También en "mi Barrio Adentro"

Escribo el artículo con este título  para aludir al publicado en Últimas Noticias por el doctor Elio Gómez Grillo donde el querido profesor, del Instituto Pedagógico Nacional, se refirió a su “Barrio Adentro” del Hatillo con palabras hermosas que lo honran y las hago mías por su rectitud y justeza.

Soy usuario junto a mi esposa Sonia del CDI Santa Cruz del Este, situado a un costado del Centro Comercial La Pirámide en la Parroquia las Minas de Baruta. Yo llegué a ese paraíso de la salud buscando ayuda para la  rehabilitación de mi brazo  por haber sufrido  recientemente una fractura  múltiple del húmero izquierdo y Sonia por dolores en la cervical.  Reconocer, promover, identificarse, luchar y entender la solidaridad y la amistad mutua entre Venezuela y Cuba es un principio, una mística, un deber revolucionario, un compromiso moral y lógico cuando existe  una formación ética. Ahora, vivir  el suceso mágico, ser beneficiario directo de algo que se predica por convicción pero nunca habías usado,  verificar  que la utopía, el sueño y los ideales se concretan en una realidad social palpable, tangible e inevitable, les juro estimados lectores que ésta  es una vivencia extraordinaria y digna de celebrarse. Es un acto de confirmación existencial que para un religioso significaría no solamente creer en Dios sino presenciar el acto sublime, superior y grandioso de tener  un contacto directo con el Supremo al verlo aparecerse y hacerse perceptible por todos los sentidos sin especulaciones teológicas.  Eso ni más y menos, desde una visión laica, científica y anti dogmática  ha significado para mí  la experiencia incomparable de acompañar a la gente humilde y sencilla de nuestro pueblo en la utilización de la red de médicos cubanos desde el consultorio increíble en el barrio de la Naya, ubicado en la carretera vieja de Caracas a Baruta, donde resido, hasta el milagro maravilloso del CDI Santa Cruz del Este. En el primero entramos a una bella y pulcra casita, adquirida por el gobierno bolivariano,  donde habitan y atienden  expeditos médicos cubanos, también jóvenes practicantes venezolanos de las nuevas promociones en medicina integral comunitaria quienes perfeccionan su saber científico con la colaboración de sus colegas cubanos y  muchachas  odontólogas venezolanas entre las cuales se encuentra mi querida vecinita,  Karín Castro,  hija de entrañables amigos de pensamiento avanzado.  Imposible dejar de mencionar también al atento médico cubano, Jaime Segrea a quien le debo, en gran parte, el cuidado de mi salud integral y el de mi familia.

En Barrio Adentro de la Naya supimos de la existencia del  CDI Santa Cruz del Este. El primer impacto, cuando llegamos a éste,  fue ver  la  impecable y moderna edificación ad hoc, pulcramente mantenida como una tacita de oro,  la cual todavía no ha sido inaugurada oficialmente  pero lleva  más de tres meses funcionando con la asistencia diaria de varios centenares de pacientes provenientes en su mayoría de los sectores populares. La segunda impresión que nos sorprendió positivamente, fue el acceso al servicio de rehabilitación sin el más mínimo  burocratismo es decir con la debida eficiencia. Basta que usted reciba la información pertinente que le será suministrada amablemente por la señora  Mayda Alejandra, secretaria de la Sala de Rehabilitación, y ya podrá usted entrar a la consulta con la médica en Fisiatría, Ania Limonta Hardy quien es una brillante profesional, de una insigne calidad humana ,  dotada de una condición sine qua non que enaltece su misión y la cual es perfectamente asimilable a la idea contenida en Versos Sencillos cuando Martí dice: “Con los pobres de la tierra quiero yo mi suerte echar”. Esta es una cubana que emulando al Apóstol podría decir con propiedad: “… amo la sencillez, y creo en la necesidad de poner el sentimiento en formas llanas y sinceras.”  La gente modesta  proveniente de los barrios humildes y también de la clase media, en menor cuantía, de las urbanizaciones conocidas del Este ingresan, sin dificultad ni trámite alguno,  a  la consulta en la Sala de Rehabilitación  y quedan en manos de la sabiduría de la mencionada médica  fisiatra quien hace el diagnóstico y canaliza, según las necesidades específicas  de cada usuario, a los mismos por un circuito personalizado de tratamiento médico científicamente diseñado. Estos servicios están  dotados con tecnología de punta y son aplicados según las indicaciones respectivas en los espacios de electroterapia, termoterapia y masaje, terapia ocupacional, podología, hidroterapia, gimnasio pediátrico, gimnasio de adultos o foniatría y dentro de poco tiempo, también  por  el servicio de medicina natural tradicional por empezar a funcionar cuando llegue el personal correspondiente.  Un equipo especializado de licenciados y técnicos cubanos atiende amorosamente a los venezolanos, a muchos colombianos, como es obvio por la cercanía del barrio Santa Cruz donde hay una colonia numerosa del vecino país y a cualquier persona, sin discriminaciones, en forma igualitaria. Es encomiable la dedicación, el esmero y la vocación misionera  que le consagran los médicos,  los licenciados y los técnicos cubanos a su labor sanadora y preventiva de la salud cuando emplean sus conocimientos en fisiatría, defectología, cultura física, terapia física rehabilitadora y podología. Gracias Ania Limonta, Carmen Pérez, Marlene Romero, Edith Díaz, Yumel Benítez, Yoankis Martínez, Iliana Machado, Fernándo García y Maday Hernández por continuar haciendo lo mismo que dijo  Martí: “Deme Venezuela en qué servirle, ella tiene  en mí    un hijo”

Hemos compartido también estos días con decenas de usuarios quienes como Sonia y yo acudimos al CDI en busca de ayuda y la estamos recibiendo con creces y con óptimos resultados. Han sido gratos los momentos que pasamos al lado de tantas personas simpáticas y amables que junto a nosotros han podido constatar las bondades de la misión médica cubana.  Estamos agradecidos por el buen trato y el esmero de los cubanos al cuidar la salud de nuestro pueblo. Sentimos  palpitar en el corazón de la gente la frase de Martí “Amor con amor se paga”  porque cada vez con más claridad se entiende la amistad y la solidaridad mutua entre Venezuela y Cuba. Por lo vivido  los usuarios  visibilizan el concepto de socialismo  que predica el comandante Chávez cuyo único propósito es el de mejorar la calidad de vida de las mayorías excluidas históricamente por el capitalismo. El respaldo de las masas populares a la revolución bolivariana es cada día mayor por  el proceso de transformación de la conciencia social de nuestro país, gracias a misiones como la de Barrio Adentro.

(*)Profesor ex Director de la Casa de Nuestra América José Martí

sergiobricenog@yahoo.com

padreamalivaca.blogspot.com



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Sergio Briceño García (*)

Profesor Universitario de Filosofía de la Educación Jubilado de la UPEL. Autor del Poemario "Porque me da la gana" y de la obra educativa "Utopía Pedagógica del Tercer Milenio". Ex Director Ejecutivo de la Casa de Nuestra América José Martí.

 sergiobricenog@yahoo.com

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