Mi amigo epistolar Damián Prat, gracia a esta enrredina llamada Internet, me ha enviado un artículo del inefable Simón Boca Negra, donde trata de explicar que “el problema es la Reforma, no Chávez”. Leído el “candido” panfleto he quedado boca abierta, pero con las rodillas rojas rojitas de tanta ponerlas en tierra, ante semejante trampa Cazabobo. Claro que desde aquella madrugada del 92, cuando todos los venezolanos nos despertamos con el corazón en la boca al ver a locoven Pérez, por televisión y como palo gallinero gritando ¡el problema es Chávez que está dando un golpe de estado, reconózcanlo, dice ser bolivariano y que defiende al pueblo!
Desde ese día y el “por ahora”, clarito está que el problema es Chávez, señor boca negra o como usted mejor se haga llamar. Chávez impuso esa frase y después de conquistar el poder a través de las armas de los votos, lanzó aquella anatema que a ustedes los tiene loco: ¡si quieren acabar con la pobreza denle poder a los pobres!, y como con este hombre no hay tiro flojo, le metió un cañonazo a la ignorancia y puso a leer y escribir a más de un millón de pobres, que a ustedes con sus gobiernos y toda la plata que se gastaron no les alcanzó, ni para garantizarle los estudios a quienes habían hecho el milagro de graduarse de bachiller.
El problema es Chávez, porque el tipo es terco, y se puso a inventar todo esto de las misiones; y por ahora no hay un santo lugar donde uno no consiga a un viejito con lentes nuevos, a un muchacho con una bendita franela roja, estudiando no se que proyecto y ganándose un biyuyo, mientras aprende a trabajar. El problema es Chávez, porque en la navidad pasada mientras todos disfrutábamos su reelección y comíamos hayaquitas, él como cualquier Copérnico o Da Vinci, comenzó a echarle coco, a eso que conocemos hoy como la Geometría del Poder, la Explosión del Poder Popular, la Jornada Nacional de Educación Revolucionaria Moral y Luces, la Ley Habilitante y por supuesto la mismísima Reforma Constitucional.
Entonces, señor boca e jarro o boca negra, el problema desde aquel cuatro de febrero, fue, es y será Chávez; porque a pesar de haber chavistas incluso como yo, que he opinado y criticado muchos artículos y conceptos del proyecto refrendario, entendemos que sin Chávez no hay reforma y sin Reforma no habrá Chávez; de tal manera que el domingo 2 de Diciembre, a pesar de toda la campaña de miedo y distorsión sobre aspectos puntuales de la propuesta Presidencial, que vienen haciendo personajes como usted, ese pueblo llano y paciente, saldrá tranquilo y sin nervios a respaldar a Chávez, y resuelto el problema.
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