Nunca como antes en Venezuela la lucha social, de clases se había trasladado al escenario mediático en lo que algunos expertos llaman “guerra de cuarta generación”, en efecto, toda la planificación subversiva, golpista, de mover sus pequeños grupos en estrategia de guerrilla urbana buscando el impacto mediático a través del show, generando violencia, destrozos, daños, tratando de crear angustia, inquietud en la ciudadanía.
La acción de calle de los sectores contrarrevolucionarios, con el nuevo componente que son los estudiantes burgueses y pequeños burgueses de las universidades privadas y de las nacionales dominadas por la extrema derecha –UCV, LUZ, ULA–, cuando se la analiza en detalle se llega a la elemental conclusión que es un plan elaborado en los laboratorios de la CIA, de la mafia cubano-mayamera y coordinado con sus agentes y representantes aquí, dándole primacía, en la lucha de calle, al elemento mediático, al logro de hechos “espectaculares” que son filmados por Globovisión y lanzados al exterior por CNN.
Lo primero que destaca es la escualidez de las marchas. Sólo logran movilizar grupos pequeños, de dos o tres mil personas, quizás un poco más, pero la magia de la Tve presenta aquello como marchas de cientos de miles, pues esa es la imagen que hay que dar en el exterior, que marcha todo un pueblo, una nación entera contra el gobierno, sus políticas y propuestas. Eso es fundamental en su estrategia para aislar a Venezuela.
Como la derecha fascista sabe que el de Chávez es un gobierno absolutamente respetuoso de los derechos humanos, a la vanguardia de las marchas ponen a los jóvenes más agresivos y violentos, son pequeñas brigadas paramilitares con el objetivo de agitar al resto, manejar las emociones de un colectivo, agitado y tenso, provocando a la policía y a la Guardia Nacional, irrespetándola o, simplemente, agrediéndola físicamente porque saben o piensa que no van a ser tocados en su integridad.
Después de la marcha del 1º de noviembre las cosas quedaron bien claras en cuanto a la estrategia contra la reforma, ¿qué viene ahora? A nivel de calle las guarimbas, las guerrillas que toman o trancan calles o avenidas, las acciones “espectaculares” o el terrorismo abierto, contra las masas, como ocurrió en España días antes de las elecciones presidenciales, que los terroristas pusieron bombas en el Metro Madrid.
Grupitos para agitar en las calles, en las concentraciones, en las colas; riegue de panfletos subversivos, participación de grupos paramilitares y de sicarios, llamados radiales, televisivos y de prensa a derrocar el gobierno, al desabastecimiento, a maximizar los hechos delincuenciales, exagerar los casos de corrupción, desacreditar las instituciones y los poderes públicos son estrategias que buscan debilitar el gobierno.
Los partidarios de no concurrir a los comicios y enfrentar en las calles al pueblo y el gobierno recrudecerán sus acciones, ante ello ¿qué hacer? si tenemos menos de un mes para desarrollar la campaña, atraer a los indecisos y disminuir al máximo el abstencionismo.
La gran organización del PSUV, de los batallones de vanguardia y de apoyo, como lo planteó Chávez en su discurso del domingo, las organizaciones sociales y de masas deben cerrar filas, para ganar esta batalla y la vigilancia revolucionaria del pueblo y el gobierno, frenar de manera contundente los intentos subversivos. Hay que hacer retroceder al fascismo, reducirlo a su mínima expresión política.
(humbertocaracola@gmail.com)