Ciclo violento

La derecha golpista está abriendo un nuevo ciclo que desata una serie de acontecimientos que plantean en el escenario político una nueva trama con un desarrollo y un desenlace. Por ejemplo, el caso del maletín de Antonini Wilson, que en su momento desató una serie de acciones inmersas en un contexto más complejo, como lo fue la XXXIV Cumbre del MERCOSUR y la intensión del gobierno estadounidense de desacreditar el avance de esa crucial alianza económica suramericana.

Así hoy podemos mirar hacia atrás y ver lo que ocurrió durante el pasado proceso electoral y constatar que esa fue una etapa compuesta de múltiples acontecimientos (ciclos) que reunían series de acciones concretas tras un fin inmediato: así tenemos que las etapas corresponden a la visión y análisis estratégico, y los ciclos (secuencias de acontecimientos) al aspecto táctico.

Cuando analizamos lo que ocurrió desde el inicio de los alzamientos estudiantiles de la burguesía (que se comenzó como secuencias de acciones -capítulos- que pretendían demostrar la legitimidad de las exigencias de la derecha estudiantil) y que a su vez evolucionó hacia la “conformación” de un movimiento por las reivindicaciones de las causas estudiantiles, hasta avanzar hacia posiciones políticas coincidentes con los partidos de la derecha (golpista) y finalmente convertirse en una fuerza de coche que antagonizaba con los planteamientos contenidos en la reforma constitucional.

Este movimiento estudiantil –gestado desde el Pentágono- fue el actor en la puesta en escena mediática para sembrar duda y temor en los sectores populares y desmovilizar a una buena parte del electorado que había acompañado al Presidente en el campo de batalla de la lucha electoral como recurso de evolución de proceso revolucionario. Ese panorama es lo que podríamos llamar un ciclo; de allí la “calma callejera” que le caracterizó. Ese período de ausencia de movilizaciones fue el epílogo de ese ciclo.

Ahora comienza un nuevo ciclo que se abrió con la concentración del domingo 25 pasado, y está cada vez queda más claro que se trata de una estrategia guiada por un modelo que está repitiendo los patrones del ciclo anterior.

Ayer (miércoles 27 de mayo) tuvo lugar una movilización de un reducidísimo grupo de jóvenes que presentó un pliego con una serie de exigencias ante la Asamblea Nacional ¿la consigna? “por nuestros derechos”. Así pretenden cubrir con un manto de legitimidad a la serie de acontecimientos violentos que van a ocurrir en los próximos días.

Mientras tanto en el sureste de la ciudad, en Baruta, el asesinato de un conductor de un autobús fue el pretexto dorado para trancar esa parte de la ciudad.- Los paramilitares son el nuevo ingrediente. Entramos en una nueva etapa.

Hoy (jueves 28 de mayo) , nuevamente se repite una guarimba en el Barrio El Limón, en la zona de Tacagua, en la autopista Caracas - La Guaira. Es exactamente el calco del ciclo anterior. Y lo más grave es que se repite la táctica; un minúsculo grupete, disfrazados de chavistas ¡frente a la mirada pasiva de la Guardia Nacional! puso de rodillas al oeste de Caracas – Igual que todas las veces anteriores que les ha venido en ganas.

Ahora, a diferencia del ciclo anterior, hay una acumulación de violencia que en esta nueva fase, la conspiración trasladó hacia los barrios populares, donde sin previo aviso ni razón son ajusticiados hombres, jóvenes y niños de la clase trabajadora, con el pretexto del hampa común, aunque en el 90% de los casos se pueden reconocer los rasgos del sicariato paramilitar sin motivo identificable. El objetivo: despertar la indignación en las personas que viven en zonas de alta inclinación por el chavismo e inducirles a pensar que “el gobierno es ineficaz en la lucha contra la delincuencia”.

Otro blanco de esta estrategia han sido choféres del transporte público, como el caso de ayer en Baruta; los trabajadores del transporte público son un grupo de alta sensibilidad y la respuesta que los caracteriza ante los hechos violentos es interrumpir el tránsito.

Hay que impedir que la derecha desarrolle de nuevo la táctica del show de las luchas paraestudiantiles y de su resonancia violenta en los medios. Para el gobierno estadounidense el frente interno es crucial para la campaña mediática que vienen desarrollando. Quieren proyectar ene. exterior una imagen de caos interno, como complemento de la ofensiva que han desarrollado alrededor de la supuesta colaboración del Gobierno venezolano con las FARC.

Nunca se sabe cuándo el Pentágono puede considerar que la campaña mediática emprendida contra Venezuela ha logrado sus objetivos y que la opinión pública internacional ya está dispuesta a aceptar que EEUU comience las intervenciones directas contra nuestro país.


macaurelio@yaghoo.es


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Marco Aurelio Rodríguez

Periodista, Politólogo, poeta, escritor, humorista y ensayista. Columnista en varios medios, digitales e impresos.

 elmacaurelio@yahoo.es

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