Comandante, ¡Que arrecho es ser revolucionario en Mérida¡

Una vez más los revolucionarios bolivarianos merideños estamos siendo sometidos a otra dura prueba. Ud., Comandante, nos da una orden: Voten por El Fanta, voten por Carlos León y obedezcan a su jefe de campaña, el cual no es militante del PSUV. Pero sépalo querido Comandante con todo nuestro más profundo respeto, usted verdaderamente no sabe cómo se bate la manteca en estos lares. Por aquí no brilla el espíritu revolucionario para nada, vivimos en un ambiente permanente de frustración porque nada de lo que usted desesperadamente propone se cumple, se busca o se debate. Y de ese pequeño mundo de seres que están al lado de un gobierno totalmente contrarrevolucionario, se ha escogido al menos indicado para que encabece la lista de diputados en nuestro Estado. ¡Qué terrible y qué decepcionante!

Le confesamos Comandante que nos está pidiendo un sacrificio, que uno pretende atenuar haciendo comparaciones de los nuestros con los de la oposición. Decimos por ejemplo: “El peor de los nuestros necesariamente es mejor, que el mejor de ellos”. Eso es un consuelo en el que buscamos refugiar nuestra impotencia interior de tener que hacer algo que no queremos hacer, pero que debemos hacer por el bien de la revolución y los sagrados intereses de la patria bolivariana.

Por nosotros no se perderá la Asamblea Nacional, votaremos por los que Ud. indique y también por los que escogimos en las elecciones internas, pero indudablemente es cuesta arriba pedirle lo mismo a los que en nada ven resueltos sus clamores fundamentales. Nos faltan argumentos para ir a solicitarles el voto. Claro que vamos a salir y lo volveremos a hacer en su nombre, pero ya la gente nos lanza en la cara su rabia: “¿pero hasta cuándo va a seguir el Comandante con esos bacalaos al hombro?”.

Nosotros sabemos lo que nos estamos jugando y por discrepancias personales o puntos de vistas diferentes no vamos a permitir que este proceso se pierda. De eso puede estar Ud. seguro Comandante. Así como estamos dispuestos a acompañarlo en sus triunfos, también estamos dispuestos a acompañarlo en sus desaciertos. Ud. es humano como nosotros y si los hombres no se equivocaran, los lápices no tendrían borradores. Pero esto que ahora le decimos es sólo una advertencia, para que mañana no se diga que nadie dijo algo para que se rectificara a tiempo.

Ya tenemos harta experiencia en eso de ir a votar tapándonos las narices, que a punto de perder el olfato andamos. Nos ha pasado varias veces en procesos anteriores y estamos dispuestos a seguírnosla tapando, será eso parte del precio que habrá que pagar para ir avanzando en este proceso dialéctico que a largo plazo ofrecerá algunos resultados positivos (que por cierto, por aquí, hasta ahora han sido muy pocos).

¿Y por qué decimos todo esto y damos todas estas explicaciones? Sencillamente porque queremos dejar asentado para la historia de nuestra revolución que no es fácil ser revolucionarios en Mérida y a la vez obedientes, votando por personajes que para nosotros son la antítesis de lo que es ser revolucionario y mucho menos socialistas o bolivarianos. Quisiéramos dejar para la posteridad nuestra constancia de que se sepa lo que estamos haciendo para que privaran los supremos intereses de la patria en las decisiones que tomamos. ¡No volverán!, es nuestra máxima orden y si para eso perdemos la vida, nada perdida realmente lo estará. Ricaurte en San Mateo, es el mejor ejemplo de sacrificio patriótico que podemos mostrar. Dar un voto por alguien, aun cuando se rebele nuestra conciencia, es menor sacrificio que dar la vida por la patria.

Quisiéramos Comandante, dejar por sentado que defendemos el derecho a la disidencia, a la crítica interna, al no estar de acuerdo y al opinar en contra de lo que las decisiones circunstanciales propongan. Todo esto lo hacemos bajo la premisa de mantener la lealtad, como bien inestimable en las relaciones que establecimos, cuando nos fijamos las metas de construir bajo su liderazgo la patria socialista.

Comandante, nosotros los que cada día estamos viendo el accionar de ciertos dirigentes, que ahora son arropados por el manto de su apoyo para ser electos como Diputados a la Asamblea Nacional, nos preguntamos: ¿Cuáles pecados estaremos pagando? ¿Será que se estará poniendo a prueba nuestra fortaleza revolucionaria una vez más para purgar las faltas cometidas? ¿Será necesaria esta flagelación para expiar los pecados cometidos en este proceso?

Comandante, rodilla en tierra y con la moral alta, dispuestos al sacrificio total en bien de la Patria Socialista.

Cuente con nosotros en todas las circunstancias. Venceremos

Juanveroes64@hotmail.com


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Juan Veroes


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