El general Baduel siempre me pareció guabinoso y dogmático. El diputado Ismael GarCIA, adeMAS de bocatero y de tramoyista, lucíame, no obstante, como redimible, dada su cercanía con el Presidente.
Craso error de mi parte. El tipo se fue de bruces cuando debió ser hombre. Baduel y GarCIA, ladinos y sinvergüenzas, son como dos gotas de agua. Mientras aparentaron ser honrados pudieron engañar a muchos, aunque no a todos, es que ya estaban irreversiblemente corrompidos, mucho antes de estar tan cerquita del Presidente. No de otra manera ellos hubiesen optado por el camino de la conspiración abierta y del cabildeo con la ultraderecha, en momentos en que seguramente la CIA les ordenó hacerlo, creyendo erróneamente que tumbarían al Comandante.
Baduel, como un trapo sucio, igual que GarCIA con su estilo gansteril, siempre estuvo en la cuerda floja. Dejar al pueblo a su suerte era la tarea de este par de mequetrefes pero, hemos podido resistir. Sus descaradas pretensiones de tirara a la suerte el destino de la patria venezolana, sobre el mugroso tapiz preparado por el gringo, no les ha dado resultados. Las acciones de los hombres son su medida fundamental, de ahí que podamos inferir que este par de desechos miserables, con sus marchas y contramarchas, se han convertido en paradigma de bajeza.
Está claro que toda cabeza es un mundo, todo descansa sobre la diversidad pero, al menos, si se tiene en común una interpretación éticamente acertada respecto al porvenir del mundo, siempre será posible comulgar dentro de esa diversidad, lo que en este caso no califica porque estamos ante un par de rufianes.
GarCIA- faramallero- y Baduel-
ladino- son dos gotas de agua. Intercambian sus papeles de acuerdo a
la circunstancias.
