Ciertamente la gran cuenca del río Caura debemos protegerla de mejor manera que hasta ahora. Encierra grandes maravillas y muy complejas interrelaciones ecológicas; el endemismo en las secciones media y alta de la cuenca es extraordinario y por tal resulta indispensable asegurar su integridad para el futuro. Decretar un Parque Nacional es una posibilidad al respecto que nos daría más herramientas legales para su preservación, pero cuidado….. Esto es solo un instrumento legal, por lo demás, de mucha restricción, incluso para los autóctonos habitantes del lugar. Una “declaratoria” no asegura, per se, que los espacios del Caura ya estén a salvo de intervenciones. En esa región del Caura existen ya varias figuras jurídicas de protección especial, la reserva forestal, el parque nacional Jaua-sarisariñama y monumentos naturales, entre otras, que no han impedido la devastación por intereses agrícolas y pecuarios de la parte baja de la cuenca ni la minería que hoy día agrede implacablemente las secciones medias y altas. Un cambio de figura jurídica no creo que altere la realidad.
Indudablemente que debemos acometer acciones contundentes para salvar la cuenca del Caura; estas acciones, además, deben ser revolucionarias. NO se trata de decretos sino de trabajar con la gente, especialmente con la población autóctona de la región, reales propietarios de esos espacios y principales preocupados por la salud de los mismos.
Las acciones para salvar el Caura deben ser decididas en el marco de la democracia participativa y protagónica que señala nuestra revolución. No puede ser que nuestro máximo tribunal de justicia, la Sala Constitucional del TSJ tome decisiones sobre ese recóndito espacio nacional en base a lo que nada más tres personas le soliciten, por lo demás ninguna de las cuales siquiera es habitante de la región ni del estado Bolívar y tampoco representan colectivos nacionales. El uno, así los identifica la sala constitucional en su sentencia (http://www.tsj.gov.ve/decisiones/scon/mayo/164119-420-14514-2014-12-1166.HTML) representante del Centro de Investigación e Información Ecológica, CINECO (¿?) el segundo, representante del Frente Ambientalista Amazónico del estado Amazonas (¿?) y el tercero, representante del Grupo de Guarda Parques Universitario. En descargo debo decir que el representante de CINECO es actualmente Diputado nuestro a la Asamblea Nacional, miembro de la comisión de ambiente de la misma, pero aun así.
¿Y qué pasa con los habitantes de esa región? ¿Qué papel jugamos los habitantes del estado Bolívar sobre decisiones que atañen a nuestros espacios de vida? Dicen representar a “los ecologistas de Venezuela” ¿Es eso así? …. ¿Y dónde quedan los habitantes originarios de la región del Caura. No tienen derecho a opinar sobre su hábitat? …… De hecho, la organización indígena Kuyujani, que agrupa los pueblos y naciones indígenas del medio y alto Caura han declarado varias veces estar en contra de esta iniciativa de declarar El Caura como Parque Nacional.. ¿Se ha molestado alguien, el TSJ, en escucharlos y conocer de sus argumentos?
Una gran preocupación de mi parte (no la única) al respecto de esta iniciativa de decretar al Caura como Parque Nacional se refiere a la ausencia notable e inaceptable de la población indígena de la cuenca, reales propietarios de esos espacios, en la discusión o proceso de “reconversión” de la importante región. En la cuenca del Caura habitan varios pueblos indígenas distintos (yekuanas, sanemas, jotis y creo que pemones también, entre otros) REPITO, SON ELLOS, NUESTROS HERMANOS INDÍGENAS, LOS REALES PROPIETARIOS DE ESOS ESPACIOS, los que primero tienen la potestad de decidir qué hacer con esos hábitats, por supuesto dentro de los cánones legales posibles. …. Justamente de eso habla nuestra Constitución Nacional y la ley de demarcación y garantía de hábitats y tierras de los pueblos indígenas. Justamente, la inclusión social en todos los ámbitos de la vida nacional es bandera de nuestra revolución.
Me preocupa supremamente que estemos repitiendo experiencias que creía yo superadas, prácticas cuarta republicanas de decidir por otros sin consultarlos a ellos. No hay decisión posible sobre El Caura sin consultar y obtener el visto bueno, la aceptación, el acuerdo, primeramente, de los pueblos indígenas que allí habitan. Esto vale en verdad para toda decisión centralizada que se refiera o involucre espacios o hábitats donde se asientan conjuntos humanos. Esto vale para el caso de la pretendida explotación de carbón en Perijá, por ejemplo.
