La “Doñita” disociada que se le salió lo arrocera ante las cámaras, no solo nos dio una clase de semiótica in situ sino que además soltó unos cuantos adjetivos calificativos bastante gruesos que indican lo envenenada que la tienen los canales golpistas. Un botón de muestra, pues. En estos tiempos mediáticos, un video dice más que mil encuestas. Pero ejemplar fue la respuesta del camarada Eduardo Samán ante la ridiculez y la grosería; ecuanimidad y una frase demoledora: déjenla quieta. Es decir, dejen que saque toda la podredumbre que lleva por dentro. Que se cocine en su vino, como dijo el Comandante Presidente cuando los “preñados” tomaron la plaza Francia, en Altamira.
Con mi arroz subido de precio, sin la calidad anunciada en el empaque, no te metas. Vayan a joder con sus operativos en los abastos allá en el barrio pero no vengan a nuestros hiper ultra uff markets a avergonzar a los altos panas de Excelsior Gama y a decirnos como gastar nuestro dinero. Si el arroz no le queda “sueltecito” a la cachifa, es porque es chavista y me está saboteando.
Imagínense, llamar ladrón y sinvergüenza a un funcionario de Indepabis cuya labor consiste precisamente en no permitir que roben al consumidor. Pero para ella y todos los demás hipnotizados por el escualidismo, el mundo está patas arriba mientras ellos caminan de manos. O sea.
Casi la escucho diciéndole a otra cacatúa por el cellphone, aún resollando por la afrenta sufrida: los puse en su sitio, mi amor. ¿Qué es eso de venir a decirme si me están robando? ¿De cuando acá? ¿Hasta cuando vamos permitir que sigan coartando nuestros derechos? ¡Este comunismo nos está matando, manita! Tenemos que liberar el mercado de estos especuladores.
Fíjate que agarraron los paquetes de arroz y se lo fueron a vender a la chusma, chica. Claro, como ellos son una cuerda de arroceros. Y que falta de respeto con la gente del hiper ultra uff! Market ¡Bendito sea Benedicto XVI! Yo no se que pasa con esta sociedad civil, mi amor, que está como inhabilitada que no hace nada ante tanto atropello. Francamente, parecemos masoquistas.
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