Ciudadanas, ciudadanos y organizaciones están siendo objeto de una “razzia electoral” aplicada por el CNE que suprime el derecho de participación política de quienes no encajan en los intereses de las cúpulas polarizadas del PSUV y de la MUD. Las candidaturas de Marea Socialista, presentadas a través de diversas tarjetas fueron uno de los principales blancos de esta operación antidemocrática, que perjudica a las organizaciones que no forman parte de las grandes maquinarias. Marea Socialista es una corriente crítica excluida del PSUV, que se viene conformando como nueva organización política del proceso revolucionario.
Con la excusa de la “paridad de género” le han sido suprimidas numerosas candidaturas, con la paradoja de que ahora menos mujeres podrán ser candidatas, pues en nombre del “equilibrio” sus postulaciones fueron anuladas. Esto ha afectado exclusivamente a los partidos pequeños y a los no alineados con los polos, ya que las reglas de juego son cambiadas en cualquier momento por el CNE y solo son aplicadas de manera caprichosa a una parte de los contendientes.
Como la norma de la “paridad” apareció después de las primarias, la MUD y el PSUV evadieron la aplicación de dicho requisito, pues únicamente tuvo efecto para terceras opciones que amenazan con romper el escenario pactado de polarización entre los más poderosos factores.
La “paridad” anunciada en las primarias del PSUV fue arrojada al cesto de los papeles con los arreglos cupulares de su dirección. La MUD tampoco cumplió con este criterio. Pero todos ellos sí van intactos al 6 D.
Exceptuados el PSUV-Gran Polo Patriótico y la MUD de esta reglamentación, que sólo le fue aplicada a los candidatos que no hacen parte del pacto de la polarización, se está produciendo la violación de uno de los principios fundamentales de los derechos humanos universales: la igualdad ante la ley. Con esta decisión el CNE decide por sí mismo que hay dos tipos de candidatos y candidatas, los de primera y los de segunda, los que tienen todos los derechos y los que solo tienen obligaciones. Los del PSUV y la MUD y el resto.
En el caso de Marea Socialista, primero el CNE le negó la legalización del nombre y el TSJ viene dilatando la audiencia del caso. Después se presentaron numerosos obstáculos para inscribir candidaturas con varias tarjetas de organizaciones que brindaron su apoyo. Luego, en el proceso normativo de sustituciones de candidaturas, aprovechado por las organizaciones para consolidar el equilibrio de género, el CNE bloqueó las claves de acceso al sistema informático e impidió los ajustes. Después apeló a un supuesto incumplimiento de la paridad para decapitar candidaturas de ambos sexos. El porcentaje de personas excluidas del derecho a la participación supera con creces al porcentaje de “desequilibrios” que pudiesen haber existido. Aquí no hay principios ni derechos, sólo trampas interesadas y un alarmante declive de la calidad democrática, donde el rol del CNE ya no es facilitar y canalizar sino obstaculizar o impedir la participación.
Producto de eso, mujeres y hombres de Marea Socialista que se postularon con diversos partidos en 15 estados y de otras organizaciones, fueron víctimas de exclusión, violentándose no sólo el derecho de gran cantidad de mujeres, sino de todos esos venezolanos de cualquier sexo a la participación electoral establecido en nuestra Constitución Bolivariana. La operación de ingeniería electoral maniobrera instrumentada por el CNE aporta un elemento más de deterioro de una democracia que va perdiendo sus rasgos de democracia real y cada vez más se va convirtiendo en una democracia simulada y secuestrada por las cúpulas hegemónicas.
