Quedarse en enumerar los detalles de los desafueros que se han cometido en contra de la voluntad del pueblo elector en el caso Barinas sería una futilidad. Eso es lo aparente. Aparentemente un general secuestró, con la aviesa intención de retardar el proceso electoral, las actas del municipio Arismendi. Aparentemente una de las Salas del TSJ, no se sabe sin con muebles o sin ellos, desconoce la actuación de un poder tan poder como ellos, el Poder Electoral. Aparentemente, Superlano estaba inhabilitado para participar en los comicios regionales, a pesar de que participó. Eso son algunos elementos de las apariencias, vayamos a lo sustancial.
Lo que queda claro es que la independencia de poderes en Venezuela no existe. De manera que si en un Estado no existe independencia de poderes estamos en presencia de un gobierno autoritario. La evolución histórica de la humanidad da cuenta del a autoritarismo; así por ejemplo, a los inicios de la modernidad, la monarquía absoluta es un ejemplo de autoritarismo por ende un monarca absoluto es un autócrata. En el siglo XX hubo varios ejemplos de autoritarismo. Hitler, Musolini, Franco, entre otros, en este caso se les denominan dictadores, puesto sus poder no tienen la justificación de ser atribuidos a una divinidad religiosa, como fue el caso de las monarquías absolutas. La justificación ideológica es combatir al comunismo. Hay otro tipo de dictaduras como las sucedidas en la antigua URSS, en esta caso se habla de la dictadura del proletariado en función de atacar a los capitalista.
Aterrizando el tema en América Latina contemporánea también ha habido diversas dictaduras tanto de las llamadas de derechas como de izquierdas. Desde Alfredo Estroessner, hasta la de Fidel Castro y sus continuadores. En el caso de Venezuela en la época de independencia desde Simón Bolívar hasta José Antonio Páez, ejercieron la dictadura; Juan Vicente Gómez y Pérez Jiménez hicieron lo propio en nuestra contemporaneidad. La pregunta que hay que hacerse es la siguiente: ¿Es el gobierno de nico una dictadura? Y otra que le sirve de complemento: ¿se puede hablar que en Venezuela hoy día hay democracia?
Intentemos responderlas, desde las limitaciones de un artículo de opinión. No, definitivamente en Venezuela no existe una dictadura. Al menos no desde las concepciones clásicas de dictadura del siglo XX. No, definitivamente, en Venezuela no hay una democracia en el sentido clásico del término. Lo que sí podemos afirmar es que en Venezuela vivimos un proceso acelerado de autoritarismo con visos de dictadura. No es dictadura en cuanto, aunque restringidas, ciertas garantías democráticas se guardan.
Estamos en presencia de un modelo militar, policial, político en donde le último elemento se entiende como la parcialidad política ligada directa o indirectamente y subordinada a los dos primeros elementos. Es una trilogía autoritaria que no entiende otra cosa que: el mande y obedezca. Así las cosas las formalidades democráticas se respetan siempre y cuando estas no sean contrarias a los intereses de esta macabra alianza. Este autoritarismo arrasó con las instituciones, en su sustitución aparecen una serie de poderes fácticos que funcionan en función del chantaje, el soborno, la intimidación, la cárcel y la desaparición física si es el caso.
No obstante pretender que esta esfera política es suficiente para analizar la compleja dinámica del sistema es una soberana miopía. Se entrecruza con esta esfera otro elemento: lo económico. Este poder gorila no pudiera funcionar sino recibiera financiamiento. Recibe abiertamente y de manera oficial el apoyo de sectores económicos, advenedizos y otros de vieja data que se plegaron y que han sacado provecho del grado de depauperación de los sectores más vulnerables de la población venezolana. Esta alianza económica permite que sectores militares, policiales y políticos saquen provecho económico de la crisis y se enriquezcan descaradamente y sin rubor. Por supuesto estos gorilas reciben otros apoyos financieros que no se pueden mencionar, pero que sin duda sustentan esta autocracia.
El caso Barinas hace síntesis de lo antes expuesto. Y aquí incluyo un elemento, el tema de los símbolos. Barinas representa para los actuales gorilas la meca de donde surgió un proceso que se fue distorsionando hasta llegar a este frankenstein. Por eso es tan importante hacer todo lo que han hecho, desnudarse tal cual son, intimidado, chantajeando, militarizando, censurando y provocando autocensura en los medios, aumentar el descaro en cuanto al manejo de los recursos del Estado para financiar la campaña. Se juega en Barinas lo que pudiera ser el inicio de la salida de este autoritarismo. No es que sea un tema netamente lectoral, por supuesto que no, pero es un inicio. Sin la intervención de elementos económicos y militares el tránsito hacia otro estadio político no va a ser posible.
Una tercera pregunta que pudiera coadyuvar a este análisis sería la siguiente: ¿cuál sería el elemento catalizador que pudiera dinamizar esta transición? Sin duda que la participación activa de la mayoría del pueblo. Eso es posible hoy en Barinas. Es verdad que se han traído todos su bates quebrados para intentar detener lo indetenible, es verdad que desbordarán todos los recursos quitándoselo a otros estados para intentar clamar la arrechera del pueblo. Es verdad que harán de todo, ya han demostrado lo que son capaces de hacer y con todo y eso el pueblo los repudiará nuevamente y esta vez con más fuerza. Si antes votó con arrechera esta vez votará con arrechera pero a la vez con conciencia de que estos tipejos a pesar de su aparente fortaleza, están cada día más débiles.
