En sus Líneas del día domingo 18 el Presidente Chávez expresó:
"Qué emocionante, emocionante hasta las lágrimas, fue contemplar el proceso de exhumación de los restos mortales de nuestro Libertador el jueves 15 de julio. En aquellos huesos gloriosos podía sentirse su viva llamarada. La llamarada que somos nosotros, porque en nosotros: ¡BOLÍVAR VIVE!
Y ahora, cuando nuestro pueblo ha visto con infinito respeto el descubrimiento de aquellos restos, una inmensa llamarada de amor y de pasión Patria ha comenzado a recorrer el alma nacional, el espíritu nacional, el cuerpo nacional.
¡Pobres de aquellos que no lo sientan!
¡Vivamos intensamente nosotros, los patriotas y las patriotas, esta Era Bolivariana!"
El día lunes 19 en un hermoso acto por lo sublime, presidido por el gobernador Tarek William Saab y el ministro Richard Canán, en la plaza Bolívar de Barcelona, frente del santuario de la Patria que es la Casa Fuerte, fue bordada por las manos generosas de mujeres de nuestro pueblo la segunda de las ocho estrellas de la bandera nacional tejida en Venezuela, que será puesta encima del sarcófago que contendrán los restos mortales del Padre de la Patria.
¿Por qué en Barcelona?
Porque Barcelona fue una de las siete Provincias Unidas que suscribieron el Acta de la Declaración de Independencia. Recordemos que lo que es hoy el Estado Anzoátegui formó parte antes de 1810 de la provincia de la Nueva Andalucía que tenía la capital en la ciudad de Cumaná, provincia oriental de la Capitanía General de Venezuela que por no tener metales preciosos fue prácticamente marginada por la corona española. Prevalecían en ella las actividades agrícolas y la cría, contenía en su seno la agricultura de subsistencia de pequeños campesinos y comunidades indígenas, y la de los grandes latifundios para la actividad exportadora fundamentada en la explotación de mano de obra de peonaje y/o esclava. Visitantes de la época contaban que los barceloneses exportaban hacia las Antillas carne salada, cebo y cueros. Uno de ellos llamado Dauxion (1801) vio "inmensas sabanas que alimentan numerosos rebaños de toros, caballos, asnos y mulas que se exportaban por millares a las colonias vecinas"
Ese era el marco de las contradicciones económicas y sociales que llegaron a ser insalvables por el férreo control que ejercían las autoridades coloniales. Una idea aproximada de la reacción de los criollos la tendríamos si llegáramos a valorar el gran impacto económico y político que causaban al burlar el control colonial con el contrabando; Miguel Acosta Saignes sugirió "colocar al contrabando en el lugar que le corresponde dentro del sistema de circulación de mercancías y no seguir cometiendo el error de repudiarlo y ponerse de lado del Gobierno Colonial".
Así llegó 1810, en un proceso de lucha de resistencia de trescientos años que nunca se detuvo, donde Cayaurima es quizás el más alto ejemplo. No es un secreto que los criollos aspiraban a poseer los más altos cargos desempeñados por españoles peninsulares y con ese poder político tener en sus manos el libre comercio y el control de toda la economía. Esas aspiraciones eran un denominador común en todas las provincias de Venezuela cuando sucedieron los hechos del 19 de abril de 1810 en Caracas cuando fue derrocado el último capitán general español Vicente Emparan, y en se instaló la Junta Conservadora de los Derechos de Fernando VII, que no fue otra cosa que una rebelión con apariencia de ser contra la invasión napoleónica, pero que de hecho fue el eslabón inicial al que le siguió el 5 de julio de 1811 y todo el proceso de la independencia luego.
