Aunque parezca difícil no es imposible que, “esta tierra, donde están los metros de tierra que a nosotros nos tocan del planeta” la podamos transformar en referencia Nacional sobre el cuidado y uso racional de nuestro medio ambiente. Y lo difícil, aunque parezca el estado físico de nuestra ciudad no es tal, nuestro principal problema es de ánimo y confianza, de conciencia y precisamente hacia la motivación colectiva están dirigidos nuestro esfuerzo desde lo pequeño.
Ya que toda gran obra es el resultado de la suma de muchas y múltiples
obras, sin ánimos de continuar atomizados en pequeños esfuerzos aislados
que solamente nos permite, por el virus letal del protagonismo de oficio,
competir con nuestros sistemáticos fracasos, propios de la actuación
individualista y egoísta. Proponemos el siguiente papel de trabajo
que aspiramos llegue a todas las expresiones organizativas de nuestra
ciudad para que, en ejercicio de nuestro sagrado derecho a equivocarnos,
lo hagamos perfectible.
De nuestro antecedente histórico y realidad actual pueden aportar suficientes
insumos historiadores y sociólogos. Aunque la sabiduría popular y
nuestra aspiración no deben caer en la trampa de los métodos burocráticos
que terminan mareando y oscureciéndolo todo hasta que volvemos al escepticismo
social.
De lo que se trata es de pensar, hablar y actuar de manera simultánea.
En una síntesis de nuestra historia podemos mencionar nuestro pasado
rural y nómada de nuestros antepasados caracterizado por la producción
agrícola, pesca y caza con instrumentos rudimentarios y el intercambio
con poblaciones vecinas de Falcón, Lara y Trujillo, más frecuente
que con Maracaibo por la gran brecha de nuestro lago.
La población originaria que se estableció en estas tierras lo hizo
con la dificultad que constituyo la presencia de humedales y ciénagas
que fueron respetadas hasta que llego el desarrollismo de la explotación
petrolera, poniéndole fin a la vida rural y tranquila de los conucos.
El fenómeno sociológico provocado con la explotación del oro negro puede definirse como el principio del fin. Nuestra cultura, costumbres y tradiciones fueron mescladas con las norteamericanas, caribeñas y el gran éxodo de gente proveniente de todas las regiones del País provocando la controversial fragmentación entre ciudadanos de primera y de segunda. Privilegiados unos en los campamentos de las trasnacionales y excluidos otros obligados a la vida marginal de los ranchos, como mejor pudieran. Así se dio inicio a la expansión demográfica que jamás tuvo acompañamiento oficial y esto trajo como consecuencia que muchos de nuestros barrios estén edificados en ciénagas y humedales, con servicios básicos como el agua y las redes de aguas servidas ineficientes; con la vialidad intransitable y el servicio de deposición de desechos sólidos inexistente. Como también el problema del gas domestico y la energía eléctrica, son ejemplos del fracasado modelo capitalista y su desarrollismo neoliberal, con el cual intentaron hasta finales de la última década del siglo 20 privatizar los servicios antes mencionados, con el agravante de la exclusión de las mayorías.
Así vivimos la utopía de un desarrollo que nos vendieron como las
formulas mágicas para mejorar nuestra calidad de vida.
Por esta realidad que hemos recibido como herencia y que corremos el
riesgo de dejar a las generaciones futuras, es que llego la hora de
la reflexión y motivación colectiva para que juntos hagamos con la
ciudad que tenemos, la ciudad que queremos. Cabimas, ciudad ecológica
de Venezuela.
¿Dónde comenzar y con quién? en nuestras neuronas, tenemos primero
que superar el estado mental que nos tiene en la esclavitud del individualismo
y el egoísmo, recuperar nuestros valores ancestrales que, aunque parezca
mentira son superiores a los antivalores del sistema moribundo capitalista.
En esta fase es importante la captación de voluntades para la difusión
de ideas y la acumulación de aportes provenientes de la sabiduría
popular, así como la articulación de todas las expresiones organizativas
entorno aplanes de mediano y largo plazo, por ejemplo; todas las instituciones
públicas y privadas, en todos sus niveles y modalidades tienen algún
departamento, equipos y personal especializado en materia ambiental,
en las expresiones organizativas también y en nuestra ciudad existen
varias agrupaciones ecologistas que, articuladas alrededor de un plan,
pueden masificar la participación colectiva en jornadas reflexivas
y motivacionales que nos permitan acumular fuerzas para dejarle como
herencia a los hijos de nuestros hijos como herencia una ciudad modelo,
Cabimas, ciudad ecológica de Venezuela…
Usted tiene la palabra!
*Brigada antiimperialista
Alfredo Maneiro