Queja Aporreadora

¿Estaremos equivocados la mayoría de los que nos expresamos por estas páginas?

¡Qué tal, camarada! Un cordial saludo revolucionario, angustioso y esperanzador. Siempre con el amor y el espíritu que nos acompañan en el sentimiento, y en la razón que creemos tener.

Seré breve. Todos los revolucionarios, los prosocialistas, estamos claros de que el desequilibrio de nuestras sociedades es el origen de todos los males que nos aquejan.

Que el moderno colonialismo capitalista –afortunadamente en crisis sistémica, aunque no lo recalcamos para sacarle provecho–, por supuesto, neoliberal, ha sido, y es, su principal generador.

Que un gobierno que se precie de democrático, participativo y protagónico de los ciudadanos, como el que está adelantando el Presidente Chávez –casi él solo, con sus excepciones en algunos colaboradores– debe estar dirigido, en un altísimo porcentaje, a la clase económicamente más necesitadas. Sin dudas.

Las por años siempre excluidas y en proceso de rescate integral.

Los ricos no necesitan apoyo de ningún gobierno.

Los integrantes de las clases intermedias, todos pueblo también, no podemos ser olvidados. Por lo menos para participar y ayudar al Presidente y por ende a las comunidades con precariedad de todo.

Y ayudar al partido, PSUV, que no se deja ayudar.

Y, algunos de nosotros, de los intermedios, lo podemos hacer con nuestra participación técnica, profesional, espiritual y/o moral. Dependiendo cómo y en dónde nos lo exijan y, sobretodo, nos lo permitan.

El ejemplo está en los escribidores de estas páginas revolucionarias. Desinteresadamente dedicamos horas para leerlas, para analizarlas. Para disentir, para reclamar. Para alegrarnos. Para arrecharnos, a veces con nosotros mismos. Para opinar. Para proponer… y es ahí dónde nos estrellamos.

Cuando hacemos críticas, muchas de ellas duras dependiendo de la óptica y la vehemencia de cada uno, nos vemos sometidos a correos que nos tildan de cualquier cosa o aparecen defensores a ultranza que pueden llegar a insultarnos en sus artículos.

Tal vez no entiendan que tratamos de llevar a los monitores revolucionarios no sólo nuestras opiniones, sino que recogemos las de muchos compatriotas prosocialistas, idealistas los más, que observan “muchas fallas” pero que, sintetizando y convencidos, expresan “bueno, hay que seguir, no les podemos dar tregua a los cuartarepublicanos ni a nada que se les parezca”.

Aún cuando reconocemos las cosas maravillosas adelantadas, y las mencionamos –aunque debemos exponer lo corregible– para que, simplistamente, no nos vean como “pretalanqueristas” o no nos tilden de escuálidos. Que parece ser la crítica más fácil.

Bien. Como lo mencionaba, el Presidente debe volver sus ojos a estas páginas. Que pida informes resumidos. Además, es un tremendo lector Y rápido.

Hemos propuesto oficinas del ministerio de la Información, o de cada ministerio o Instituto, y de gobernaciones y alcaldías que se precien de serias, responsables y… revolucionarias que recojan estas informaciones.

Y las analicen y las discutan y pidan apoyo y pongan en práctica las más recomendables. ¡Que no las desprecien! Es nuestro humilde aporte.

Esto también va dirigido a los “jerarcas del PSUV”, que no dudamos que hacen esfuerzos por organizar algunos aspectos, como el congreso de Barquisimeto –excelente información nos facilitó el camarada Soto Rojas– pero que no sentimos, todavía, que contamos con una buena tribuna –no necesariamente en asambleas, sino en contactos directos– y, como hacían los demócratas bobalicones, que provoque pasar por “la casa del partido”.

Sin que medie lo expuesto en El Libro Verde, de Kadaffi, –que no he leído– donde reniega de los partidos, según expone el camarada escribidor Fredy A. Márquez en “A propósito del PSUV”, quien sí lo leyó.

Mientras, con la angustia de seguir sometidos al bombardeo del terrorismo mediático, debemos esperar que se corrijan los entuertos que dañan el proceso –y no hay tiempo que perder–, y la mayoría seguimos como soldados bien preparados, entrenados en al conciencia, con las armas de la razón bien pulidas, cananas repletas con balas cargadas de dinamismo, cantimploras llenas de vigor y, por encima de todo, con mucha mística y valores, desde nuestras ventanas vemos pasar al ejército revolucionario… y sin poder echar un tirito.

edopasev@hotmail.com


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Eduardo Palacios Sevillano

Ingeniero Civil. Escritor y caricaturista. Productor radial y locutor. Miembro de la directiva de la Orquesta Sinfónica del Estado Anzoátegui. Miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Bolivariana del Edo. Anzoátegui. Coordinador de la Red de Historia, Memoria y Patrimonio de Anzoátegui.

 edopasev@hotmail.com

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