La verdad es que la oposición actual desde hace mucho tiempo ha sido bien maluca. Y con una maluqueza suicida. Ella omite con descaro algunos liderazgos locales para imponer candidatos tan sólo por contar con el pasaje que les da acceso a las cúpulas mas enquistadas de los partidos que alguna vez gozaron del crédito popular. Ahí esta la patética demostración de un sectarismo vergonzante cuya imagen de las mil derrotas llevan impregnada entre el esternón y el homoplato.Y para una muestra mil botones. Muy probable es que hubiera hoy gobernadores opositores en los estados Guárico y Bolívar, a no ser por el vituperable despropósito que persigue a la oposición seducida al extremo por el sadomasoquismo político.
Y por lo que se ve en casi ninguna parte, ya no tienen vida. Un exánime cuerpo opositor sin alma, recorre boca abierta las calles del país deambulando entre el chanchullo y la componenda para acelerar un entierro que en septiembre se avizora. Por eso algunos candidato naturales que apoyaran en varios estados, por una razón de supervivencia política son apabullados inmisericordemente sin ton ni son y sin mas explicación que la sonora capacidad de anteponer la ambición y el protagonismo pueril a la rectitud y sana oposición. Entonces algunos líderes independientes que una vez creyeron en sus aliados circunstanciales, creyeron también esta vez que obtendrían por derecho una extensión de ese apoyo para septiembre.
Y se fueron de platanazo. Porque los adecos se hacen los locos y prefieren deslindarse de ellos, así vean de anti ojito que los candidatos que presentan están pegados a un esquema desgastado de los hábitos betancurianos ni siquiera bien vistos por una juventud adeca que hace esfuerzos por marcar distancia. Y dígame Copey. El viejo aposento juvenil de unos cuantos excluidos a difícil andar, trata de esconder por los rincones donde el mohoso cortinaje verde ya se cae de extenuación, las simpatías que a algún aspirante, se le puedan aun manifestar. Y los otros reductos opositores si nos es con ellos, ni pendiente. Así que la exclusión es la racia para imponer los carcamales y a convicción de que a un cristiano opositor en solitario sólo le acecha la desventura, la oposición hecha un resto al pierde.
Porque con los candidatos que se asoman, exornados por esa excrecencia renegada que la revolución va dejando, no llegan ni a Morón, mucho menos a Capitolio. Ahora, que no se crea en el sector de la revolución que el mandado esta hecho y que mañana mismo se recupera Zulia y que en Táchira y Nueva Esparta la vaina esta facilita. Porque si se vislumbra una equivalencia lateral de desgaste y repitencia entre los candidatos que gobierno y oposición presenten, cuidado que no puedan percolar propuestas de fortaleza comunal y coherencia en un discurso nunca alejado e la revolución, favorecidos por una población electoral cansada de rellenar el óvalo del sufragio siempre en las mismas fotos cuyo marco se notaría ya sarroso.
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