Es cierto que hasta finales del siglo XX, las unidades de transporte público así como los carros particulares, sobreabundaban en las calles y autopistas de la región zuliana en Venezuela, porque entre carritos por puestos, autobuses, taxis, busetas y motocicletas, los zulianos podían usar menos los sucios pies y más las sucias ruedas, para llegar con premura a las actividades cotidianas por cumplir.
No obstante, desde que los zulianos empezaron a cargar la cruz del siglo XXI, han visto como los problemas sociales y ambientales destruyen el modo de vida de la colectividad, debido principalmente a la falta de agua potable, al exceso de residuos sólidos en las calles, a los continuos apagones por fallas del servicio eléctrico, y a la ausencia de gasolina en las bombas de abastecimiento de combustible, para recargar los tanques de las unidades vehiculares zulianas.
A finales del año 2021 del siglo 21, podemos afirmar que Zulia es el estado venezolano más golpeado por la casi ausencia total de gasolina en su desértico territorio occidental, por lo que solo los arrechos multimillonarios zulianos y solo los arrechos narcotraficantes zulianos, tienen los cobres y los dólares en sus arrechos bolsillos, para comprar o robar los codiciados litros de gasolina que son necesarios, para seguir contrabandeando la verga zuliana en sus arrechas calles.
Actualmente, es un lujo disponer de gasolina dentro del tanque de un vehículo zuliano, y pese a la eterna cuarentena social por culpa del Covid-19, los zulianos han seguido buscando la manera de movilizarse usando cualquier transporte terrestre público o privado disponible en la entidad zuliana, para llegar hasta sus lugares de trabajo o para acudir a casas de familiares enfermos, que por la crisis y por la pandemia no han podido visitar desde tiempo atrás, generando el deseo en los zulianos de viajar por las principales autopistas zulianas, sin medir los peligros mundanos que se presentan entre el asfalto, los montes y las culebras.
Uno de los grandes peligros que recientemente confronta el zuliano de a pie, radica en la fatal tentación de practicar el peligroso "Autoestop" en las autopistas zulianas, o como se llama coloquialmente en Venezuela "pedir la cola".
Debemos comprender que el Autoestop significa que un peatón se detiene en una carretera, hace señales visibles con su mano levantada para llamar la atención, y espera que cualquier conductor de un automóvil desconocido, se detenga y se ofrezca a llevarlo gratuitamente hasta otra zona geográfica, que por lo general se ubica muy lejos, siendo casi imposible cubrir esa distancia caminando a pie.
Si bien la práctica del Autoestop, siempre se ha asociado con las altas horas de la noche, y el peligro natural de ser víctima de la delincuencia por abordar un vehículo desconocido de madrugada, la realidad, es que para los zulianos la práctica del Autoestop se está llevando a cabo a plena luz del día, tanto en las soleadas horas de la mañana como en las horas soleadas de la tarde, ya que la falta de gasolina obliga a que el zuliano practique el Autoestop en horas diurnas, y si reconocemos que hasta las unidades vehiculares de los cuerpos policiales, muchas veces no tienen gasolina en sus tanques para realizar las labores diarias de patrullaje, pues el Autoestop zuliano es sinónimo de delitos e impunidades.
Una de las zonas geográficas zulianas con mayor índice de Autoestop es la autopista Lara-Zulia, siendo una famosa carretera usada principalmente para interconectar a la Costa Oriental del Lago de Maracaibo con la capital del estado Zulia llamada Maracaibo, y aunque la autopista Lara-Zulia siempre ha sido el escenario de fatales accidentes automovilísticos por el exceso de velocidad de los conductores, pues debido a la ausencia de gasolina en todo el territorio zuliano, ahora la autopista Lara-Zulia lidera la práctica del Autoestop en el occidente venezolano, acrecentando los secuestros, los asesinatos y las agresiones sexuales.
El Autoestop zuliano ya no es la práctica hecha por prostitutas recién salidas de un motel el sábado de madrugada, ya que por culpa de la desesperación de miles de decentes ciudadanos zulianos, que no pueden pagar el precio de la gasolina, o que simplemente no tienen acceso al transporte público o privado, ahora son ellos los que terminan practicando el Autoestop en calles y autopistas zulianas, sin saber que ese supuesto buen samaritano que se detuvo en la carretera para socorrerlos, podría ser el victimario que acabará con sus propias vidas.