Para poner sólo un ejemplo referente a Caracas, de las candidaturas identificadas con Marea Socialista en 4 circuitos, 3 mujeres resultaron eliminadas con la anulación de casi todas nuestras postulaciones en los mismos. Como otra demostración de la arbitrariedad de la rectoría del CNE podemos citar que en el Circuito 1, donde nuestra paridad de género en las candidaturas era perfecta, una mujer suplente y un hombre principal fueron eliminados, mientras que el PSUV lleva a tres hombres (dos principales y uno suplente) y a una sola mujer suplente, pero no se le toca. Tampoco la MUD ha sido perjudicada por esta curiosa matemática de la “paridad” que aplica el CNE y que cambia la trayectoria exhibida por este organismo durante los años de Chávez.
Marea Socialista denuncia ante el país esta calamitosa situación que nos hace recordar los primeros años de la IV República en que AD y COPEI proscribieron a la izquierda venezolana. Hoy se pretende proscribir al chavismo crítico que recoge el descontento del pueblo con las desviaciones de la dirigencia del proceso revolucionario, pero en cambio el poder se ufana de incluir a la derecha “seria”.
Marea Socialista ha sido defensora consecuente, dentro y fuera del PSUV, de la democracia constituyente que conquistamos con la revolución bolivariana. La democracia que enalteció Chávez cuando se sometió de nuevo a elecciones tras la aprobación de la CRBV del 99, la democracia que demostró al reconocer la pérdida del referéndum de la reforma constitucional, la democracia que incorporó como derechos el referéndum consultivo y el revocatorio, que favoreció la ampliación de la organización y participación popular y que se midió en numerosos procesos electorales. Pero esta democracia proclamada como participativa y protagónica ha venido siendo usurpada por la creciente burocratización y corrupción, dando paso, además, a las componendas con la derecha, los atropellos antisindicales y las persecuciones a luchadores. La democracia revolucionaria y constituyente tiene que ser rescatada por la militancia honesta de base del PSUV y por el conjunto del pueblo trabajador que ha sido fundamental impulsor de esta revolución y de la defensa de sus conquistas, que hoy en día están amenazadas por la burocracia y el capital. El pueblo tiene derecho a buscar una nueva referencia revolucionaria.
Marea Socialista combatirá por todas las vías sociales, legales y políticas que nos permite la CRBV. Denunciamos las arbitrariedades y atropellos y hacemos un llamado a las bases del proceso bolivariano, al pueblo que vive de su trabajo, a la ciudadanía defensora de las libertades democráticas, para que salgamos al paso de las gravísimas desviaciones que vienen sucediendo.
Marea Socialista expresa su solidaridad democrática a todas las organizaciones afectadas por esta maniobra violatoria del derecho a la participación política y de la propia paridad de género. Denunciamos la desigualdad, discriminación y falta de imparcialidad en la aplicación de leyes y normativas por parte de la autoridad electoral. Llamamos a los partidos afectados a unir sus fuerzas en el reclamo de sus derechos y de los derechos de los ciudadanos y ciudadanas. Llamamos a la militancia y a las organizaciones feministas para que examinen la situación y hagan sus pronunciamientos. Nos declaramos en emergencia y movilización en todo el país.
Exigimos la reconsideración de sus actuaciones por parte del CNE, el pronunciamiento de los organismos responsables de la defensa de los derechos humanos y la intervención del TSJ ante los cuales continuaremos recurriendo a pesar de la omisión de justicia. Anunciamos una campaña para denunciar estos hechos ante los organismos de integración latinoamericanos y ante la izquierda mundial por cuyo apoyo a la revolución tanto hemos trabajado, convencidos de que es necesaria la presión democrática del pueblo y de los luchadores internacionalistas, para que sea posible superar las desviaciones que venimos presenciando en ausencia de nuestro Comandante Hugo Chávez.
Somos conscientes de que estamos pagando el costo de nuestra posición irreductible en defensa del Legado de Chávez, por el ejercicio de la crítica, por el impulso de la Auditoría Ciudadana contra el desfalco y la corrupción, por la aplicación de un plan de emergencia frente a la crisis en que nos han sumergido el sabotaje capitalista y el burocratismo. Seguiremos luchando para la recuperación y relanzamiento de nuestra revolución.