En Venezuela las estadísticas publicadas sobre recolección de residuos sólidos y reciclaje son escasas. En este momento la información más actualizada y disponible la presenta el Instituto Nacional de Estadísticas en un reporte titulado “Generación y manejo de residuos sólidos en Venezuela para los años 2011 – 2012”. El informe reporta que para el año 2012 la tasa recolección de basura por persona fue de ,902 kilogramos por día por habitante (menor a la del año anterior). Ahora bien, no existen estadísticas fiables sobre la tasa de generación de basura por día por habitante, lo que hace imposible en este momento estimar la diferencia entre la generación y la recolección, es decir calcular cuanta basura queda en nuestro entorno inmediato.
El destino de la basura es otro dato que aporta el informe. En este sentido afirma el INE que de los 335 municipios que conforman nuestro país, el 43,17 % coloca los residuos en botaderos, el 18,35 % lo hace en vertederos y finalmente el 38,49 % lo coloca en rellenos sanitarios. En suma 61,52 % de la basura se dispone de manera inadecuada. En relación al reciclaje se reporta que solo el 2,28 % de los desechos son reciclados. El cartón y papel ocupa el primer lugar con el 88,92 % de lo reciclado, seguido por plástico (5,50 %), vidrios (4,16 %) y los metales (1,41 %).
¿Qué explica esta minúscula tasa de reciclaje de residuos sólidos en Venezuela?. En mi opinión varias son las situaciones: ausencia de una política pública, modelo económico rentista-importador, monopolios en el aparato industrial del reciclaje, baja innovación en materia de procesamiento de materiales susceptibles de ser reciclados, ausencia de un sistema de recolección (segregada) de residuos y un bajo estímulo para la generación de iniciativas de reciclaje.
En la actualidad no se observa una política pública para la recuperación de materiales reciclables en ninguno de los tres niveles de gobierno (nacional, estatal y municipal).En particular la ausencia es notable en las alcaldías que tienen dentro de sus competencias propias la gestión de los residuos sólidos de acuerdo con la Ley Orgánica de Régimen Municipal (1989).
Asociado a la ausencia de una política pública, encontramos el bajo estímulo para la generación de iniciativas de reciclaje desde todo punto de vista, pues las organizaciones gubernamentales no establecen convenios sustentables, tampoco comparten recursos o brindan subvenciones, entre otros.
Producto de un esquema económico basado en la importación teniendo como base la renta petrolera, nuestra industria manufacturera es limitada, por la cual la necesidad de materias primas es restringida. En otras palabras, baja manufactura, implica baja demanda de materias primas, muchas de las cuales son importadas.
La capacidad instalada en Venezuela para procesar materiales susceptibles de ser reciclados es pequeña y monopolizada, como en el caso de cartón y el papel (constituye el 88,92 % de lo reciclado en Venezuela) que está dominado por una sola empresa, al igual que en el caso de vidrio. En cuanto a la recuperación de los plásticos el comportamiento es inverso.
Existe un precario, reducido e informal sistema de recolección de residuos sólidos de manera segregada. Y los más formalizados (que intentan que prevalezca más lo estético que lo funcional) están poco coordinados con las infraestructuras de reciclaje, lo que hace que los residuos terminen en el sistema de recolección ordinario.
En los ámbitos científico-técnico y educativo existe bajo estímulo para la generación de iniciativas de recolección de residuos y reciclaje. Prevalece la tendencia de lo discursivo, de tal manera que hay más parafernalia en días conmemorativos que innovación.
Luego de este examen situacional, encontramos la explicación de la minúscula tasa de reciclaje en Venezuela. En consecuencia si se pretende potenciar esta actividad es necesaria una política pública coherente con el Objetivo histórico Nº 5 del Plan de la Patria (2013-2019) que ordena “Contribuir con la preservación de la vida en el planeta y la salvación de la especie humana”. Y en función de esta generar una concepción del desarrollo post-petrolero, diversificar el aparato industrial del reciclaje, estimular la innovación en materia de procesamiento de materiales susceptibles de ser reciclados, desarrollar y fortalecer un sistema de recolección segregada de residuos, y promover iniciativas de reciclaje públicas y privadas.
Le corresponde a Venezuela acelerar los pasos en relación al aprovechamiento de los residuos sólidos, pues varios países de la región tienen niveles de avances importantes, sin olvidar que el reciclaje es el último eslabón de las tres r, y que antes de este, debe promoverse la reducción y el reuso, de manera que nuestra huella ecológica sea disminuida efectivamente.
[i] Fue Coordinador Técnico-Operativo del Programa San Francisco Recicla entre 2003 y 2007 y actualmente se desempeña como Facilitador Profesional de Salud y Seguridad de los Trabajadores y Trabajadoras para el Instituto Nacional de Prevención, Salud y Seguridad Laboral.