*Expresiones orgánicas de la revolución bolivariana en marcha
*Síntesis del poder popular en construcción
A estas alturas del proceso político- social que se viene desarrollando en el país, 20 años si se parte del 4 de febrero de 1992, todavía hay quienes desconocen o ponen en duda que en Venezuela se ha venido materializando un proceso de cambio revolucionario enrumbado al alumbramiento de una nueva sociedad. Y en esta posición se ubican tanto sectores de la derecha que añoran su pasado de gloria y de poder sin percatarse de la imposibilidad del retorno de tal ilusión y sectores que se presumen como revolucionarios, de esos ortodoxos, que no encuentran correspondencia entre el modelo que se habían prefigurado como pauta de su fantasiosa revolución, y el papel protagónico que en ella tendrían ya auto asignado, y el complejo acontecer que, verdaderamente, se viene operando en las entrañas de la sociedad venezolana. Nadie es culpable de esta pésima lectura de la realidad; sólo ellos podrán cargar con sus culpas, frustraciones e impotencias.
Por nuestra parte, quienes asumimos el carácter revolucionario del proyecto bolivariano liderado por Hugo Chávez Frías, proyecto en el que el pueblo pobre y trabajador es el sujeto político fundamental y siendo, como somos, simples mortales a quienes el guiño de la revolución nos convidó, en muchos casos desde hace ya cierto tiempo, a sumarnos a ella, tenemos la gran tarea y la gran responsabilidad de mantenernos en sintonía con el desenvolvimiento de la dinámica política, avizorando las tendencias que se asoman en el horizonte, escrutando y descifrando la realidad social, considerando el mayor o más preciso haz de variables incidentes en esa realidad con miras a reflexionar y a actuar sobre las líneas de acción a emprender y a desarrollar en el seno de las distintas corrientes por donde transita el tumultuoso torrente popular. Teniendo presente que en el escenario político venezolano la impronta del liderazgo del Comandante Chávez tiene un peso específico y determinante, condición esta que impone una alianza estratégica en base a sus lineamientos programáticos que interpretan el sentimiento nacional popular y son compartidos ampliamente por las fuerzas revolucionarias.
En esta línea de pensamiento y de acción ocupa un papel realmente preferencial lo concerniente a la construcción del poder popular, que junto con el esfuerzo que se ha venido dando en aras de la construcción de una nueva hegemonía cultural, constituye el entramado sobre el cual se asientan o se expresan los cambios que se adelantan, a paso firme y progresivamente, en la base material o productiva de la nación.
En próxima entrega revisaremos, aunque sea someramente, lo referente al esfuerzo constructivo del poder popular, de lo que llamamos el quinteto estructural sobre el que ha venido erigiéndose, con sus altibajos, con sus avances y retrocesos, el poder popular en la Venezuela bolivariana. A nuestro entender este quinteto lo constituyen: los movimientos sociales, las misiones sociales, los consejos de trabajadores y trabajadoras, los consejos comunales y las comunas; cada una de estas expresiones orgánicas tiene sus características ,orígenes y trayectorias propias; algunas provienen,(como los movimientos sociales ,los consejos de trabajadores(as) y las comunas) de ámbitos que trascienden los linderos nacionales y de distintos tiempos históricos aún cuando en su instrumentación han sido adecuados a la realidad nacional; y las otras, las misiones y los consejos comunales, que responden al carácter innovativo de la revolución bolivariana, han surgido al calor de sus necesidades y contingencias.
Incorporar en el análisis de coyuntura este tema es de vital importancia, entre otras razones, porque hay que dilucidar las resistencias que se observan o se palpan a la hora de la instrumentación de estas expresiones orgánicas del poder popular en la revolución bolivariana. Evidentemente que ello obedece a las contradicciones que están presentes al interior del propio proceso, contradicciones a las que no ha escapado ningún proceso revolucionario de los tantos que en el mundo se han dado y que, sencillamente, el bolivariano no podría ser la excepción; en todo caso, el problema no es que haya contradicciones; bienvenido el disenso como ha dicho el propio Chávez; el problema radica en la forma o mecanismos que se emplean para abordar las diferencias, que, además son inherentes a toda comunidad humana en las que hay intereses contrapuestos. Ya los referentes fundadores de lo que luego se dio por llamar la teoría marxista alertaron que incluso en la sociedad comunista habría contradicciones pues, de lo contrario, estaríamos arribando a un estadio de la sociedad en la que no habría posibilidades de avanzar y, siendo así, se estaría negando la dialéctica de las sociedades humanas.
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