Un Cabildo Abierto el día 27 de Abril de 1810 en Barcelona aprobó seguir el ejemplo de Caracas. Se reconoció aquel gobierno insurgente con la condición de que sería sólo hasta cuando llegaran noticias positivas de la instalación de la regencia o de otra autoridad legítima que representara a la monarquía; luego se procedió a constituir una Junta Provisional Gubernativa "a nombre del Rey y de la Junta de Caracas" (Vallenilla Lanz). La junta así constituida nombra como representante ante la Junta Suprema de Caracas a Francisco Policarpo Ortiz y a Juan Buscat como suplente. Envió en comisión a Cumaná a José Antonio Anzoátegui (padre) y a José María Sucre para informar lo acontecido y a oficiar la separación que terminaba con la sujeción de Barcelona a Cumaná impuesta desde 1650. De esa forma se ajustaron viejas cuentas de las rivalidades entre la nobleza territorial barcelonesa que pugnaba por tener el control de su comercio y la comercial cumanesa que lo ejercía de manera monopólica.
El proceso en Barcelona después del 27 de Abril de 1810 estuvo lleno de enfrentamientos y vacilaciones, de marchas y contramarchas hasta el 10 de octubre de 1811 cuando esta provincia reconoce definitivamente la independencia que fue declarada el 5 de julio de 1811 por el Congreso Constituyente y que fue firmada por los representantes de la Provincia de Barcelona: Francisco de Miranda diputado por el Pao, Francisco Policarpo Ortiz diputado por San Diego de Cabrutica y José María Ramírez por Aragua de Barcelona. En aquella pugna entre partidarios y opositores a la independencia es emblemática la carta del joven Pedro María Freites a su padre José Antonio Freites Guevara, jefe militar de la provincia, quien tercamente ponía trabas a la independencia; el mártir de la Casa Fuerte escribió con firmeza: "pronto estaré en rebelión contra el Rey de España y contra usted si no acepta la Revolución". Estas son las razones por las cuales Barcelona es representada en una de las ocho estrellas de nuestra Bandera Nacional. Por ello Barcelona luego pagó bien caro con la sangre de su pueblo su entrega por la libertad.
¿Por qué tiene ocho estrellas nuestra Bandera Nacional?
Porque representan a las siete Provincias Unidas que firmaron el Acta de Independencia y a Guayana que se incorporó como provincia de Venezuela por decreto de Simón Bolívar el 15 de octubre de 1817.
El 20 de noviembre de ese mismo año el Libertador promulgó un decreto (de un solo artículo) donde ordenó la inclusión de una nueva estrella en la Bandera Nacional en representación de la Provincia de Guayana. El decreto es el siguiente:
Simón Bolívar.
Jefe Supremo de la República.
Capitán General de los Ejércitos de Venezuela y de Nueva Granada.
Habiéndose aumentado el número de las Provincias que componen la República de Venezuela, por la incorporación de la Guayana decretada el 15 de octubre último, he decretado y decreto:
Artículo Único.- A las siete estrellas que lleva la Bandera Nacional de Venezuela se añadirá una, como emblema de la Provincia de Guayana, de modo que el número de estrellas será en adelante de ocho.
Dado, firmado de mi mano, sellado con el sello provisional del Estado y refrendado por el Secretario del despacho, en el Palacio de Gobierno de la ciudad de Angostura, a 20 de noviembre de 1817.
Por mandato del Poder Legislativo Nacional el 9 de marzo de 2006, se incluyó la octava estrella para saldar la deuda histórica que se tenía con el decreto del Padre de la Patria del 20 de noviembre de 1817. De ahora en adelante su bandera le acompañará como lo hace su pueblo eternamente recibiendo su inmensa llamarada.
(*) Irán Aguilera Abad: Durante muchas décadas fue dirigente del Partido Comunista de Venezuela (PCV), profesor egresado de la Universidad Central de Venezuela (UCV). Actual presidente del Consejo Legislativo del Estado Anzzoátegui (Cleanz). Miembro del buro político del Partido Sovialista Unido de Venezuela (Psuv) en Anzoátegui.