16/03.- El día 15 de marzo de 2018, consignamos una denuncia, como Consejo Comunal Madre Tierra (casco central de la parroquia La Pastora), en contra de la Directiva del CLAP de nuestro sector, ante la Sala Situacional de la Vice-Presidencia de la República. Efectivamente, las personas pertenecientes a esta instancia (en particular las ciudadanas Milagro Mendoza y Gloria Centeno) tienen meses atropellando los derechos de nuestra comunidad a través de una serie de irregularidades y de actos de abuso de poder.
Como lo describimos en el documento que consignamos ante la Vice-Presidencia, “la mayoría de las acciones y decisiones referentes a un asunto de tanta trascendencia como lo es nuestra alimentación, el CLAP las toma a espaldas de la comunidad. El caso más intolerable de este tipo de procedimientos se presentó en los últimos días del mes de diciembre de 2017, en cuanto a la venta de los famosos y escasos perniles y combos navideños, los cuales fueron repartidos a escondidas entre los mismos directivos, voceros del CLAP y algunos vecinos que fueron seleccionados a dedo sin ningún tipo de criterio equitativo. La gran mayoría de nuestra gente fue mantenida totalmente al margen de este “operativo” secreto. ¿Es esta la metodología de unas personas que se auto-denominan socialistas?”.
Por otro lado, “la mencionada Directiva del CLAP decide, en cada operativo alimentario, a quien le vende la caja de alimentos y a quien no. Es frecuente que, misteriosamente, ciertas familias sean “sacadas” del censo alimentario, sin que se les de ninguna explicación. Nos preguntamos todos los vecinos: ¿cuál será el paradero de esas cajas que se le dejaron de vender a las familias correspondientes?”
Además debemos señalar, como también lo precisamos en nuestro documento, que estos ciudadanos han tenido “como práctica sistemática la exclusión de ciertas de sus voceras, sin ningún tipo de explicación. Nos preguntamos: ¿estos son acaso los lineamientos de una política de inclusión y de transparencia?”
También es necesario precisar que esta Directiva “jamás ha ejercido la rendición de cuentas y la transparencia como metodología de acción, como tampoco ha llamado a asambleas informativas en ningún momento. Las dos únicas asambleas realizadas (los días 21 de julio y 8 de septiembre de 2017) con la finalidad de que el CLAP rindiera cuentas de los operativos ante la comunidad fueron convocadas por la Unidad de Contraloría Social del Consejo Comunal Madre Tierra”. Debemos precisar, además, que el pasado viernes 9 de marzo estas personas fueron convocadas a una asamblea de ciudadanos para que rindieran cuentas sobre el último operativo alimentario correspondiente al mes de febrero, en particular sobre el cobro correspondiente al transporte de las cajas, que nos exigen se haga en efectivo, a pesar de la crisis que vivimos actualmente en cuanto a la dramática carencia de efectivo en nuestro país; pues bien, las mencionadas personas brillaron por su ausencia, a pesar de haber sido informadas acerca de la asamblea con más de dos semanas de antelación.
En relación con la falta de transparencia de la nombrada instancia, debemos precisar, como también lo manifestamos en nuestra denuncia, “que la misma está incurriendo en otra flagrante irregularidad al negarse a entregarle el número de cuenta bancaria del Consejo Comunal a la Unidad de Contraloría Social. Efectivamente, las personas que conforman la Directiva del CLAP también fueron elegidas cuentadantes del Consejo Comunal en el año 2016. Pues bien, valiéndose y abusando de esta condición, se resisten a entregar cualquier tipo de información sobre la situación de la cuenta bancaria del Consejo Comunal, utilizándola, de esta forma, como una cuenta privada. No sólo eso, sino que, para los operativos alimentarios, no es nuestra cuenta comunal la que es utilizada, sino la cuenta personal de la Jefa del CLAP, la ciudadana Milagro Mendoza”.
Finalmente denunciamos también “el accionar del Estado Mayor parroquial de alimentación, que, en todo momento, ha sido cómplice de las irregularidades de la Directiva de este CLAP: a pesar de todas las denuncias en contra de la misma, el Estado Mayor no ha tomado cartas en el asunto. En última instancia, repudiamos categóricamente la metodología de elección de estos miembros de CLAP, totalmente opuesta a lo que deberían ser los procedimientos en una democracia participativa y protagónica. Estos ciudadanos y ciudadanas son escogidos a dedo por la cúpula del partido de gobierno y no por la comunidad, lo que representa un profundo retroceso en cuanto a nuestros derechos políticos. El ciudadano Reinaldo Simancas, Directivo del Estado Mayor Parroquial, lo dijo muy claramente el pasado 10 de enero, en una asamblea de ciudadanos: la comunidad no tiene derecho a intervenir en ningún momento en la elección de los voceros y de la Directiva del CLAP”.
Esta forma de elección contradice la esencia misma de nuestra Constitución, que reza muy claramente, en su artículo 62: “Todos los ciudadanos y ciudadanas tienen el derecho de participar libremente en los asuntos públicos, directa o indirectamente por medio de sus representantes elegidos o elegidas. La participación del pueblo en la formación, ejecución y control de la gestión pública es el medio necesario para lograr el protagonismo que garantice su completo desarrollo, individual como colectivo. Es obligación del Estado y deber de la sociedad facilitar la generación de las condiciones más favorables para su práctica”. De esta manera, los Estados Mayores y los CLAP también entran en contradicción con el espíritu liberador de la Ley Orgánica de los Consejos Comunales, la cual reza muy claramente, en su artículo 20, que “la Asamblea de Ciudadanos y Ciudadanas es la máxima instancia de deliberación y decisión para el ejercicio del poder comunitario, la participación y el protagonismo popular, sus decisiones son de carácter vinculante para el consejo comunal en el marco de esta Ley.” Pareciera que existe una voluntad deliberada, por parte del gobierno central, de acabar con las conquistas de nuestro pueblo en términos de derechos políticos (para no hablar de nuestros derechos económicos, que han desaparecido por completo desde hace años).
Ante el autoritarismo desplegado a diario por las cúpulas gobernantes y de su abuso de poder, éste es pues, un llamado a nuestras comunidades para que se movilicen, pierdan el miedo y reclamen sus derechos.