"El pueblo que parió a su Líder

Un pueblo que conoce hasta la saciedad a su presidente como si lo hubiese parido.

Está tan seguro de su comandante al frente del timón, que el barco de la revolución no tendrá en su recorrido un triste final a la sombra de un solitario acantilado.

También conoce a fondo la majestuosa magnanimidad del Presidente Hugo, que le hace grande entre los grandes.

Cualidad excepcional del Presidente, que nuestros queridos hermanos adversarios no ignoran, es que ahogados en su propio pantanal mediático, pretenden comerse el amargo del ayer que hoy se convirtió en azúcar.

Borrachos del almíbar revolucionario, van por ahí vociferando su verbo de poca elegancia en contra del Presidente, cosa que a El, le resbala, no por que sea indiferente, conciente que es Presidente quieran o no de todos los venezolanos, emulando al Carpintero de Belén, a todos les ama por igual, no les quepa la menor duda, hermanos que adversas este proceso, que también es de ustedes, de nosotros y de las venideras generaciones…

En ocasiones la reprenda del Presidente Chávez, se parece un poco al comportamiento de aquellos padres, que cuando su hijo comete alguna travesura, de forma coloquial le dice: “Muchacho del cipote te voy arrancar la cabeza”.

Pero las palabras malas o buenas son palabras y se las lleva el viento cuando a nadie interesa y encuentran sitio de acopio cuando convienen, para sacarle afilada punta al máximo.

Reza un dicho (El niño que es llorón y la madre que lo pellizca) Tal es el caso del llamado gas del bueno, que según el Presidente ordenó que fuese utilizado en resguardo de la paz ciudadana, ante los posibles brotes de violencia en las marchas estudiantiles, alguien diría, “Las sobras del corazón salen por la boca”. Preocupado digo, hay que cuidar, al utilizar las palabras estratégicas, sobre todo si vienen de quien es conductor de masas, una palabra pudiera desviarse por una de esas tangentes que altera el curso de la historia, por ejemplo: EL POR AHORA, una sola de ellas, podría seducir al guerrero a envainar su espada ávida de combate, una palabra saliendo con fuerza del corazón en el momento propicio, haría brotar agua del mas árido desierto. Una palabra desacertada, conduciría al patíbulo el proyecto más ambicioso y costoso.

Pero en este momento trascendental de la patria del mártir mas universal de los últimos tiempos, nuestro Libertador Simón Bolívar De La Santísima Trinidad, necesitamos con urgencia, las palabras mas hermosas y mas conciliadoras, capaz de captar la mente mas disidente, palabras de contundencia febril para rescatar aquellos hermanos, que no es Chávez quién los tiene locos, culpables son los cerebros del interés local y foráneo, manipuladores del virus informático y por ente, transmisor del paludismo psicótico.

La continuidad del momento más espectacular que vive Venezuela está en juego.

Hoy más que nunca, con vehemencia cuidemos y pensemos diez veces, cuando tengamos que gritar a los cuatro vientos las verdades que liberan, para que nuestro pueblo sea cada día más numeroso y siga pariendo líderes de la talla del Comandante Chávez.

¡SI…! A LA PALABRA QUE ENAMORA.

julio.cesar.carrillo@hotmail.com


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Julio Cesar Carrillo


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