Según hemos podido saber a través de medio perversos y esos, la Coordinadora Democrática (antes Mesa Democrática) se encuentra en este momento en una disyuntiva terrible. Delsa Solórzano, Henry Ramos Allup, Antonio Ledezma y el carcamal Omar Babosa, perdón, Barbosa, se encuentran desaparecidos... Algunos directivos de la pavosa organización con fines de lucro, han llamado a Manuel Rosales y a Carlos Ortega al Perú, peru nada.
Enviaron e- mailes a Miami, les preguntaron al “polvopolanariz” Poleo y nada... Hablaron telefónicamente con el padre de ésta Rafael Popeo, perdón, Poleo y nada afirmativo contestó el bejuco que se la pasaba en eternas reuniones con el Negro Encarnación, Mantelinni, y Gonzalo Barrios en una oficina de El Paraíso, donde siempre se veía en la ventana una estela de cariño.
Los primeros nombrados desaparecieron como por arte del Gran Henry. Entonces ante esa situación no nos quedó más remedio que sacar a relucir nuestras dotes de reporteros “busca.busca”. Nos disfrazamos de aristócrata (confieso que yo me veía muy mal) y nos fuimos a ver si nos dejaban entrar a Globoratón, perdón Globovisión. El portero que nos atendió llamó a Ravell. Llegó Ravell y nos miró. Y esto contestó: “Estos bichos huelen a revolucionario… ¡sácalos! Y tuvimos que irnos. Nos acercamos hasta la radio donde trabaja Marta Palomina, perdón, Colomina. Nos escuchó cuando le hicimos la pregunta sobre que si no sabía el paradero de los arriba nombrados.
Nos vio como gallega que mira baño y contestó;” No mijitos, ustedes tienen pinta que me vienen a preguntar por loas cosillas que hice en el Canal 8 cuando lo dirigí, y nos lanzó la puerta... Nos subimos en el cagajón de Trino y nos lanzamos a la casa de Gloria Cuenca. No nos dejó llegar, desde la ventana gritó: ¡Váyanse, váyanse ustedes son de Chávez y a ese no lo paso yo ni con agua para chocolate”. Estábamos en una crisis.
Cabizbajos pensábamos fuera del cacharro de Trino…”Y ahora quien podrá defendernos”, exhaló Cachupín, el camarada más joven del grupo: sesenta y dos años apenas. Y entonces llegó él; el que se bajó el pantalón de primero en la marcha. “Quieren que me lo baje”, dijo, pero Cachupín al reconocerlo contestó “¡Bola e perro, paso y gano”. Camuco el hermano de Cachupin, el más serio, pero que a veces siente miedo cuando va al baño, porque no se le borra de la mente aquello de que “serio murió…”, expresó; ¿Puedes entonces, ya que tú eres del grupo de oposición puedes decirnos donde se metieron Ledezma, Allup. Delsa Solórzano, y Barbosa? El hombre se calcó de la risa (recuerden que yo no digo groserías por AUA me regaña). Tuvimos que darle un trago de apreta ano que nos dio un pana antes de salir, es una cañita.
Cuando se calmó al fin le preguntamos el porqué de la risa al nombrarles a esos personajes. Fue entonces que abrió su ranura bucal y aguantando otra risa, sacó una foto de su morralito: “Miren esto”. ¡Guao! Exclamó Camuco, qué asquerosidad”. Así tuvimos varios minutos viendo la foto. En ella aparecían los nombrados mostrando sus traseros. Pero aquello era dramático. Tanto que cachupín le pidió al muchacho “baja-baja” que guardara la foto y explicara.
Entonces escuchamos de su propia boca lo siguiente: “Miren entiendo que lo de bajarme el pantalón fue anti-.higiénico. Algo ridículo, espantosos, falto de moral y estúpìdo, pero ellos no los pidieron; ellos-miró la foto para señalarlos, nos dijeron que montáramos ese show... Pero ahora viene lo peor. Cuando nosotros aceptamos y lo hicimos, en la noche nos reunimos con ellos e igualmente le pedimos que les tocaba, es decir que salieran a una marcha y se bajaran el pantalón. Se miraron incrédulos, pero como lo de ellos es hacer ruido, nos dijeron que primero les tomáramos unas fotos para ver si estaban en condición de hacerlo. Este fue el resultado. ¡Guao! En verdad es mejor que no lo hagan nunca. Los glúteos de esos personajes, no son glúteos; son cuarto e kilo de carne de bofe, arrugaditos, con manchas rojas algunos, colgantes, lastimosos. Uno de ellos tiene un tatuaje que dice borroso; “pa ti papi” ,en el otro: “adeco es adeco hasta la muerte”, “ y en otro, un corazón que por las arrugas parece un gancho de colgar ropa. Así que es mejor que no se bajen el pantalón nunca por respeto al ornato de la ciudad.
aenpelota@gmail.com