No hay una palabra para catalogar la traición, menos para juzgar a los traidores. ¿Cómo se siente una traidora /or? ¿Cómo reacciona el traicionado, la traicionada? Es algo monstruoso, porque quien da confianza, quien otorga algo, quien da una amistad, es lo menos que espera. El ser humano actúa en la mayoría de las veces aupado por la traición. El espía que vende una fórmula, el cipayo que le echa deo al amigo, el sindicalista que vende las prestaciones sociales de sus representados. En Venezuela la traición es como algo normal, ante la gran crisis mental de algunos.
Cuando el Presidente Chávez comenzó su periplo revolucionario llevado de la mano de la mayoría de venezolanos de la clase que no tiene etiqueta sambilera, andaba con un anciano al que todos conocimos como Luis Miquilena. Un viejo ya al final de la última curva, un arcaico personajes de la Venezuela política, que ha vivido durante décadas de la trapisonda, de la venta humana, del suspiro lamesuela. Todos creíamos que el glaucopureto cachaco, era para Chávez casi un padre. En efecto Hugo Rafael un día lo dijo. Pero este padre es igualito a los que tienen hijos y los abandonan y eso sucedió. Nos preguntamos, ¿para que quería este jurásico y gris personaje ahora tanto dinero? ¿Qué hace un viejo con dinero más allá de parecerse a Rico Mc Pato?
Practicó la traición al hombre que le dio la mano. Un día 11 de abril de 2002 se encerró en una habitación del Caracas Hilton a aupar la caída del Presidente que llegó al mando llevado democráticamente por la mayoría, ¿quién le da la mano ahora a este siniestro y arrugado personaje que no sea un traidor como él? ¿Qué luz de amor puede recibir esta cosa del que todo lo puede: el pueblo? En su lujosa habitación de La Castellana este agrio viejo oloroso a naftalina, no le quedará más destino que mirar por la ventana del silencio, del olvido, el desprecio de la multitud.
Muchos se fueron después que habían alcanzado un puesto gracias a Chávez y al pueblo. Uno de ellos es Ismael García, pobre infeliz, pobre demonio luchando a muerte con el ángel de la lanza que cobra agravios. Mutilado por la naturaleza humana este hombrecito, anda por ahí como un viajante de desiertos, sin agua, sin sombra, bajo el sol de la historia que lo llevará definitivamente al mismo infierno de donde un día salió. Este traidor que se chorreó en el pueblo, ahora es un aliado de quienes hasta hace poco, eran los satanás que él combatía; este cobarde de voz gallinácea, de figura horrorosa, de inútil pensamiento, no será más que un grito sin eco en el espacio de la política, donde a los traidores se les marca con un asterisco.
Ahora fue Henry Falcón. Sin que lo sepa porque a los traidores no los ilumina alguna luz, este eunuco de la oligarquía tuvo el tupé de estar engañando al pueblo y al Presidente durante muchos años. Alcalde por los votos del chavismo dos veces, gobernador por los votos del chavismo una vez…y hoy despreciado por el chavismo y por los hombres y las mujeres que lo han señalado como un “gallito de las rocas”, una marioneta manejada por la oligarquía, un recibidor de prebendas burguesas que no tiene bolas, que es muy posible que sea hermafrodita con preferencia hacia el feminismo desigual, que no el real, porque la naturaleza puso a cada quien en su lugar.
Siempre hubo esa expectativa. Este traidor con cara de cantante de vallenato a la orilla del Meta fue habitué de los Mendoza, de los ricos de Lara, de los fariseos traidores. Ellos le metieron en la cavidad seca de su mini cerebro, que podía ser alguna vez el rival de Chávez en una presidencial. Nada más anormal. Este traidor seguirá la senda de los otros, irá a engrosar el chiquero donde están todos esos lambucios sin ética ni personalidad, revolcándose entre la podredumbre fecal. TRAIDOR, traidor, traidor. Que todos los traidores del mundo, se cocinen en el fuego del olvido y más Henry Falcón que resultó ser un “falcón” retrógrado, atrasado, obediente, lame suela, vividor y chulo. EL PUEBLO avizora el destino para este simple, anónimo y despreciable personaje
aenpelota@gmail.com