Este artículo debió esperar mucho. Me propuse escribirlo el día que tuve la noticia del nombramiento de Guillermo Martínez como Secretario General de Gobierno en Anzoátegui. Tenía un perfil de Rafael Vegas y sabía por un registro de informaciones, que Rafael Vegas a quien no conozco, no fue muy efectivo en su desempeño o no entendió debidamente su responsabilidad.
El artículo demoró porque carecía de información sobre el camarada Guillermo Martínez y tuve que ingeniármela para acercarme a personas que tienen relación con él y poder saber, cómo ordena su desempeño. Este artículo es pues, el resultado de una complicada pesquisa de más de dos meses y su objetivo es dar un aporte sobre cómo Martínez debería acompañar al camarada Aristóbulo. Es bueno decirlo, que el artículo es parte de un trabajo que ya entregue en un curso que estoy realizando en Caracas sobre políticas públicas.
Trato de ser breve y lo primero que he podido entresacar entre los dos perfiles, es que Martínez, en comparación con Rafael Vegas, tiene una gran y aparente ventaja. Vegas no fijó su tara en la coordinación de esfuerzos institucionales. Martínez, considerando la información que he podido reunir, está en ese proceso y los datos me dicen que entiende la importancia de esta tarea. El secretario general de gobierno debe ser efectivamente una especie de Dudamel y por las informaciones recabadas en estas “entrevistas” con personas cercanas a este funcionario, se nota un esfuerzo importante para llenar esta función de ser un Dudamel.
¿Está ejerciendo esta función de ser efectivamente un Dudamel?
De las 12 personas con las cuales estuve conversando en una especie de entrevista no estructurada, diez me indicaron y dieron muchos detalles de una reunión que Guillermo Martínez realiza los lunes con todos los directores. No tengo claridad, si la reunión la coordina él o si este encuentro, está bajo la conducción de Aristóbulo. No interesa mucho esta información, porque lo importante es resaltar el posible sentido de este encuentro semanal. Se presume, que ahí hay un espacio para la coordinación de voluntades en el proceso de ejecución de políticas públicas.
No tuve acceso a un acta para ver la estructura de esa reunión. Supe, porque una de las personas con las cuales conversé, es funcionario de la gobernación y trabaja en la Misión Sucre. El compartir con este funcionario, un espacio de trabajo, algunos días de la semana, me dio la opción de acceso al documento –informe- en el cual, los directores comunican de un supuesto desempeño.
Haciendo el respectivo análisis del documento-informe, tengo que echarle mano a Cantinflas para decir: Ahí está el detalle. El Camarada Martínez tiene buena intención, pero eso no es suficiente. Tiene una aparente ventaja, respecto a Rafael Vegas, pero la buena intención tiene que “congraciarse” con una excelente estrategia, que este documento denominado formato, no promueve.
Desearía ser más extensivo por los detalles reunidos en el análisis, pero concluyo con lo siguiente: Si Martínez no desea parecerse a Rafael Vegas aun tratando de hacerlo distinto, debe producir una revisión de este documento evaluativo o del sentido de las reuniones de los lunes, porque tal y como está estructurado el documento y el encuentro, lo visible como hecho, es un tremendo cansancio institucional. El reporte es muy débil para extraer de ahí una conclusión sobre el desempeño. Sobran razones para pensar y concluir que la función de coordinación, que es o debe ser responsabilidad clave para un secretario general, está totalmente ausente. El hecho que se vean todas la semanas y unos digan lo que hacen, no implica coordinación y una medición del desempeño.
La función de evaluación es una tarea muy compleja y hacerla sin disponer de basamento previo, culmina lamentablemente en saber, que existe una persona interesada en ver, pero este querer ver, lo hace como si estuviera ciego. No es cosa de soplar y hacer botella el asunto de una evaluación institucional. Hacerlo con la inmediatez y colocarse como un vidente que no quiere ver, es un grave error, que lo llevará a parecerse mucho a Rafael Vegas, quien supongo, no se ha enterado todavía, que su desempeño no guardó correspondencia con la exigencia del cargo.
@ClaudioElcuaco
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