por las calles, además tratando de dar ejemplo al mismo pueblo en el cual se cagó por que atentó contra el gobierno que éste eligió?
¡Para Ripley! Hemos visto que hasta un periódico ha mandado a imprimir y se hizo de un programa de radio para “llegarle a la comunidad”. Es el colmo de un golpista. No nos sorprendamos sin un día de esto a Capriles Ratonski el mismo que permitió que la Chusma oligarca amenazara con dejar morir de hambre y sed a los hermanos de la embajada cubana, sea invitado por la Conferencia Episcopal a recibir una casaca púrpura por su méritos en pro de la eliminación de niños comunistas, come niños.
Noche atrás vimos a Julio Carlos Andrés Borges debatiendo con Calixto Ortega en un programa de televisión y lo que dijo nos aguó las boloñas. No sabe este señor, que prestó sus ministros al gobierno fugaz de Carmona, que el estado es social y que en democracia el gobierno es de los pobres y por ende es el mismo pueblo el que dirige. El Estado es una Junta Comunal grandototota, cuyos recursos son manejados por el soberano. Todo lo que adquiera el Estado, va a manos del pueblo. Chávez es un humanista y conoce eso, dándole poder el soberano.
Ahora resulta que Leopoldo Guarimba López, el mismo que envió a sus huestes de polichacao a dispararle al pueblo en el 2002 en el edifico La Nacional de la esquina de Marcos Parra, no es otro que un personaje de Hans Christian Andersen, que llega halado por los vellos dorados del sol a divertir a los niños y a decirle al pueblo, que viene enviado por el mismo Dios a solucionar problemas… ¡ no me la jodas! El guarimbero Leopoldo López, llega en un trineo vestido de “santaclós” con juguetes para todos, pueblo y a decirle a la multitud que lo que él hizo en todos estos años, no es más que el producto de la malacrianza de una madre que se birló unos dólares, para que él formara una agrupación política, PRIMERO JUSTCIA, de corte fascista, a ver si de una vez podía acabar con la pobreza, es decir, desaparecerla del mapa venezolano a punta de honda y balazos. Pobrecito, vamos a ayudarlo…enviándolo al Polo Norte de una vez!
Guarimba López es un descarado. Dice que “ Se gasta más en material para la Fuerzas Armada que en seguridad ciudadana”, mas no entiende Guarimba López, que este gobierno revolucionario no va a aplicar la misma receta que ellos, COPEI y AD utilizaron en sus años, como era la de invadir los barrios, caerle a tiro a los jóvenes, llevar preso a inocentes, segregar, sembrarle drogas a la gente y otras cosas, para inculparlos, rellenar las jaulas y las patrullas y luego tomarles fotos para que al día siguiente esos hermanos venezolanos salieran en las páginas de los periódicos con leyendas anti humanas. Guarimba López no quiere que la Fuerza Armada actualice su armamento, porque él es un oligarca y desea de todo corazón que a la hora de una invasión de parte de los Estados Unidos, no podamos defendernos y la cosa se le haga fácil a los gringos y su madre, la de él, vuelva a PDVSA a seguir chupando.
Guarimba López perdió la sindéresis. Cree que el pueblo es gafo. No se ha dado una vueltita por barrios y superbloques, aldeas y caseríos y por eso ignora que en este momento de la historia es muy difícil engañar a un soberano que en política sabe más que cualquiera de esos sesudos analistas que salen todos los días en la TV diciendo las mismas vainas. Vive un mundo virtual y gasta el dinero de los contribuyentes en publicidad. Tiene cara de loco y lo es. Sus rasgos son de psicópata, de muchacho con problema, de tarado e incoherente. No respeta a los contribuyentes de Chacao.
Guarimba López ha retrasado el espacio, el tiempo. Se imagina que puede hacer y deshacer como en los reinados de Luis Toronto y Jaime Güiski. No tiene ojos, aunque los de él parecen los de un cataco, para atravesar las paredes de su eterna ignorancia y observar que los límites de su poder están entre Chacaito y Los Palos Grandes. De esas fronteras su voz no pasa, su figura no existe, su pensamiento es un bochorno. Guarimba López es un militante del ostracismo, un perverso a la par de Sade, un macabro tira honda al que alguien ha aconsejado muy, pero muy mal. Su fracaso como político se observa en las calles de Chacao, en los resquicios de las paredes, en el asfalto de las penumbras. Guarimba López abusa de la democracia, a la que pisoteó, vomitó, se burló y a la cual hoy pide prebendas. Un cínico, un descarado, un motolito, que al igual que Gloria Cuenca, pasará los últimos años de la vida, como un anacoreta, soliloquiando sobre lo que “pude ser y no fui”
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