En base a la información aportada por el sociólogo, Reinaldo Yturriza, Ministro del Poder Popular para las Comunas y Movimientos Sociales, en Venezuela, a fecha de hoy, 25 de agosto, hay 103 Comunas registradas, 367 en proceso de construcción y, adicionalmente, 409 expresiones de pueblo organizado que han manifestado su disposición de constituirse en Comunas, siguiendo las orientaciones del Comandante Chávez, planteadas en el “Golpe de Timón” del 20 de octubre de 2012.
Como indica el mismo Yturriza, son 889 trincheras- sin descartar otras experiencias que, probablemente, existan que aún no han sido identificadas- desde las cuales se apuesta por la edificación vernácula de nuestra versión del socialismo, el ya emblemático socialismo del siglo XXI.
Está claro que el concepto de Comunas ha estado presente en la génesis teórica de la elaboración socialista como transformación social alternativa; Marx y Engels se fundamentaron en la experiencia de la Comuna de París, de 1871, contemporánea con ellos, para formular la propuesta de alternatividad a la sociedad capitalista; y muchas otras expresiones concretas de Comunas, la China de Mao, por ejemplo, se han dado, constituyéndose en referencia práctica-teórica en el proceso de los pueblos de ir atisbando una nueva concepción de las relaciones sociales, en las que prime el valor de la solidaridad antes que el de la competitividad, es decir, el de la explotación, como hálito motivador de la praxis humana.
El desarrollo de las Comunas pasa por la ruptura con la visión capitalista de asumir e interpretar el mundo, superando los valores característicos que identifican la sociedad capitalista, el afán de lucro, el egoísmo y, lo que es fundamental, superar la fuerte creencia de que la forma de vida capitalista es la única factible para alcanzar un status de vida superior; cuando en la realidad esto lo logran sólo algunos privilegiados en detrimento de las inmensas mayorías y del deterioro progresivo del ambiente, del cual depende la supervivencia de la humanidad.
Ahora, qué duda cabe, en nuestro caso, fue Chávez el adelantado visionario que tuvo el acierto de formular ese concepto, el de las Comunas, fundado en nuestra particularidad como formación social; apuntando a sembrarlo como epicentro de su proyecto socialista, basamento de la sociedad comunal del porvenir, en la que el Estado ha de ser una referencia antropológica y no la figura determinante como todavía tiende a acentuarse.
Auspiciar, reforzar, materializar, sembrar, y muchos otros equivalentes, son vocablos que explican la acción que hay que emprender para vencer la natural resistencia de las sociedades al cambio, no siendo la venezolana la excepción; a pesar del salto que ha significado la impronta del “chavismo” en la Venezuela contemporánea, como sujeto político irreverente y rupturista capaz de quebrar lanzas con el pasado de resignación que gravitaba, y aún gravita, sobre el conjunto social. El peso del sentido común hace mella en todo esfuerzo transformador, pero eso sólo ha de servir para medir la magnitud de la tarea que tiene ante sí nuestro pueblo; sin dejar de ser un obstáculo de voluntad es, también, y, por sobre todo, un requerimiento de conciencia, de reformulación cultural.
Si bien, desde la óptica de Chávez, surgen de la confluencia de Consejos Comunales, las Comunas van mucho más allá al girar su construcción en un espacio determinado, en torno a proyectos productivos de producción y de propiedad social, propiciadores de cierto nivel de autonomía y de superación del paternalismo estatal. Las Comunas, por su naturaleza, son escuelas interactivas de formación y construcción socialista.
Comunas es pueblo organizado con una percepción clara del papel que corresponde jugar en el conjunto del contexto social; interacción en la que los Movimientos Sociales, por cierto, también tienen un rol importante que cumplir, particularmente, en esta etapa de transición, en la que diversos sectores sociales tienen un cúmulo de exigencias, problemas y expectativas cuya resolución o asunción por la sociedad sólo es viable en base a la fuerza que sean capaces de construir, por la fuerza y capacidad propositiva que tengan para lograr incorporar en la agenda social sus aspiraciones, hacerse escuchar pues.
Por eso saludamos, como sumamente positivo, la reestructuración, que propició el Presidente Nicolás Maduro, del Ministerio de las Comunas, ampliando su alcance hacia los Movimientos Sociales que, en esta hora venezolana, es mucho lo que tienen que aportar en función de la construcción de la nueva sociedad, la sociedad del socialismo del siglo XXI. Este es un tema en el que hay que seguir insistiendo con el pasar de las próximas lunas.