Maracaibo el primer ruinoso y maloliente indigente de Venezuela

Lo más angustiante de vivir en Maracaibo ni siquiera es el hecho de reconocer la verdadera “metía e pata” que significó poner al frente del Municipio alguien que ni siquiera tiene conciencia de lo que debe verdaderamente hacer un Alcalde para cumplir con nada menos que con la propia capital de la zulianidad y de la Chinita. Sino que bajo estos símbolos sagrados para el Maracaibero, donde palpita y respira su particular gentilicio y orgullo, se pretenda justificar y enarbolar el deplorable estado de lo que una vez fuera la “ciudad más bella del continente”.

Es sabido que un error lo puede tener cualquiera aunque la basura desbordada a todo lo largo de las calles se lo debiera de cobrar cada vez que las moscas con sus infaltables enfermedades entren al hogar de todos por igual. Cada vez que las colas interminables, producto del deterioro de las calles, le hacen llegar cada vez más tarde y con menos carro a su casa. El problema no sería problema, como lo dijera el guatemalteco, si solo se tratara de una “metía’e pata electoral”. El problema se encuentra agravado, pica y se extiende, cuando nosotros mismos NO encontramos problema en el problema del desgobierno de la Sra. Alcaldesa. Cuando a pesar de su incompetencia y falta de responsabilidad nos acostumbramos a vivir en una ciudad sin doliente y sin ciudadanos que lo defienda. Cuando permitimos, a nada menos que a la primera autoridad del Municipio, hacer de Maracaibo el primer ruinoso y maloliente indigente de Venezuela.  

Buena parte del presupuesto de la Alcaldía de Maracaibo se lo lleva la fastuosa campaña mediática que diariamente nos narra el “encantado” cuento de Eveling en su Ciudad de las Maravillas”. Buena parte del restante del presupuesto se va en salario y en el pago de asesores de imagen que hacen de las obras del Gobierno Regional su propia Gestión. Hasta el extremo de darse el tupe de piratear la Feria del Bacheo emprendida por el Instituto de Vialidad del Estado Zulia, una vez que pasan las cuadrillas topando huecos atrasito los salserines de la alcaldía y sus fotógrafos. Al otro día, como si fuera poco, “la Alcaldesa entrega 400 ayudas a transportistas…” y el transporte público continua igual de pésimo aunque la Alcaldesa ya de esta forma mediática y ciertamente “dadivosa” pareció resolverlo.

La falta de planificación, transparencia en el manejo de los recursos y clara visión sobre lo que demanda un Municipio tan vistoso y particular como Maracaibo no lo puede resolver alguien que viaja más que chofer con gandola ajen. En esta magna Y responsable empresa debieran de estar “a brazo partido” las verdaderas fuerzas de la zulianidad: gaiteros y decimistas, artistas plásticos y cultores, historiadores y cronistas, maracuchos y maracaiberos, etc.  Sin más color ni querencia que el devoto amor por nuestro viejo y maltratado Maracaibo.



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Waldo Munizaga


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