Es evidente la dificultad que se presenta en la opinión cuando se abordan los eventos que se han sucedido en torno al gobernador de Lara. También es evidente que algunas opiniones están sesgadas por viejas diferencias o simplemente por algunos resentimientos que guarecen en el ser humano esperando la oportunidad para explotar, en casos, con indebidas truculencias. Esas evidencias traslucen, posible aunque no comprobablemente, desde los puntos de vista que se han hecho públicos después de la renuncia de Falcón al PSUV. Cuando quien escribe fija una posición reconociendo la libertad que pueda tener Falcón o cualquier socialista de militar en la revolución desde cualquier trinchera que suscriba sus preceptos, también reconoce que la amplitud de la revolución puede llegar al alcance de esas posibilidades. Hasta el momento y sea las acciones las que juzguen su pensamiento, Falcón no se ha volcado a la contrarrevolución. Ese es un hecho pragmático.
La decisión de Falcón, a quien en lo personal no conozco, será políticamente cuantificable en el tiempo y desde ya pueden ser medidas por su impacto interno, en el partido socialista. Eso, en esta opinión es la conceptualización didáctica de este hecho. Entonces saltar en ánimos encendidos, y desbordarse de impulsos incontenidos para insultar despiadadamente a Falcón no es procedente. Entonces más bien por lo rápido, parece más un acto irreflexivo de ansiada espera. Analizar el hecho y las circunstancias del caso Falcón sin poner por delante la problemática ético moral del psuv, es emitir opiniones que en nada ayudan al proceso revolucionario. Porque, las macollas esta allí, las amenazas elitistas están allí y también están ya desbandadas las ambiciones personalistas y grupales que andan cazando una sombrita en el partido para recostarse en ella y medrar en una revolución casi desamparada. Por eso, así quiere quien escribe, dar respuesta a casi una treintena de compatriotas que repicaron a mi escrito” La bomba de tiempo de Falcón en Lara”. Allí solo se quiso plasmar estas ideas en la insistencia de que se revisen las estructuras del partido, para someterlas a sus principios y evitar las desviaciones, con todos adentro, porque no sería posible intentar hacerlo con todos afuera.
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