Siendo la cola del sistema eléctrico nacional junto al estado Zulia, pudiera ser entendible la cotidianidad de afectaciones en medio del modelo de guerra económica y multifactorial por la cual hemos sufrido todos; comprendo las explicaciones oficiales a pesar de la ridiculización a lo que son sometidas por la ultraderecha a cada momento en las redes y todos sus medios, no obstante, debemos autocríticamente asumir nuestras debilidades, errores y malos manejos después de 21 año de revolución.
Luego de los anuncios hechos por el Comandante Chávez sobre inversiones millonarias que conducirían a la estabilización del sistema eléctrico nacional, luego de casi una década de establecida dicha meta, todavía hoy día nuestro sistema es vulnerable; más allá de los sabotajes indiscutibles a los que es sometido con regularidad. Sus trabajadores en medio de las limitaciones y críticas despiadadas, terminan siendo héroes anónimos que garantizan ante cada eventualidad, la respuesta oportuna y eficaz para reestablecer el sistema con mucho sacrificio y esfuerzo.
La revolución bolivariana debe a su pueblo una investigación y aclaratoria contundente de los alcances de la inversión hecha por el Comandante Chávez y la administración de esos recursos por cada uno de sus responsables; si alguien se equivocó, dilapidó o se robó los reales que asuma sus consecuencias, no hablarle al pueblo con la verdad hace a veces mucho más daño a la revolución bolivariana, que los terroristas de la derecha.