Margarita como mar de alegría: iluminada por velas

Margarita es un encanto que un querube en perla la convirtió, reza un
exquisito verso de una alegórica composición musical que, la invade de
sutilezas agónicas que sólo, nos queda celebrar todods los años, cada
8 de septiembre, el día de la Virgen del Valle que más son los
fanáticos que la veneran que los mismos católicos y, además desde que
los españoles se llevaron las perlas de Cubagua, éstas brillan por su
ausencia, pero siempre hay quienes nos realzan diciendo que, somos la
perla del Caribe y, el engaño sigue viento en popa por no decir de
boca en boca.

Margarita pudo haber sido un maravilloso puerto libre, para los
margariteños y demás venezolanos, pero que va, se llenó de árabes y
turcos y, para nuestra mayor desgracia, ahora nos cayeron los chinos
y, chinos es lo que hay con sus negocios de víveres sobretodo. Y,
todavía tenemos la atracción y la gracia de que a la isla la sigan
visitando y, más los que antes se la pasaban en Miami paseando y
raspando, pero, como ya no tienen para coger -salvo los ricos- la
llaman para su consuelo, la perla del Caribe y, ¿que por sus playas y,
sus habitante qué y, nuestras costumbres qué?

Pero no todo es malo acá, ¡qué va! Comida cara donde la busque, por lo
que el turista que nos visita se va quemado, pero no de coger sol y,
las compras y, ¿qué compra? Registrará con la vista, para no perder la
costumbre de jurungar algo, a no ser que sean brasileros y colombianos
que son los huéspedes más asiduos en ciertos mesesdel año y, eso por
lo bien que les va con sus monedas nacionales en contra de la nuestra
que anda por alguna parte, pero no por las nubes. Antes venían
canadienses, gringos, japoneses, franceses, pero esos se perdieron, es
decir, dejaron el pelero y, todavía hay quien hable como rememorando
el puerto libre que sin dólares se quedó y, ahora se habla de un plan
de libre cambio.

Y como hoy es 8 de septiembre: estamos de fiesta, lo más que sobra es
vela y velones que como para hacer su agosto nos cayeron los
bachaqueros que vinieron de otras partes a especular con ese negocio,
ya que generalmente con la celebridad de la fiesta de la Virgen, el
Valle del Espíritu Santo, lo transforman en un bazar de baratijas en
billetes, incluyendo medallitas que se prestan para el pago de
promesas que la gente le hacen a la virgencita durante todo el año por
el bien de un milagro solicitado o, en atención a otros actos de
caridad.

Lo cierto es que el margariteño está de plácemes y, mire que brindar
en este día le sale bien cariñoso, pero aún así él celebra y además no
dejará de disparar al aire sus coheticos que lo rebosarán de alegría y
dicha por la celebración en puerta que, no se le escapará jamás,
aunque mañana no tenga para comer, pero así somos, llenos de bondad
interna por un acto que ilumina el corazón margariteño y, lo invade de
pasión infinita hacia su santa. Y, a decir verdad, sea como sea, esa
es su fe su esperanza y de allí no lo saca nadie sin importarle que al
llegar a su casa no tenga que comer o, tenga que calarse una larga
cola para conseguir lo que le haga falta, para subsistir cono dios
manda después de gozar la celebración con eucaristía incluida con un
calor sofocante como el que hace en la isla.

La Virgen del Valle es la patrona de los marinero y por lo tanto de la
Armada Nacional venezolana que, la acompañan con mucha devoción y, en
su honor se le celebra su día.

 



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Esteban Rojas


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