Estos términos, especialmente los dos primeros, tienen distintas acepciones, más formales, menos formales, científicas, políticas, coloquiales. Quiero acá exponer una manera de entenderlos, coloquialmente, "como yo lo veo, en el marco de nuestro acontecer socio político ambiental nacional". No es que estas definiciones o maneras de entender, sean determinantes para el accionar venezolano en pro del ambiente, pero permitirán al menos generar una reflexión y tal vez, debate ¡viva el debate de ideas!
Este tema desde hace tiempo lo he reflexionado sin exponerlo. Una vez una persona a quien respeto mucho (a pesar de ciertas "diferencias"), líder cierto de nuestro movimiento ambientalista venezolano, me dijo "no hagas diferenciación entre ambientalistas y ecologistas, no es válido". Y me retrotraigo a esta reflexión gracias a que acabo de recibir el documento "Memorias del Congreso Nueva Época sector Ecologistas 2022" el cual estoy comenzando a leer; actividad coordinada por otro importante líder ecologista nuestro, el rector Juan Manuel Parra. Probablemente él tampoco esté de acuerdo con mi opinión acá.
Para mí, un ecologista es un ambientalista formado en la ciencia ecológica, y estar formado en ecología significa conocer de un conjunto de otras ciencias: biología, botánica, geografía, edafología, geología, climatología, sistemas (y ciclos), metodología de la investigación.
El ecologista es capaz de emplear su conocimiento para hacer un uso sustentable, de los ecosistemas y los recursos naturales contenidos en estos. Per se, un ecologista debe poseer conciencia ambiental, debe ser un ambientalista.
Un ambientalista, por otra parte, no necesariamente debe ser un ecologista. El activista ambiental, evidentemente informado de las implicaciones del desarrollo civilizatorio malsano, no necesariamente es capaz de explicar científicamente el fenómeno, pero lo palpa lo vive o lo intuye, y por tal, movido por su conciencia, emprende acciones de recuperación de la calidad ambiental perdida: denuncia, organiza, emprende campañas de saneamiento, ejecuta campañas educativas.
Podría decirse que el ambientalista está enfocado en "evitar y rescatar"; el ecologista, en producir bienes y servicios extraídos de la naturaleza en forma sustentable.
El ecosocialista va más allá. Es un ecologista que, además de dominar el conjunto de "ciencias de la naturaleza", debe conocer de filosofía, sociología, economía, historia, ciencia política, y por tal, es una persona con alta conciencia de lo social y político. Entiende que no es suficiente con desarrollos "sustentables", sino que, además, tales desarrollos deben ser "sostenibles". Y aquí me detengo un momento para hacer una breve diferenciación de ambos términos:
Por "sustentable", desde el punto de vista ecológico (el término tiene distintas acepciones según el marco científico que se emplee), se puede entender aquello (actividades) que, haciendo ocupación / uso del ambiente y sus recursos naturales, puede desarrollarse garantizando su no agotamiento o sin pasar los límites resilientes del ecosistema. No hace otras consideraciones más allá de lo estrictamente ecológico. No infiere sobre el qué ocurre luego con lo obtenido "sustentablemente" de la naturaleza, el ¿para dónde van los bienes o servicios obtenidos?, es decir, no aborda el aspecto social del desarrollo, actividad o proyecto.
Por "sostenible" se entienden aquellas actividades que, además de ser sustentables ambientalmente, incluyen la consideración de lo social, es decir, surge del pensamiento filosófico de que no tiene sentido infringir alteraciones al ambiente natural, no tiene sentido el aprovechamiento de los recursos naturales de un país, región o localidad (que son, per se, propiedad de todos sus habitantes) si dicho aprovechamiento o actividad no produce beneficios sociales generales, si la gente no recibe mejorías palpables en su calidad de vida. Este pensamiento ha conducido a otro inseparable: el rol protagónico de la sociedad, la participación determinante de la gente en la toma de decisiones sobre el presente y futuro de toda actividad trascendente que pretenda realizarse en detrimento ambiental (porque "toda actividad humana, produce una alteración ambiental, usualmente negativa" … pero este es tema para otro abordaje reflexivo).
Sin sostenibilidad social no es posible la sustentabilidad ecológica. Sin justicia social, no es posible la sustentabilidad ambiental. Con hambre y pobreza, no puede existir calidad del hábitat. La sustentabilidad ambiental, solo es posible, en socialismo.
Y he acá la gran diferencia entre los "simplemente ecologistas" y los "ecosocialistas". Los primeros creen que puede haber sanidad ambiental, que puede haber "desarrollo verde" sin considerar el quehacer y bienestar de los pueblos. Este es el caso de, por ejemplo, la joven Greta Thunberg, gran promotora ambiental, pero creyendo que puede salvar el mundo manteniéndonos dentro del sistema capitalista.
En este marco reflexivo, vuelvo a la consideración del término "ambientalista". Creo es un deber de todas y todos los ambientalistas (es deber en realidad de todas y todos los seres humanos) el estudio constante, aprender con buena profundidad cómo funcionan los ecosistemas, para entender mejor el socialismo y así, "subir dos niveles" y convertirnos todos en personas muy objetivas, muy críticas pero con mucha base de conocimiento, capaces de "manipular sustentable y sosteniblemente nuestros ecosistemas"; porque, estemos claros, la intervención sobre los ecosistemas es inevitable y necesaria; de allí vienen los bienes y servicios necesarios para la vida humana particular y social.
Con alguna frecuencia ecologistas y los ambientalistas hemos tenido desacuerdos o desencuentros, en especial cuando de "intervenir sobre ecosistemas" se trata. Algunos ambientalistas prefieren "no tocar nada", los ecologistas (utilizo el término en sentido amplio, más particularmente quiero referirme a lo "ecosocialistas") somos de los que decimos "sí se puede, podemos intervenir "x" o "y" hábitat en particular". Por supuesto los ecosocialistas creemos que hay sitios "sagrados" o intocables, pero que no por ello significa dejar ese espacio a la deriva o a la buena de Dios, o solamente "protegidos" por leyes o decretos pues, está demostrado, no son suficientes; siempre será necesario "intervenir" (presencia institucional, investigación, planes de manejo, entre otros).
Lo acá expuesto, repito, son meras reflexiones que lanzo para ofrecerlas a la reflexión y el debate.
De algo sí estoy muy creído, y seguramente todas y todos estemos de acuerdo: Siempre es necesario el estudio, el estudio permanente. … Una vez leí por ahí "el día en que despiertes y digas, ya he aprendido todo, ya me las se todas, nada más me queda por aprender, ese día empieza uno a envejecer".