¿Qué hacer: votar, abstenerse o votar nulo?

Es necesario preguntarse por qué se ha considerado a la abstención y al voto nulo, como "manifestaciones no-válidas electoralmente". Pareciera obligante que se debe votar por algún candidato u opción en juego o disputa, según sea el caso. Incluso se argumenta que "democracia es votar", en sustitución de la concepción de democracia como gobierno del pueblo (demos). Lo contrario, no votar o votar nulo, en consecuencia, se asocia a antidemocrático. O lo que es peor, por más absurdo que luzca, manipuladoramente se nos dice que no-votar por algún candidato u opción, favorece a la opción contraria del que nos lo dice. En contraposición a esto, habría que reflexionar sobre qué tan democrático es votar en las actuales circunstancias.

Es bueno empezar aclarando que no existe históricamente una democracia universal o forma democrática de gobierno descontextualizada, Por ello es impropio hablar de democracia en general, o sin particularizar. También es impropio, tratar de reducir las formas democráticas (en plural), a la forma de democracia representativa o delegada, como suele hacerse. Esta última es una entre otras, no es la única, ni la mejor. Es más que conocido que esta forma ha sido impuesta por intereses de poder de determinadas clases o grupos sociales, que se benefician con ella, por esto se le ha denominado "democracia burguesa".

La democracia representativa o delegada, no solamente es "imperfecta como todo lo humano" (como suelen expresar sus defensores para justificarla), sino que no es para nada democrática. Se basa en la ficción de la representación de "unos" (el pueblo) por "otros" (los representantes) que subsumen o anulan a la alteridad u otredad (del pueblo). La figura de la representación política no ha funcionado en ninguna parte, salvo en las ocasiones en que el pueblo ha ejercido directamente controles sobre la actuación de algunos delegados que rinden cuenta permanentemente de sus procederes, y son removidos de inmediato cuando incumplen con el mandato dado provisionalmente. Ello ocurre cuando tales representantes se corrompen debido a que usurpan la soberanía (el poder de decisión en los asuntos públicos, o que conciernen a todos o a la mayoría) que tan solo sus electores o representados poseen en auténtica democracia popular. La democracia representativa ha devenido en un dispositivo de expropiación del poder popular por vía de su delegación. El voto es el mecanismo mediante el cual el "ciudadano soberano" cede en otro su soberanía o es expropiado de su participación decisional a través del ejercicio de la democracia directa. Por ello, abstenerse o votar nulo es defender el poder popular en determinadas condiciones, o defender su derecho a ejercerlo por medio de su participación directa en la toma de decisiones (la democracia directa o "protagónica"). Esto me hace recordar aquella parte de una de las canciones de Joaquín Sabina que dice: "la mejor forma de comprometerme fue darme a la fuga".

Por todo lo dicho, a la "clase política", políticos de oficio o politiqueros (los que usurpan la representación popular a través de la Asamblea Nacional de la oposición, y los que lo hacen a través de la Asamblea Nacional Constituyente del gobierno), hay que cuestionarles e impedirles que cínica y demagógicamente nos ofrezcan "ser consultada nuestra opinión" respecto de algunos asuntos que son obligadamente de tratamiento público directamente por el pueblo. No se trata de consultarnos y que ellos decidan luego. Es que no deben decidir por sí solos de ninguna manera. Algunos de esos profesionales de la politiquería alegan para no hacerlo, la falta de mecanismos idóneos para realizar la toma de decisiones por parte del pueblo. ¿Es que acaso esa falta de mecanismos de decisión popular eficientes y eficaces, de "democracia protagónica", no ha obedecido a las mismas razones para que no se hayan impulsado y reconocido las mediaciones o instancias autónomas e independientes del poder popular paraestatal, como por ejemplo, los consejos democráticos no-sindicales de los trabajadores y estudiantes, que entre otras figuras del poder popular posibles, pudieran sustentar la opción revolucionaria de la Universidad Consejista, en tanto sostenibilidad de una República de Consejos Democráticos en un Estado Comunal?

Con base en las razones dadas, criticamos por ambiguo el manifiesto del grupo o plataforma chavista disidente integrado por exministros y exfuncionarios gubernamentales, que sin desmitificar el voto, indecisamente convocan a votar aunque sea nulo en las próximas elecciones de gobernadores. Obviando convocar a la abstención y pareciendo que desean inducir otra cosa. Sin duda alguna, tienen derecho a manifestar su posición, cualquiera que esta sea. Pero se presta a confusión en el campo de la izquierda o revolucionario, y en estos momentos hay que ser claros y transparentes. Desde mi punto de vista, si contásemos con una vanguardia revolucionaria vinculada orgánicamente al pueblo y sus luchas por la edificación del verdadero poder popular revolucionario, que movilizara una gran fuerza de masas dispuesta a tomar el poder, habría que llamar a la abstención y la confrontación. Pero como no hay un contexto favorable para ese escenario, sino que muy por el contrario, pesan sobre el pueblo las influencias ideológico-políticas, por un lado, de la derecha capitalista neoliberal antipopulista reaccionaria y proimperialista, y, por el otro lado, las del reformismo burgués neoliberal del madurismo ,--enfrentadas ambas burguesías en su lucha interburguesa e interimperialista por los alineamientos internacionales asumidos--, sin ser pragmáticos, pero creyendo que es conveniente políticamente para el desarrollo de los sectores revolucionarios, acompañar transitoriamente al reformismo burgués-neopopulista, sin estar a su cola, sino disputándole la dirección de los sectores populares, hay que convocar a votar por los candidatos "chavistas". A sabiendas que lo más probable es que las mayorías populares se abstengan o voten nulo, como expresión de su descontento y malestar con el gobierno por su política de mercadeo neoliberal de bienes y servicios, la extendida corrupción e ineficiencia de su burocracia, así como por la falta de credibilidad en la democracia delegada, y de que el reformismo-burgués-madurista está impedido de llegar al punto revolucionario de no-retorno (es notorio que ha retrocedido incluso respecto del Plan de la Patria); con el propósito de unificar fuerzas dentro del chavismo con los sectores de izquierda que desean la conquista del socialismo, e incidir en el cambio de la pasividad popular, propiciando la elaboración y propagación de un programa de transformación popular a cumplir, en el marco de la lucha antiimperialista y por el socialismo, bajo la consigna "¡Pueblo: votes o no, gobierna tú! ¡Construyamos el auténtico Poder Popular!"

 

diazjorge47@gmail.com



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Jorge Díaz Piña

Doctor en Ciencias de la Educación (ULAC), Magister en Enseñanza de la Geografía (UPEL), Licenciado en Ciencias Sociales (UPEL). Profesor universitario de la UNESR

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