Desde hace muchos años he venido observando que durante los meses de Enero y Febrero, carajitos, muchachotes y vejucos se dedican a la cacería de Iguanas hembras. A estas pobres reptiles del género femenino las persiguen por sus huevos y no por su carne. Parece ser que existe una presunción acerca que la “ñema de Iguana” sirve como afrodisíaco y por tanto cada pieza ovoide que debería ser un posible iguanito, ve truncado su destino de nacer porque termina en el estómago de muchos caballeros, quienes por efectos de la edad o de alguna debilidad biológica tienen ciertos inconvenientes con la ley de la gravedad, la cual les coloca su miembro reproductor “como perro en platabanda” o como el rabo de un león, que casí arrastra el suelo. Lo cierto es que la matanza de Iguanas es muy cruel y en significativa cantidad a principios de cada año.
Resulta que en la mayoría de los casos las Iguanas atrapadas sencillamente son sacrificadas y dejadas como alimento a los animales carroñeros pero en otras oportunidades los cazadores actúan con tal ignorancia, que la cuestión hasta molesta, pues los susodichos luego de cortarle la barriga al animal y extraerle los huevos, optan por rellenarlas de paja y coserlas luego cual si ellos fueron unos expertos cirujanos veterinarios, dicen ellos que hacen tal operación (para nosotros una barbaridad) supuestamente “para que las Iguanas no mueran”; semejante estupidez ha venido transmitiéndose de generación en generación sin que logremos hacerles entender a tantos pajuos ignaros, que en peor forma el animal va a morir con el agravante de una mayor, lenta y sufrida agonía. Sería bueno preguntarles a estos cirujanos desquiciados si están dispuestos a hacer la pequeña prueba de sacarse con un alicate una sola muela de su boca y luego rellenar la cavidad con un poco de paja arrancada de cualquier área verde, a ver que resultados tendrán y si se sienten a gusto. O que le permitan a un amigo campesino que les saque un testículo y en el lugar vació les coloque una pelota de ping pong, a ver si podemos verles brincar al menos.
A lo mejor (lo cual es normal) mucha gente dirá que estoy escribiendo pendejadas, pero resulta que desde muy pequeño me gusta la cacería y en muchísimas oportunidades los consortes de las Iguanas han sido el disfrute de mi paladar, bien sea en un suculento estofado o bien sea una carne mechada de estos reptiles dentro de una arepa asada. Y digo esto porque soy de los convencidos que la cacería racional y no la depredación, permiten aprovechar el alimento que proviene de la fauna salvaje, por ello combato a todo aquel que en forma criminal, sin ninguna racionalidad conservacionista acaba bestialmente con nuestros animales silvestres. Es por lo tanto que en este caso tan criminal sobre las iguanas, a veces provoca extirparle el cerebro y meterle luego una caraota en la cabeza a tanto idiota, quienes buscan resolver su impotencia sexual atragantándose con huevos de Iguana. Con tal práctica estoy convencidos que les “saldrá el tiro por la culata”, ya que el devorar tanto huevo (que salcochan y colocan al Sol) lo más seguro es que les de una pedorrea de espanto y brinco… lo cual lejos de servirles para tratar de repotenciar su “armamento”, lo que hace es convertirlos en un arsenal de la guerra química, pues la necesidad de expeler los gases contenidos en el colon los convierte en perfectos Zorrillos o Mapurites largando su apestoso “perfume” por donde pasan. De esa forma ninguna chica aceptará que se le acerquen ni a 50 metros de distancia.
La otra cuestión es el comercio que deriva de la demanda de Huevos de Iguana el cual está extinguiendo al animalito en los alrededores de los centros poblados y comunidades rurales, A las Iguanas las han confinado a lo profundo del monte, ya los niños casi no pueden conocerlas en vivo y en directo, apenas el buen ejemplo de la UNELLEZ, donde hay bastante y no las dejan cazar; y, el de los excelentes Guardias Nacionales de la Alcabala de “Corozo Pando”, donde las han domesticado de tal manera que las Iguanas bajan a comer frutas de la mano de los funcionarios.
Desconozco si la Dirección Regional del Ministerio del Ambiente o cualquier otra Institución realiza o ha realizado investigaciones que permitan determinar el impacto de la cacería indiscriminada de la Iguana Verde, que es el nombre común de ese reptil perteneciente a la familia Iguanidae y cuyo nombre científico es Iguana iguana. Si no lo han hecho, al menos pudieran emprender una campaña en explicar que la exhibición del cortejo que realizan los “Iguanos”, levantando el cuerpo y agitando la cabeza de arriba abajo, así como la veloz carrera que realizan con la parte delantera del cuerpo levantada, no es directamente proporcional a que cada caballero quien la consuma va lograr los mismos efectos sobre su debilitado y maltrecho órgano reproductor. Es decir, el hecho que el Iguano mantenga la cabeza levantada nada tiene que ver con que quien consuma los huevos de su consorte podrá mantener a su compañero de aventuras en la misma posición de una artillería de combate. Seguramente una campaña de ese tipo, para preservar la iguana verde, puede encontrar patrocinantes en aquellos laboratorios farmacéuticos o droguerías quienes fabrican y distribuyen el Sildenafil; ya que con tal campaña le harían promoción a su producto médico, que si tiene efectos inmediatos contra “el ánimo caído”, y, de ñapa le hacen un enorme favor a la ecología regional y nacional; sobre todo salvaguardar la vida de las Iguanas hembras y evitar que los “Iguanos” queden viudos para siempre. (06-12-2011).
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