En el estado Zulia viene aumentando el número de personas desaparecidas en circunstancias aparentemente desconocidas, lo cual es una preocupación que podría vincularse a la irresponsable práctica del Autoestop, más aún sabiendo que debido a la migración de miles de zulianos al exterior, pues en el estado Zulia sobreabundan lugares urbanos deshabitados y espacios rurales de malezas, donde se puede quemar a un cuerpo vivo con la gasolina que no tiene la policía.
En la desértica zona de La Guajira, que bordea los límites fronterizos colombo-venezolanos, también viene aumentando la práctica del Autoestop, siendo mayoritariamente nuestras compatriotas indígenas, las mujeres que exponen sus vidas sin conocer el trasfondo ilegal de violencia envuelto en el Autoestop.
Cuando vemos a madres zulianas haciendo Autoestop en las calles con sus hijos menores de edad, es el colmo de la irresponsabilidad, ya que el adulto expone a niños y adolescentes a crímenes, que podrían vulnerar la integridad del infante.
Vemos que el Autoestop zuliano no solo involucra a psicópatas, a violadores y asesinos en serie, pues cualquier conductor zuliano que tenga carro, que tenga gasolina, que tenga arrechera, y que se encuentre a cualquier peatón haciendo Autoestop en una calle zuliana, podría terminar descargando su arrechera en contra de la persona que abordó su vehículo, por lo que el Autoestop es como una peligrosa tómbola, que puede ser una feliz aventura o una fatal desgracia.
Hacemos un llamado a nuestros compatriotas venezolanos, en especial a los zulianos, para que no practiquen el Autoestop en las carreteras zulianas, ya que la vida es el mayor regalo dado por Dios a su pueblo, y nosotros como hijos de Dios, debemos preservar el regalo que fue comprado con la sangre de Jesús en la cruz del Calvario, donde nos demostró el verdadero significado del amor eterno.
No debemos jugar con la vida practicando el Autoestop, porque por muy desesperados que estemos en llegar a tiempo a nuestros trabajos, por muy bonito que se vea el carro que se detuvo para auxiliarnos, por muy simpático que sea el sonriente conductor del carro, por mucho espacio que tenga la camioneta Pick-Up que se detuvo en la calle, y por muy cansados que estemos después de caminar a pie las calurosas calles zulianas, NO debemos sacrificar nuestras propias vidas cristianas, practicando una actividad delictiva llamada Autoestop.
Yo estoy escribiendo el presente artículo, en la época decembrina venezolana, cuando abunda la gente que quiere trasladarse entre las ciudades para visitar a sus seres queridos, con más razón, condenamos la insensata práctica venezolana del Autoestop, como una opción gratis y rápida para nunca llegar a nuestro destino.
En vista que las patrullas zulianas no tienen gasolina en sus tanques para patrullar las calles, resulta entonces imperante que el zuliano use el buen discernimiento, para comprender que la práctica del Autoestop, es una funesta invitación para sufrir graves actos delictivos, que serán ocultos en la impunidad del anonimato.
Sabemos que a través de las redes sociales, en el estado Zulia se viene promocionando la libre práctica del Autoestop, comprendiendo que el Autoestop zuliano no solo perjudica a gente pobre de escasos recursos, pues ciudadanos de clase media son también tentados a usar el Autoestop promocionado en Facebook, Instagram y WhatsApp, y tras abordar el vehículo que se detuvo en la carretera, el individuo podría sufrir el robo de su teléfono y la pérdida de su vida.
La gente venezolana que no vive en el Zulia, no sabe cuán psicológicamente perturbada está la enojada sociedad zuliana, llena de arrechera por culpa de una crisis económica y espiritual que rebasan la sensatez del prójimo petrolero.
Cuando en el mes de octubre del 2021 se reiniciaron las clases en los colegios venezolanos, hubo un repunte de Autoestop en las carreteras del país, demostrándose que la falta de gasolina incrementa la delincuencia en nuestra nación, y no debemos olvidar que el Diablo anda como león rugiente, buscando devorar a todas las calles venezolanas, donde todo se ve pero nada se denuncia.
Por amor a la vida humana, y para no llorar con lágrimas de sangre la muerte de un ser querido, te pedimos decirle NO a la práctica del Autoestop.