Si a mí me preguntasen diría que no se trata de abolir la reserva forestal para imponer ahora la figura del parque nacional; Lo que debería ocurrir al respecto del Caura es la aplicación de la Ley de Demarcación y Garantía del Hábitat y Tierras de los Pueblos Indígenas, en vigencia desde el 2001 ….. Entreguémosles a nuestros hermanos indígenas los espacios que por derecho ancestral les pertenece y entonces, solo entonces, ELLOS, nuestros hermanos indígenas, decidirán qué hacer con sus tierras y espacio vital, por supuesto, con el acompañamiento, la ayuda, la orientación de nuestro Gobierno revolucionario y del resto del pueblo venezolano.
Tengo otra preocupación al respecto de esta y otras iniciativas similares. Reconozco mi animadversión a las posiciones de ciertos “ecologistas” que desde hace muchos años he adquirido en vista de la actuación de estos. Desde siempre me choca ver como “ecologistas” de nuestras ciudades reclaman a nuestros campesinos porque matan serpientes o incluso a indígenas por tumbar quemar y hacer conuco, mientras estos (los ecologistas citadinos) no pueden ver una mosca, un zancudo o una cucaracha en su casa o apartamento porque de una vez le caen a insecticida … ¿Son perjudiciales las moscas, zancudos y cucarachas? ¿Y las serpientes venenosas para el campesino? ¿Son parte de la naturaleza nada más las serpientes, o también las moscas, zancudos y chiripas? Hay mucho que filosofar y discutir sobre este tema ¿cierto?
Si tan preocupados están por las forestas ¿Por qué no emprenden una campaña para recuperar el impresionante bosque que originalmente ocupó el valle de Caracas, o la región de Barlovento, o los valles de Aragua, o el sur del lago de Maracaibo? También en esas regiones existió gran endemismo; aún quedan rezagos, como el legendario Nogal de Caracas.
Me preocupa el trasfondo ideológico e inquietudes de ciertos “ecologistas” al tomar estas iniciativas, que me parecen reflejan un pensamiento de “meter todo dentro de una vitrina para no tocarlo jamás”, corrijo, solamente para que sean visitados por turistas, para que disfruten del paisaje y les tomen fotos a nuestros indígenas en guayuco. A veces me pregunto si es que ciertas personas creen que vamos a vivir del aire nada más o del petróleo exclusiva y eternamente. Lo digo porque los argumentos que muchos utilizan para proteger mejor El Caura, por ejemplo, vale para también impedir el uso de cualquier otro espacio boscoso e incluso de cualquier otro ambiente natural.
LA HUMANIDAD NECESITA USAR TODOS LOS RECURSOS NATURALES DE QUE DISPONE, por supuesto de manera sustentable, con mucha sabiduría, gradualmente y, justificado nada más si el beneficio del aprovechamiento es colectivo o social. Los límites de uso de los recursos naturales hoy, los impone nuestra responsabilidad de legar un mejor patrimonio natural a las generaciones futuras, lo que implica la preservación de las condiciones ecológicas – naturales que permiten la vida en nuestro planeta.
Pregunto yo algo, un caso hipotético ¿qué pasaría si llega a descubrirse que la especie vegetal más abundante del Caura o la más endémica de allí contiene el antídoto para hacer desaparecer por siempre la enfermedad del cáncer en la humanidad? ¿Qué, no la explotaríamos? Por supuesto, racionalmente, pero entraríamos al Caura a explotar esas comunidades vegetales ¿o no? Por eso digo que la preservación de nuestros ecosistemas naturales no puede ser poética, es práctica, es por el beneficio de la humanidad. Una restricción como la de Parque Nacional impediría ese aprovechamiento.
Me preocupan posiciones que pretenden que también desaparezca la reserva forestal de Imataca, la de La Paragua y en general impedir el manejo de los bosques naturales con la pretensión de tenerlos como “exposición en vitrina”, con el argumento de que el manejo forestal y la figura de reserva forestal es una “terrible figura legal” como lo catalogan varias “reconocidas” organizaciones ambientalistas. Para la mayoría de nuestros bosques naturales, su única posibilidad de persistencia y de seguir prestando servicios ambientales se las brinda el manejo forestal (ecosocialista)
Pero sobre este tema de las reservas forestales del país y de la pertinencia o no del manejo forestal de los bosques naturales, expresaré mis puntos de vista en otra oportunidad. Aquí el asunto es el futuro de la cuenca del río Caura con sus habitantes y valores naturales biológicos y ecológicos que contiene. Digo NO a la actual iniciativa de decretar al Caura como Parque Nacional, no por su intenciones sino por su metodología. …. Apliquemos el proceso de demarcación de Hábitats y Tierras indígenas y acompañemos a nuestros hermanos yekuanas, jotis, sanemas, en su lucha por preservarlo. Acciones prácticas contundentes y revolucionarias de la mano de nuestra gente.