Caracas, 3 de enero 2016.- La Alianza Popular Revolucionaria, espacio de articulación de diversas organizaciones populares, plantea en el marco del momento político que se vive en la Venezuela Bolivariana que la tarea fundamental es reconquistar a las mayorías para vencer a "El capital y sus partidos se anotaron una victoria histórica en su estrategia restauradora".
En un comunicado público declara sobre la Asamblea Nacional: "El parlamento vuelve a sus antiguos dueños: los ricos y sus representantes. A nosotros nos toca volver entonces, volver a nuestra trinchera de siempre: la calle, el barrio, la fábrica", alentando al impulso efectivo de un Gobierno del Pueblo en contra de cualquier intento de pacto con el capital.
En el mismo comunicado marca posición sobre la movilización del 5 de enero: "¿A quién sirve entonces la pretensión de defender la Asamblea Nacional en estos momentos? ¿Sirve a la revolución, al pueblo? Creemos que no. Sirve a la derecha, que se aprovecharía de la ocasión para presentar a las fuerzas revolucionarias como "antidemocráticas"… Servirá a la burocracia enquistada en el Estado y en el parlamento, que pretenderá usar la movilización popular como ficha de negociación para preservar sus prebendas".
A continuación el comunicado de la APR:
Frente al parlamento de los ricos, que el pueblo mande
Tarea fundamental: reconquistar a las mayorías
El capital y sus partidos se anotaron una victoria histórica en su estrategia restauradora. Mientras, la derrota en las elecciones parlamentaria ha sembrado el campo revolucionario de desaliento y confusión, que no ayuda en la urgencia de retomar la iniciativa popular. Expresión de ello es el empeño de sectores importantes del pueblo chavista por "defender" la Asamblea Nacional de los parlamentarios de la reacción. Si bien comprendemos el sentimiento de indignación y arrechera de saber que los enemigo de nuestro pueblo vuelven al parlamento de donde una vez el pueblo los echó, consideramos que hacer un problema de principio que los diputados de la derecha asuman el control de la Asamblea Nacional, nos distrae de la tarea fundamental de reconquistar a las grandes mayorías para la construcción del socialismo y para avanzar hacia el gobierno del pueblo. Pelear por una institución que siempre ha encarnado la esencia de la democracia burguesa, de la expropiación del poder al pueblo y del dominio de los trabajadores por el capital y sus representantes, es desviar nuestro esfuerzo colectivo.
Los ricos van a la asamblea. El pueblo al barrio, al campo y a la fábrica
El parlamento vuelve a sus antiguos dueños: los ricos y sus representantes. A nosotros nos toca volver entonces volver a nuestra trinchera de siempre: la calle, el barrio, la fábrica. No pelear por un parlamento que, sin desconocer que en los últimos años ha permitido significativos avances en una legislación a favor del pueblo, nunca ha dejado de ser en el fondo el símbolo de una forma de democracia que usurpa el poder de todos para ser administrado por unos pocos "representantes". Aprovechar en cambio las circunstancias y caminar en serio, de una buena vez, hacia la construcción de un verdadero contrapoder en manos del pueblo. Hacer de la Asamblea Nacional un cascaron vacío, impotente e inútil, incapaz de gobernar nada más allá de las ínfulas soberbias de los viejos carcamanes que los ricos pusieron como sus representantes parlamentarios.
Empeñarse por defender el espacio de la Asamblea Nacional es gastar pólvora en zamuro, dedicar nuestras fuerzas, en un momento en que se encuentran menguadas y seriamente comprometidas, a defender un espacio que sin negar la importancia que ha tenido durante estos últimos años, nunca fue realmente nuestro.
Gobierno del pueblo contra cualquier pacto con el capital
¿A quién sirve entonces la pretensión de defender la Asamblea Nacional en estos momentos? ¿Sirve a la revolución, al pueblo? Creemos que no. Sirve a la derecha, que se aprovecharía de la ocasión para presentar a las fuerzas revolucionarias como "antidemocráticas" (irónicamente, los mismos diputados que aún no han tomado posesión y ya anuncian un paquete antidemocrático que busca desmantelar las conquistas populares). Servirá a la burocracia enquistada en el Estado y en el parlamento, que pretenderá usar la movilización popular como ficha de negociación para preservar sus prebendas. Servirá a los pescadores en río revuelto, que buscan azuzar la violencia para erigirse en "salvadores" y derrocar a la revolución bolivariana. Servirá, en fin, a aquellos que pretenden un pacto que liquide de una vez por toda la revolución y los avances populares.
Creemos que nuestra tarea esta en otro lado, muy lejos del parlamento: avanzar hacia el gobierno popular. Eso significa construir un verdadero contrapoder en manos de pueblo, fortalecer las distintas expresiones de poder comunal y obrero, impulsar las asambleas populares como espacio de legislación y de gobierno, enfrentar y desobedecer todo intento del nuevo parlamento por desmantelar las conquistas populares y restaurar los fueros de los ricos, hacer de la lucha y la movilización de calle una herramienta fundamental de ejercicio de poder, apoyar y proteger al Presidente Maduro y a la vez exigirle que gobierne con el pueblo, no con la burocracia. Eso significa enfrentar todo intento de pacto con el capital y sus representantes, toda conspiración, venga de donde venga, todo empeño por poner en peligro a la revolución y al pueblo trabajador.
¡Que los ricos paguen su crisis!
Queremos finalmente aplaudir las recientes medidas económicas dictadas por el Presidente Maduro, que pechan a los ricos para defender a los pobres. ¡Qué los ricos paguen su crisis!
Asimismo exigimos celeridad en la toma de medidas para el impulso de la economía socialista.
Alianza Popular Revolucionaria
Caracas, 3 de enero 2016.
No gastar pólvora en zamuro, que el pueblo gobierne con Maduro.
Ni pacto, ni conspiración ni burocracia. ¡Gobierno Popular ya!