El "nuevo" aire de la oposición

Como era de esperarse después de su triunfo del 2D, el primero en nueve años, la oposición cogió un respiro para recargar baterías y esta semana se volvió a lanzar al ruedo. Bajo la propuesta de convertirse en una alternativa para brindar "especial atención a los problemas de los venezolanos", los antiguos miembros de la Coordinadora Democrática se volvieron a juntar para firmar un acuerdo de unidad nacional.

Creo que la oportunidad es propicia para que los investigadores se den un paseíto por las hemerotecas y busquen cuántas veces esos mismos personajes que se dieron cita en el Ateneo el pasado miércoles, han hecho similares planteamientos bajo distintos nombres, y han lanzado y relanzado su variopinto y heterogéneo grupo, con diferente nomenclatura, en otras sedes, pero con las mismas caras.

Difícil olvidar las imágenes de aquellas personas que "pacífica y democráticamente" tomaron el país por asalto hace cinco años y casi lo llevaron a la quiebra. La indulgencia presidencial ha permitido que los tengamos de nuevo ahí, tan campantes y retomando el hilo de los acontecimientos, como si aquí no hubiese pasado nada.

Vemos la lista de las organizaciones que suscriben el acuerdo y nos volvemos a preguntar, una vez más, qué cosa son y quiénes los respaldan, partidos como el MAS, Alianza Bravo Pueblo o La Causa R. Su militancia no debe alcanzar ni para hacer bulto. Resucita Proyecto Venezuela para hacer filas junto a Acción Democrática y Copei. El chiripero que gobernó con Caldera ahora se anota al lado de sus enemigos de entonces. Los únicos nuevos del grupo, Primero Justicia, cometen el pelón histórico de sumarse a los viejos de Un Nuevo Tiempo. En fin, siguen sin desenmarañar el galimatías que ellos mismos representan.

Pero seguro que algo deben haber aprendido en su errático camino. No tengo la menor duda de que ahora están mejor asesorados, tendrán más recursos y deben haber sopesado sesudamente las causas de sus equivocaciones. Además, desde afuera están apostando duro por ellos. Sus aliados externos están enrareciendo el aire con acusaciones a diestra y siniestra, que incluyen supuestas alianzas con guerrillas y narcotráfico. La propia guerra sucia, pues.

Nada de lo que sale del Palacio de Nariño o de la Casa Blanca, con respecto a Venezuela, está desvinculado de lo que vimos justamente el 23 de enero.

La fecha escogida por la "Unidad Nacional" para su enésimo debut, llena de simbología libertaria para los venezolanos, no estuvo muy distante del viaje de Uribe a Europa, buscando alianzas para contrarrestar el efecto Chávez en su guerra interna, ni de las declaraciones del funcionario gringo que acusó al Presidente de complacencia frente al narcotráfico.

No hay casualidades en lo que acontece en torno a nuestro país y por donde quiera que se le mire, resulta obvio que lo que están montando es de grandes proporciones. Un simple vistazo a las neveras y a los estantes vacíos de los mercados y los supermercados, permite anticipar que los tiros vendrán de todos lados.

mlinar2004@yahoo.es


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Mariadela Linares


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