La selección de candidatos del PSUV para optar a las gobernaciones en la República Bolivariana de Venezuela deja un mal sabor de boca en algunas entidades. Sin sojuzgar a algunos gobernadores en ejercicio, la propuesta de Aristóbulo Istúriz es descabellada, desacertada, inoportuna y hasta bochornosa. Su gestión anterior sólo tuvo como epicentro el ámbito del municipio Guanta, pero ignoró, descuidó y condujo al abandono y al olvido a todo el centro-sur del estado Anzoátegui.
La carretera El Tigre-Pariaguán constituye la más evidente y miserable muestra de la mala e ineficiente administración pública de la Faja Petrolífera del Orinoco. Diecisiete enormes cráteres de aproximadamente sesenta centímetros de profundidad y hasta noventa centímetros de ancho destrozan los vehículos livianos y pesados que circulan intensivamente en esta corta ruta. Da dolor y rabia contemplar los autos dañados severamente, a toda hora, en esta carretera nacional. Pero a nadie le importa esto. Precisamente Aristóbulo y después Nelson Moreno han hecho caso omiso de estas reparaciones, a pesar de que fue durante su campaña electoral anterior cuando Istúriz prometió a bocajarro que él arreglaría las vialidades hacia el municipio Mc Gregor, hacia El Pao y Santa Clara, hacia San Diego de Cabrutica y Zuata, hacia Santa Cruz del Orinoco y Uverito, hacia Tascabaña y Atapirire, Múcura y Mería, Cachipo y Aribí; inclusive, las calles de los barrios más humildes de El Tigre y El Tigrito son calamitosos escenarios del abandono y la indolencia, expresión por tanto del mismo espejo roto de la IV República. A las mentiras y falsedades de tantos engaños y promesas incumplidas se sumó el ejercicio irresponsable del gobierno por parte del señor Aristóbulo Istúriz en todo el estado Anzoátegui.
Las grandes mafias existentes en El Tigre y Puerto La Cruz, con la anuencia de alcaldes oficialistas, empresarios y militares de alto rango para sustraer los alimentos del pueblo para venderlos en las minas de Guayana; incluso los productos de los Claps, tienen que ver directa e indirectamente con el ejercicio torcido del poder desde esa gobernación. Y Aristóbulo no es ningún santo
He podido reunirme con algunas comunidades indígenas y la perspectiva existente hacia la designación de Aristóbulo como candidato es de absoluta tristeza y rechazo. Es una candidatura que huele a fos. Se los digo sin medias tintas, sin hipocresías y sin falsedades. Que lo sepa así, clara y llanamente, el Presidente Nicolás Maduro. Los chavistas de a pie, los que tenemos la frente en alto, los que no hemos participado jamás en corruptelas, en grupúsculos boliburgueses, en negocios sucios con PDVSA, con contratistas ni con alcaldes deshonestos en Anzoátegui, le decimos a usted, Presidente Maduro, que la designación del señor Aristóbulo es sencillamente una muestra más de locura, de irrespeto al pueblo chavista y a una tierra generosa y buena, cansada de tanta indiferencia, ineficiencia y corrupción. Visite usted en su automóvil el pueblo de Pariaguán, partiendo desde el Tigre, y perciba con sus ojos una de las más miserables expresiones de mal gobierno y peor liderazgo político de que tenga señales irrefutables el proceso bolivariano.
Al margen de que el señor Aristóbulo Istúriz resulte electo como gobernador de Anzoátegui, va ser muy triste que nuestro pueblo de la Mesa de Guanipa tenga que calarse su estilo déspota de gobernar y aún más grave falta de eficiencia y atención responsable de las necesidades y urgencias de nuestro pueblo.