Siempre se busca hacer leña del árbol caído. Como esa no es nuestra característica, trataré de narrar al pueblo de Venezuela y en especial al ingeniero Yván Gil, viceministro de Circuitos Agroproductivos del MAT; lo que mis ojos vieron en el municipio Santa Rosalía del estado Portuguesa con respecto a las inundaciones en la zona. Para los que no conocen la zona, Santa Rosalía es, y me atrevo a decirlo, el verdadero granero de Venezuela, con mucho respeto a los habitantes de Turén, quienes son, muy merecidamente reconocidos con ese título de “graneros”, pero Santa Rosalía, con su capital el Playón, y sus comunidades aledañas entre las que destacan, San Pablo, Felicidad, Cogote, Matapalo, La Rogeña, La Burra, San Esteban, Santa Ana y San Lorenzo; que en conjunto, conforman una gran masa de tierra productiva, especialmente para cereales como el maíz y el arroz, el sorgo y el girasol, y una importante producción ganadera. Hoy día, este municipio sufre una de las inundaciones más grave que yo recuerde. Santa Rosalía tiene su emporio económico en agricultura, la infraestructura de apoyo a la producción agrícola, la agroindustria y la industria.
Más nada…, allí sin la agricultura no hay vida. Tiene un alcalde, el buen amigo Otoniel Meléndez, que hace con sus escasos recursos, de tripas, corazones, es tan pequeño el municipio que tiene una venta de bicicletas, un banco, y una panadería, y uno que otro negocio por ahí, ¿Qué ingresos por patente de funcionamiento pueden entrar en ese municipio? ¡Ah eso sí! Cuenta con una población muy trabajadora, muy religiosa y exageradamente fiel a sus principios, fiel al trabajo y de paso, roja rojita es. A Santa Rosalía lo rodean por el norte con el municipio Turén; por el sur colinda con el municipio Papelón; por el este pega con el municipio Turén y el estado Cojedes y por el oeste con los municipios Esteller y Papelón. Todos esos municipios son grandes potencias productivas también y porqué, porque han tenido mayores oportunidades. Pero la situaciones es que un grupo de productores denunció hace días, el grave problema de drenajes y la pérdida del cauce del río La Portuguesa, eso ha traído como consecuencias, grandes pérdidas que hasta ahora son imposibles de cuantificas, miles de hectáreas inundadas, donde ayer se producía maíz y pasto para el gano, solo hay agua y agua. El viceministro Yván Gil, inocentemente, digo yo, declaró que esas denuncias son exageraciones de la gente, pero la realidad es que está muy lejos de la realidad, dado a que el desbordamiento de los caños es evidente.
Quiero aportar como idea, una gran asamblea de productores en el estado Portuguesa donde participen el ministro Juan Carlos loyo, el gobernador Wilmar Castro Soteldo y los alcaldes del cono Norte de la región, para que allí se produzca un debate, del cual rebullan ideas para la solución a corto, mediano y largo plazo del problema. No juzgo lo dicho por el viceministro Gil, tal vez se equivocó, pero todo el mundo se equivoca y quien si no lo hace es la naturaleza, que por nuestro modo de vida, cobra venganza a cada paso que da.
(*) Militante del PSUV