Los habitantes de Maturín quienes tenemos que soportar la crisis económica reflejada en las interminables colas de los Bicentenario, Mercal y los demás supermercados chinos y privados que venden productos alimenticios en la capital del estado Monagas, adicionalmente ahora tenemos que calarnos la deficiencia de los servicios públicos, gracias a un burgomaestre quien vive más en Miami que en la ciudad que lo eligió.
El desastre del Alcalde amarillo, quien llegó al poder gracias a la decisión equivocada de un político de izquierda, quien dividió los votos del chavismo por las luchas internas o personales, las cuales subsisten dentro las fuerzas de la revolución, resultó ser todo un fiasco.
Desde su campaña, avalada por las fuerzas de la oposición (MUD) la cual realizó montado en un autobús por las calles y avenidas de Maturín (se le acabó la gasolina), ya se le veía su afán de pantallero y de muñequito de torta, impulsado por las fuerzas políticas de los patiquines amarillos de PJ y los envalentonados guarimberos de VP y otras especies, de quienes dicen llamarse nuevo liderazgo político nacional.
Transcurridos más de tres años de mandato (deberían de hacerle Referéndum), al igual que muchos alcaldes y gobernadores del país, este patiquín amarillo de Warner Jiménez ha realizado una gestión negativa para Maturín.
Sólo basta recorrer las calles y avenidas, de la que hasta ahora era conocida como “la Ciudad Distinta” - por ser limpia y ordenada - para encontrarnos ahora con una ciudad distinta pero por lo sucia; con las alcantarillas rotas, pésimos servicios públicos, un Mercado Nuevo desordenado y en la anarquía y una policía, la cual debería ser intervenida (si ya no lo está).
Si alguien realiza - por las noches - un recorrido por la Avenida Bolívar, urbanizaciones del Centro, Redoma Juana “La Avanzadora”, Plaza del Estudiante, Plaza 7, Plaza Piar, Plaza Miranda y la misma Plaza Rómulo Gallegos - sitio que el propio Alcalde Amarillo remodeló con bombos y platillos - ahora son una cueva de lobos.
La delincuencia hace de las suyas y los servicios de transporte (gracias a Dios) y otros servicios importantes como el Aseo Urbano, han tenido que en parte ser asumidos directamente por la Gobernación, para no dar pena ajena ante la propia población, los visitantes y los turistas que visitan la capital monaguense.
Ni hablar de las oficinas y dependencias, donde reina el desorden administrativo, la falta de atención y el mal trato de los empleados municipales, que son algunos la comidilla del día.
Las comisiones de servicio brillan por su ausencia y más aún, cuando un ciudadano de Maturín requiere de alguna actuación directa del líder Municipal, resulta que este nunca está y sólo se siente el caos y las deudas al personal de la Alcaldía, quien vive de paro en paro, mientras sus fiscales matraquean a los comerciantes (ni hablar de las comisiones a las clínicas por permisología de Desarrollo Urbano).
Igualmente podríamos hablar de dos casos emblemáticos que en el pasado - incluso en los gobiernos de la IV República adeco-copeyanos - eran tacitas de oro: El Parque Zoológico “La Guaricha” y el Paseo Aeróbico. Da tristeza visitarlos junto al Paseo “Los Próceres”, el cual muestra a los héroes de la Patria sin cabeza y algunos sin el busto, hasta del propio Libertador Simón Bolívar; áreas vitales, responsabilidad de la Alcaldía del Municipio Maturín.
En los últimos días, con la llegada de las lluvias, hemos visto al Alcalde Warner Jiménez retratarse para los medios de comunicación (en ello es un campeón y ralla en la obsesión). No tiene vergüenza y anuncia - luego de más de tres años de gestión - que ahora si realizará monitoreo, cuando ha sentido la presión de las barriadas y la gente humilde (a la cual desprecia) que ha sido afectada por las inundaciones.
En este sentido resaltan las acusaciones del Director de Protección Civil Raúl González, quien se vio en la obligación de reclamar la presencia del Alcalde “por no tomar previsiones y en especial, por no haber cumplido a tiempo con las labores de mantenimiento de caños y quebradas y además de los drenajes del casco central”. El estado de las alcantarillas y desagües son un verdadero desastre; ni hablar de los bomberos, los eternos olvidados de la municipalidad.
En realidad los habitantes de Maturín “La Ciudad Distinta”, ahora estamos alarmados y exigimos con firmeza que el Alcalde Warner Jiménez asuma sus funciones para las cuales fue electo, deje la viajadera y encaré con seriedad de una vez por todas, su responsabilidad como ejecutor de las obras de servicios públicos de la capital de Monagas, funciones para las cuales fue electo. Al Alcalde le sale serrucho como decía Perucho Conde.
Es por ello que exclamamos: ¡Qué pena por Maturín!
¡Amanecerá y veremos!