“Tiene cara piñada, boca macabra, tiene odio en los ríos de sus venas: es un tipo de la oposición”
Es un día cualquiera. Salgo de la redacción de un periódico. El jefe me dice que debo entrevistar a un escuálido. Tomo el Metro en Bellas Artes. Me quedo en Chacaíto. Llego a la plaza Brion. Hay una tarima bordeada por cien escuálidos. Les veo a los rostros. Parecen personajes de un cuento de brujas. Algunos llevan la antigua bandera de 7 estrellas al revés. Maldicen al Presidente y a Diosdado. Uno dice que “Aristóbulo compró una mansión en la Costa Azul y que se la pasa encerrado con la nieta de Brigitte Bardot en ese lugar”. Otro alega que Jesse Chacón fue a Francia y se compró todo los cuadros de Cezzanne, de Van Goh en el museo Louvré…
Sacó mi viejo grabador y mi carnet del periódico “La Pluma Infame”. Observó a una señora como de sesenta años que viste de lycra con el rostro llenó de panqué y una gorra por cuyo lado trasero se sacó la cola de caballo. Usa zapatos tenis y las bembas bien rojas, rojitas: “Señora, señora, usted porque está en contra de la revolución?”- le preguntó de sopetón. Ella me mira de arriba abajo y monologa, “coño este bicho será rojo rojito”. Empero contesta: “Yo estoy como todo el pueblo, arrecha con ese bachaco de mal augurio que se cree el papi de los elaos” – Sus ojos encerrados entre cuatro líneas de color negro sueltan destellos de fuego: “Chávez nos tiene arrechos, él y su cuerda de monos, tierrúos, desdentados, perros sarnosos”
Alguien me empuja. El hijo de Pilarica Romero me observa con rabia. Me dice:”Si eres un rojo rojito infiltrado te vas a tener que comer la cámara y la grabadora, porque te voy a cortar el güergüero”. Uno sujeto delgado con los brazos tatuados con la svástica Nazi, le masculla: “Mosca pana, qué coño va a ser espía del chavismo ese pobre pure: ese bicho lo que tiene es una cara de no haber comido en varios días”. Eso me salva. La de sesenta se empina un trago de una botella verde que saca de un morral. Se escucha por todas partes: ¡Fuera Chávez, mueran los pobres cerreros, abajo la revolución comunistoide, Muerte a los cubanos”
Camino hacia la tarima. Observo a uno que está en primera fila y le pregunto: “Oiga señor, ¿por qué ustedes dicen que no hay libertad de expresión, no es esta tarima una muestra de que eso es mentira?”. Se mete las manos en el bolsillo. Saca una Beretta y me dice: “Mira periodista del la mierda, ¿tú cómo que eres pajúo? ¿De dónde sales? ¿No te das cuenta de que esa vaina la decimos nosotros para que se escuche en el exterior?”. Me largo rápidamente. Me acerco a un adolescente con cara de buena vaina: “¿Qué´coño te pasa viejo podrís no ves que en esta vaina estamos preparando una marcha contra la LOE?”. Con aplomo le pregunto: ¿Y qué es lo que no le gusta de la LOE?” Ve a todas partes. Se cerciora que nadie está pendiente de nuestro diálogo y me musita: “Mira viejo a decir verdad yo no sé ni que vaina es esa, yo estoy aquí porque a nosotros nos dicen que debemos protestar contra Chávez” (¿?)
En ese instante comienza una muchacha a hablar con un megáfono: “Este gobierno comunista nos va a quitar las pantaletas y los modes”….Un grupo de seis flacos con rostros de estar bien “chirriaos gritan: “Bravo Marbella, dale duro a ese comunista, que nos quiere quitar la yerba que producen nuestros panas de Colombia, dale, Marbella dale, a ese comunista que nos quiere quitar la UCV para dárselas a los tierrúos, dale Marbella” Y caen drogados en una orilla. Las respuestas que recibo de todos a los que traté de entrevistar tenían algo en común: “Yo no sé viejo, yo estoy aquí porque la oposición dice que hay que joder a Chávez”. Cuando llego a la redacción el jefe me dice al ver la nota: “Vaya, es mejor que entrevistes a Malula Quiñones. Le contesto” ¿Qué Malula Quiñones?” Me retruca: “La que te vaciló en Miraflores”
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