La oposición venezolana siente odio por la revolución. La oposición venezolana con esa fila de vejetes aburridos, arrugados y sin mensaje, siente odio por Chávez. La oposición que es un gobiernito sin mando, o sea, una ínfima oligarquía, le inyectó a sus acólitos que “hay que ofender a la clase obrera para que se disguste con Chávez y lance su furia qué la tiene. Dios quiera que la oposición nunca pueda sentirla en toda su inmensidad, sobre todo esa oposición donde pulula el lujo, las mansiones, las quintas y los pent house, los sitios que ellos llaman “!jai”, contra el humano proyecto revolucionario. No despertar al león que defiende su territorio, es verdaderamente algo bueno para esa sociedad de “mártires” burgueses tropicales.
La oposición que durante casi cincuenta años implantó el terror, el miedo, la lujuria, la corrupción y la inmoralidad en la patria de Andrés Bello, tiene en su seno “sesudos analistas”, planificadores de mentiras, orates de la ofensa y psicópatas del crimen, adormitados por un poco de dinero para matar sindicalistas, jueces, abogados, campesinos gente de los barrios, porque, ¿se imaginan que los venezolanos en su mayoría son idiotas, para no saber con acentuación que ESOS CRIMENES QUE SE HAN VENIDO COMETIENDO EN EL PAÍS NO SON OBRA DE LA CASUALIDAD?. En eso está incurso el odio, para desbancar la institucionalidad, crear el caos y la desazón. CON BILLETE SE HACE CUALQUIER COSA, dice un ladrón drogadicto llamado Julio Oscar González García (seudónimo) que habita en La Vega)
La oposición, que tiene entre su pléyade de inmorales a Julio Borges, no sabe como manejar estos espíritus diabólicos. Por ejemplo JULIO BORGES anda de cantaleta en cantaleta, diciendo y escribiendo que “el Presidente gasta el dinero de todos dándole a los pobres del Caribe”. Este desalmado sin alma ni humanismo, como se ve, no conoce al pueblo venezolano. No sabe que este soberano es ducho en compartir su pan, capaz de darle la cobija a cualquiera que la necesite mientras él pasa frío. No sabe esta ofensa al amor y al cariño, que ver a un niño de esas islas pasando hambre y frío después de un huracán, conmueve hasta los tuétanos al venezolano común. Eso sucede porque JULIO BORGES pertenece a un núcleo social, donde no existen valores, donde lo primordial es el dinero, el lujo, la orgía, el desbarajuste emocional, la ociosidad extra sexo y otras aberraciones.
La oligarquía se molesta con los Barrios Adentro porque a sus “médicos graduados para hacerse más ricos” que no cumplen con el juramento de Hipócrates, se les va el dinero por culpa de este gobierno que solamente cumple con su pueblo al darle salud y educación gratuita. Los “manos blancas” ociosos, inmorales, que se hacen llamar estudiantes, no soportan que a su lado, en esa universidad que es de todos los venezolanos, se siente un desdentado, un tierrúo, un pobre negro, un hombre no nacido entre el bucólico recinto de las obras corruptas de sus padre. Miran con odio a MERCAL, porque en los supermercados de sus lobos insastifechos no podrán quitarle más el dinero a los que menos tienen con los precios y la mala calidad.
La oposición venezolana de los carcamales Henry Ramos Allup y Antonio Ledezma, lanza a los “culikitakas” al ridículo, ofendiendo a la población donde ellos se hicieron millonarios sin derramar una gota de sudor, donde el partido ACCIÓN DEMOCRÁTICA sembró la inmoralidad, el adulterio, el crimen, las persecuciones, los campos de torturas, la policía que desaparecía jóvenes y lanzaba muchachos desde helicópteros y el “cuanto hay pa eso”. La oposición venezolana no quiere a Chávez, lo ofende, lo ataca, trata de minimizarlo, le mienta la madre, se mete con sus hijos y nietos, porque sabe que ya no podrá seguir implantando las aberraciones que hicieron que Dios acabara in situ con Sodoma y Gomorra. La oposición venezolana es inmoral adolece de ejemplo para pedirle al pueblo que vuelva a votar por esas medievales organizaciones llamadas AD y Copey y sus aláteres los fascistas de Primero Justicia antro de pederastas, además del partido de ese que huye con el dinero del pueblo llamado Manuel Rosales. El SIGLO XXI NO PUEDE SER PARA LOS INMORALES bellos
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