Al presidente Maduro lo va a sacar de Miraflores el pueblo venezolano, antes de terminar su periodo, por culpa de un Decreto firmado por él y que dio origen a la Ley de Precios Justos. Esa funesta Ley que autoriza a Empresarios, Comerciantes y Bachaqueros a obtener ganancias del 30% sobre la inversión realizada en la compra -venta de mercancías, ha sido la verdadera causa de la hiperinflación que hemos venido sufriendo los venezolanos desde que se aprobó como Ley Orgánica y después reformada como Ley de Precios Acordados.
El presidente Maduro, como sindicalista que cree en la negociación y pensando que iba a encontrarse verdaderos empresarios con agallas normales, consideró que estos se conformarían con un 30% de ganancias, porcentaje que no tienen asegurado los capitalistas en ninguna parte del planeta tierra por las inversiones que realizan.
Nuestros capitalistas que son flojos por nacimiento y les da carigueva el ponerse a sacar porcentajes, decidieron quitarles el cero (0) al 30 y como en matemática nos dijeron que el cero no vale nada, entonces para calcular sus ganancias, a cada compra la multiplican por tres para fijarles el precio de venta. Si por ejemplo algo comprado, para vender, les costó Bs. 1.000,00, para la venta le colocan Bs. 3.000,00 y punto. Muchos de ellos utilizan la figura de los distribuidores regionales, municipales y parroquiales para revenderse ellos mismos el producto y en cada escalón le aplican la misma regla. Así que cuando una mercancía ha llegado a sus manos es muy posible que haya pasado lo menos por tres y lo que originalmente costó producir Bs. 1.000,00 a sus manos llegue costando Bs. 18.000,00
Lo anterior, sumado a que los funcionarios del SENIAT, lo que les interesa es recaudar cantidades grandes para satisfacer las necesidades financieras del gobierno, se sienten felices de informar que han sobrepasado las metas de recaudación por IVA e ISR cada trimestre y por ello reciben recompensas. Para los que tienen la responsabilidad de controlar los precios se les presenta la gran oportunidad de obtener un salario extra o mercancías a precios legales que luego van a parar a manos de los bachaqueros.
Aun cuando no existe una Ley de Salarios Justos, el gobierno si aplica el 30% como indicador para aumentar los salarios de los trabajadores y pensionados; como los empresarios no pueden permitir que sus ganancias sean reducidas en ese 30% entonces aprovechan la oportunidad para aumentar otra vez tres veces el precio de sus mercancías, argumentando que no pueden asimilar ese descomunal aumento salarial y que tendrán que cerrar sus empresas y como los sindicalistas pueden quedar sin sus fuentes de financiamiento, entonces el gobierno se compromete a pagarles las nóminas de personal.
Es muy posible que los sesudos estudiosos de la economía venezolana me dirán que este sucinto análisis es traído por los cabellos y no resiste una valoración científica de las leyes que rigen la economía, a ellos les responderé que lo sucedido en Venezuela en materia económica durante estos dos últimos años, no tiene ninguna explicación racional y no van a encontrar en ningún manual la explicación de cómo una página web puede destruir la economía de un país petrolero, que venía creciendo su PIB en 5% interanual, hasta la muerte de Chávez y de pronto cae en el abismo en donde ahora nos encontramos.
Lo que si me atrevo asegurar es que, por el carácter prepotente y creído del presidente, éste no va a permitir que una Ley por él decretada le sea eliminada y es capaz de morir defendiéndola. También puedo asegurar que mientras esa Ley esté vigente la situación económica del pueblo seguirá deteriorándose, pues el empresariado seguirá haciendo de las suyas y con ese escenario si se logra convocar al pueblo para hacerle un Revocatorio a mitad de periodo, hasta yo votaría para que lo sacaran.
También es bueno aclarar que la predicción que realizo en el primer párrafo de este escrito se dará si el escenario de guerra civil e invasión extranjera que en estos momentos se asoma como una amenaza real no se produce