Hay seres humanos a su muerte física, le sigue una segunda muerte que es la del olvido. Morir de su propia muerte.
En cambio, Lina
Ron no se fue jamás con su propia muerte. Ella se hizo inolvidable como dirigente popular, como revolucionaria,
como ella: apasionada, impetuosa, irreverente. Convencida, ayudaba
a su gente y sin cesar defendía a su líder a paso decidido
y firme voz: “Con Chávez todo sin Chávez nada.”
Pero aquel sector de la sociedad, bien llamado carroña, que en sus medios de comunicación, profirieron injuriosos e irrespetuosos comentarios en torno al fallecimiento de Lina Ron; hasta el extremo de convertir informes objetivos, basados de claras evidencias, como lo fue el diagnóstico legal médico forense, en las inmundas informaciones que permanentemente ellos utilizan.
Estos seres sí
que se irán con su muerte física, o no, al olvido del
nunca jamás, al basurero de la historia.
Mientras Lina,
vivirá y ondeará sus cortos y rubios rizos, con su
enérgico verbo y acción en cada hombre y mujer
que en nuestro país defienda la causa que ella
abrazó y defendió. En Lina Ron se evocará también
a una Rosa Luxemburgo, Argelia Laya, Dolores Urribari “La Pasionaria”,
Luisa Cáceres de Arismendi, y más cerca, Livia Gouverneur junto
a muchas otras, mujeres revolucionarias, que como
ella. fueron decididas luchadoras patria o muerte.
Cierto que a
Lina, no la vimos nunca sorteando tácticas. Ella dirigía
sus estrategias a resolver lo que consideraba justo. Sólo
abrazaba la teoría que en la práctica la llevó
a ser una combatiente de armas tomar. Como justo era darle un parao a la canalla mediática, en su sencilla
figura, armada con su fiera y sincera decisión, enfrentó a los falsos
periodistas, y comunicadores en su terreno, a farsantes de la
Iglesia en sus bunkers, y al nido de conspiración permanente en la Embajada
de Estados Unidos.
El pueblo llano revolucionario,
de plano se identificó con los bríos de Lina y
su comando por esa acción. Muchos hombres y mujeres,
de entrada, también gozamos su escaramuza, su obra… Pero
nos preocupó, y tal vez hasta incomodó .
Así que muchas de las críticas, más allá de las conveniencias o tácticas políticas para el proceso revolucionario que se desarrolla en el país, se debían quizás, a recelos, turbaciones, en fin, a remilgos pequeño burgués. Lo asumimos y, ciertamente como lo escribiera un compatriota en Aporrea que “Ella se atrevió a hacer lo que muchos deseaban” ¡Deseábamos!!
carmentravieso@gmail.com