De un plumazo Jaime Bayly acabó Antonini Wilson

Ciertamente se me puede creer cuando digo y defiendo que, por eso de las cálidas bondades del Caribe, opino y existo de modo muy diferente al refinado intelectual oriundo del ceviche del altiplano, Jaime Bayly. Pienso que alguna razón ha de tener mi buen amigo Douglas al referir sin reparos que el Caribe hace mucho tiempo me atrapó entre sus piernas.

Hace poco, muchos sin dar completo crédito de lo que se estaba leyendo, una vez más este sr. Jaime Bayly tomó por sorpresa a medio mundo con sus particulares y llamativos encantos. En un movimiento rápido y preciso de su pluma dejó sin aliento y sentido a todos aquellos que virginalmente lo aseguraban como su más cumplido colaborador. Cual Mata Hari y los secretos encantos de la Bayadera, en este momento, como por lo suavecito, será el más acérrimo enemigo de quienes alguna vez le celebraron sus excéntricas y desinhibidas menudencias. Nada me sorprendería que dentro de poco este pobre sujeto se le acusara por el promiscuo y grave delito del contraespionaje. Siendo lo más seguro que se le condene de por vida al indecoroso exilio de los medios de comunicación por la colérica gestapo de Miami. Sinceramente este personaje se las trae, mira que nada menos que dispararle al inodoro tanto meses de esfuerzo y dinero a la más fiera y premeditada compaña para desacreditar al gobierno venezolano, precisamente esa que habían meticulosamente preparado en lo referente al Caso de Antonini Wilson y la reputada maleta con los 800 mil dólares que supuestamente envió Chávez para la campaña de Cristina Kirchner en Argentina.

Este susodicho y escatológico artículo, Ese raro gordo bonachón “Antonini”, indiscutiblemente ha resultado incuestionablemente oportuno y convincentemente esclarecedor. Cualquiera que realmente precie en algo la cordura podría llegar a creer que la intensión de este floripondio cholito, de picaresca y alocada plumilla ponzoñosa, sea la de sinuosamente coquetearle al malhablado y poco sutil Chávez. Realmente desconozco las intimidades de sus afamadas preferencias afectivas pero a leguas se le reconoce que la estampa de Chávez jamás podría estar dentro de las programaciones e inclinaciones de sus hábitos alimenticios. La exacerbada notoriedad de su racismo, ese mismo que seguramente le hizo alejarse de su coterránea procedencia incaica y que además le significó la aceptación automática de las encopetadas ricachonas del norte, a lo largo de su carrera fue utilizada para satisfacer las necesidades fetichistas de quienes requieren de la flagelación étnica y racial para auto connotar su pretendida supremacía blanca. Precisamente por medio de la televisión pretendió exclusivamente inocular el odio y el desprecio por los que se presentan tal como Chávez.

Cuan alta se suponía fuera la inteligencia de estos señores que no pareciera justo que un envidioso y en bancarrota maricantunga, al que solamente por no habérsele dejado utilizar una bendita Hummer para ir cándidamente a Disney, les haya arruinado tan cuantiosa y elaborada estrategia a lo más clara costumbre de sus laboratorios de guerra. Yo que diariamente me critico por no tener la suficiente creatividad para mantener a buen resguardo las mentirillas de mi afición por las “morenidades” de este manjar llamado Caribe, que será entonces de todas aquellas agencias de incalculable presupuesto y personal como el FBI, la CIA, el Departamento de Estado, el Mossad, la Casa Blanca, el Pentágono, los Servicios Secretos, Bruce Willis, Condoleezza Rice, Antonini Wilson… Será que el mundo ya no puede contar con personas perfectas.

Y es que realmente grande fue el alboroto que se gesto desde el norte, la cantidad de dinero gastado e invertido para el engaño, cuánto papasnata de engominado intelecto pagado para que hablara “fecalidades” del gobierno venezolano, qué si el itinerario, los almuerzos, los gobiernos cómplices, los posibles montos, el maletero, la maleta, la marca, el color, la textura, las rueditas, la manilla con el escudo del gobierno venezolano en oro, que sí los petrodólares, que si la petrochequera, los comprados, los vendidos, las campañas, los futuros candidatos… Cuánto retrasado mental se creyó con la Green Card Lottery en el bolsillo pavoneando por la Faith Avenue sólo por haber condimentado profesionalmente un escándalo que se desinflaría cual Zeppelín por obra y gracias de este menudo y coqueto personajillo.

Del estilizado Jaime Bayly no me haría muchas ilusiones. Dudo mucho que le lleguen aceptar una de vaqueros para poder reconciliarse con los de Miami. Por más travesuras que haga no le van a perdonar y menos recular ese “intelectual y ma... programa” que una vez efímeramente lo popularizó.

Ese mundo ese así…

waldomunizaga@hotmail.com


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Waldo Munizaga


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