Su excelencia, Simón Bolívar, El Libertador, expresó en una oportunidad que: “De nada sirve evaluar la historia si no aprendemos de ella; la historia no es el pasado depositado en viejas bibliotecas, el pasado es una ventana hacia el futuro que nos permite enfrentar realidades actuales y por venir, que se repiten una y otra vez”. Estas palabras nos permiten recordar que el 27 de Mayo de 2005, publiqué un trabajo en el semanario Pregón Regional (N° 2, p.4) donde hacía referencia a la situación de los vehículos que hacen el transporte de pasajeros en los Municipios San Fernando y Biruaca del Estado Apure. Ahora, a Seis años de haber escrito mis opiniones al respecto, el asunto sigue igual y quizá peor. Es lo siguiente:
La ciudad de San Fernando de Apure, capital del Estado Apure, está efectivamente unida a la capital del Municipio Biruaca formando una zona metropolitana (así reconocida en una resolución del órgano electoral nacional hace bastantes años). Esta realidad y la cada vez más creciente población hacen aumentar la demanda del servicio de transporte de pasajeros para que resuelvan la necesidad de movilización diaria de la gente entre estas Dos ciudades y las demás zonas periféricas o adyacentes a ellas. Sin embargo, la incorporación de nuevas unidades de transporte de pasajeros es muy escasa y no se observan efectivas o pertinentes políticas públicas para atacar el problema en forma perentoria.
El actual servicio que se presta mediante los taxis-rápidos o autos por puesto, es una situación que nos permite calificar a este servicio como un Transporte de Aventuras. Lo consideramos así por lo siguiente: la mayoría de vehículos que prestan este servicio son auténticas chatarras ambulantes, con muy peculiares características: autos de los años Setenta, Ochenta o principios de los Noventa, Cuatro Puertas, pero que a casi todos solo le abren Dos o Tres nada más y eso por la parte de afuera; la mayoría de sus manillas son confeccionadas con pletinas metálicas o cabillas, incluso algunos solo abren halando un alambre o cuerda que hace esa función, los colores de sus carrocerías son indeterminados, las llantas suelen ser de segundo uso, creo que son alérgicos a cauchos nuevos. Sus asientos muy desgastados, con resortes sobresalientes muy eficaces rompiendo ropas y arañando la piel de los pasajeros, los vidrios casi nunca sirven y para colmo los conductores nunca se ocupan de al menos asear su “medio de producción”.
La otra parte es la odisea que significa subir y llegar a destino en uno de estos autos, debido a las personalidades que asumen sus conductores: algunos se creen la resurrección de Juan Manuel Fangio o Ayrton Senna Da silva, acelerando a niveles que preocupan demasiado, pues en cualquier momento los casi inservibles frenos no lograrán detenerlos o la fricción del aire terminará por desmantelar totalmente el auto. Además que a cada chofer le surge su otro Yo, es decir, su personalidad oculta, así podemos encontrar comentaristas deportivos, políticos avezados, especialistas de macroeconomía, arquitectos, ingenieros, periodistas y los infaltables predicadores religiosos; todos ellos sin excepción son capaces de hacer dormir con sus peroratas al más crónico enfermo de insomnio o al contrario hacer volver loco de perinola al más cuerdo, parsimonioso o imperturbable ciudadano. En fin en esos carritos, como se les llama popularmente por aquí, usted encuentra cualquier cosa y subir a ellos es una verdadera aventura citadina.
Es de nuestra modesta opinión que este problema del servicio de transporte público deben planteárselo los Alcaldes, junto con Voceros de los Consejos Comunales al actual gobernador de Apure, pues se le nota el empuje de querer resolver las cosas en la región y darle una mejor cara a las ciudades de Apure. No dudamos que al gobernador se le puede aplicar el aforismo popular que afirma: “toda escoba nueva barre bien”. El tipo llegó trabajando duro y no es de los que manda segundones a resolver los asuntos, va él mismo y si tiene que meterse al candelorio lo hace, al menos en principio hemos visto eso. En consecuencia sería bueno que el asunto se le hiciera conocer para ver si tenemos la suerte que el hombre logre conseguirle financiamiento a las diversas cooperativas de transporte que actualmente prestan el servicio en las principales rutas. Eso sería otro logro importante que estimamos se puede consolidar mediante los convenios internacionales, que actualmente el Estado venezolano tiene en materia de importación automotriz.
Desde hace muchísimo tiempo en Apure no se ha hecho ninguna entrega de Autobuses de transporte público en cantidades importantes, apenas algunos escasos financiamientos de pocas unidades que no resuelven sustancialmente el asunto; es por ello que cualquier ciudadano compra una buseta o carro viejo, le coloca un aviso y se suma al montón de chatarras que ofrecen el servicio, casi sin ningún control de las autoridades. Entendemos la necesidad del trabajo para los chóferes y la necesidad del servicio para los usuarios, pero ya es hora de transformar esta realidad y dejar de parecernos a la India o al África. Somos un país petrolero y nos merecemos un servicio de transporte muchísimo mejor.
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