Leí con atención la opinión del compatriota General Clíver Alcalá Cordones expresada en el artículo "Arco Minero del Orinoco: Crimen ecológico y entrega de la soberanía" publicado en aporrea.org.
En principio lo leí, porque conozco al general, lo he visto trabajar y reconozco que no es un militar del montón. Además, no tengo razones para dudar de su buena intención en defensa de nuestro sistema ambiental guayanés. Dice el camarada que:
"Se materializa una insolente pérdida de soberanía en la extensión de terreno que abarca el decreto, siendo dicha superficie aproximadamente el doce por ciento (12%) del territorio nacional, entregándose la exploración y certificación de los recursos mineros de todos los venezolanos y venezolanas a empresas cuyo único interés es el económico, abarcando lo afectado una zona de gran biodiversidad desde el norte del estado Bolívar, una parte del Amazonas y Delta Amacuro, con un total de 111.843,70 kilómetros cuadrados"
A esa aseveración le cabe la pregunta ¿Lo que ocurre en el presente no nos hace perder soberanía? La realidad factual es que el arco minero ya está siendo explotado, solo que de manera clandestina, irregular, anárquica sin ningún tipo de reglamentación. Ya hoy hay un desastre ecológico. No sé si el decreto pueda poner orden en ese desastre o por lo menos poner el desastre a generar recursos financieros para el país, lo que no podemos permitir es que se siga sin hacer algo al respecto.
¿Abrir el arco minero a una explotación consensuada, negociada y supervisada es una situación mejor que la actual? Creo que sí, pero no se trata de lo que yo crea, sino de discutir seriamente el tema y hacer propuestas reales.
Continúa el compatriota:
En tal sentido, el decreto de creación de la "Zona de Desarrollo Estratégico Nacional Arco Minero del Orinoco" se erige como un crimen ecológico que compromete la integridad de nuestro territorio, configurando un evidente delito de traición a la patria. Más aún, con el agravante que el territorio comprometido concentra la mayor extensión de áreas naturales de Venezuela y zonas boscosas de la Amazonía. Región de trascendental valor para la regulación del clima global de la tierra, y fuente de control contra los efectos del cambio climático y el calentamiento global.
El crimen ecológico y el delito ambiental ya ocurren, ocurría cuando el General Clíver era jefe de esa zona de defensa integral, ocurría antes de que lo fuera y ocurre ahora. Si vamos a delimitar, cuantificar y discutir el problema, no podemos engañarnos diciendo que la zona del arco minero del Orinoco es un espacio prístino y virgen donde jamás ha entrado la mano del hombre y que hay que crear una liga de superamigos para salvar la Amazonía planetaria de las manos de un gobierno malvado que la quiere explotar. Eso está bien para una canción de Maná o para la trama de una mini serie, pero no para un debate de este nivel.
Para discutir el asunto hay que partir de lo real, y lo que ocurre allí es un desastre ecológico grave, que incluye crimen organizado trata de seres humanos, espionaje y muchas cosas más. Es un tema muy delicado que requiere una discusión seria más allá de "salvemos el Amazonas de los malos".
A menos que haya un plan con intereses soterrados para que no se haga nada y se deje problema tal y como está, creo que hay que hablar del tema en términos objetivos.
Es posible que una explotación ordenada de la zona con la observación de los ojos de América Latina en un proyecto como el del arco minero, pueda ayudar a la discusión sobre el manejo de esa cuenca, mejorar la calidad de vida de quienes habitan en el sector y definir responsabilidades de mitigación o protección donde haya lugar, en contraposición a la anarquía que hay en el presente.
La explotación del arco minero está considerada en el Plan de la Patria ¿alguien se acuerda de ese plan? De hecho la definición "arco minero" fue acuñada por el propio Chávez. Creo que es injusto cuestionar el arco minero en términos de que es un invento de Maduro para destruir un pulmón vegetal, o una reserva de agua dulce.
El tema ambiental es un asunto serio, que va más allá de un pasticho discursivo salpicado de frases como "calentamiento global" "salvemos el amazonas" o "los buenos versus los malos". El abordaje de ese problema multi dimensional va mucho más allá.
Comparto con el General Clíver la preocupación por la soberanía y por la cuenca, no comparto el método de lanzar frases pseudo ecologistas para despotricar contra el gobierno presentando el problema como si se hubiera originado ayer.
Me sumo a la idea de dar un gran debate nacional sobre la utilización de los recursos financieros que genere la explotación del arco minero en el plan de desarrollo del eje Orinoco-Apure (en algún archivo del ministerio de planificación debe estar ese excelente plan) para que le veamos el queso a la tostada por lo menos. Me sumo a la idea de discutir una propuesta para el plan de manejo de la cuenca y que a través de la iniciativa popular sea refrendada vía referéndum.
Si se trata de propuestas serias, reales y concretas, el General Clíver y cualquier otro cuenta conmigo y con mucha gente más, pero si se trata de decir "vivan los pajaritos" "salvemos el planeta del calentamiento global" y cualquier otra frase devenida en cursilería por no tener un hilo conductor ni presentar una propuesta, sería más de lo mismo: manejar el tema en términos anti históricos o anti gobierno, sin propuesta y por lo tanto condenada a lo anecdótico.
marcosleonardove @yahoo.com